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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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La situación de las niñas

La situación de las niñas
El informe anual de la Defensoría del Pueblo sobre el respeto a los derechos humanos en el país evidencia que las niñas se llevan la peor parte.

A los elevados casos de violencia sexual se suma la ineficiencia del sistema judicial, lo que deriva en impunidad.

La Misión Justicia en Bolivia, estableció que cada día 16 niñas o niños sufren vejámenes sexuales. Se denuncia menos de la tercera parte. Apenas el 0,5 por ciento de las denuncias llega a una sentencia. El resto de los casos no avanza por falta de dinero, de tiempo o porque la familia es amedrentada. Solo el 0,2 por ciento de las víctimas de violaciones recibe terapia especializada y apoyo psicológico. El 90 por ciento de las audiencias conclusivas y el 65 por ciento de las audiencias del juicio, en casos de violencia sexual, se suspenden.

Entre 2011 y 2012 se registró un incremento del 49 por ciento de casos de abuso sexual a menores.

La violación a los derechos de las niñas se da desde el nacimiento. La investigadora de Visión Mundial Jimena Tito constató que en algunos municipios dejan morir a las bebés porque son mujeres, queman nalgas a los niños que se orinan o las manos para enseñarles disciplina. Incluso se ha observado la iniciación sexual de las niñas por parte de los padres.

Uno de los obstáculos para reducir la incidencia de la violencia hacia niños, niñas y adolescentes es que se considera a la familia como espacio de protección, cuando allí se perpetra la mayor cantidad de agresiones, igual que en la escuela y los centros laborales.

El informe defensorial pondera la aprobación de leyes de protección a la niñez y adolescencia. También destaca la reformulación del Reglamento Disciplinario del Sistema Escolar para garantizar el respeto a los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes. Otro avance es la aplicación de la pedagogía de la ternura y del buen trato.

Las autoridades de los municipios, por su parte, muestran cada vez mayor sensibilidad frente a las necesidades de la niñez y adolescencia, por lo que asignan mayor presupuesto a programas en favor de esos grupos etéreos. Pese a esos logros, hace falta un plan integral que articule a todos los actores y que logre efectivamente promover y garantizar el respeto a los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Bolivia no puede seguir con los niveles más altos de violencia. En el mundo, un promedio de 20 por ciento de las niñas sufre agresiones sexuales, mientras en el país el promedio llega al 34 por ciento .