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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Repollo combate el hígado graso

Esa verdura tiene una sustancia llamada indol que puede ayudar a conducir a nuevos tratamientos preventivos.
 
Repollo combate el hígado graso.
Repollo combate el hígado graso.
Repollo combate el hígado graso

Un nuevo estudio científico reveló que comer repollo regularmente ayuda a combatir la enfermedad del hígado graso, porque el repollo contiene un compuesto natural llamado indol que puede conducir a nuevos tratamientos o medidas preventivas para la enfermedad del hígado graso.

Una nueva investigación ha encontrado que un compuesto natural que se encuentra en vegetales crucíferos como el repollo, la col rizada, la coliflor y las coles de Bruselas puede ayudar a controlar la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). La investigación sugiere que este compuesto natural llamado indol puede conducir a nuevos tratamientos o medidas preventivas para esa enfermedad.

La NAFLD ocurre cuando el hígado se llena de grasa por una nutrición poco saludable, como la ingesta excesiva de grasas saturadas. Si no se aborda adecuadamente, esta afección puede conducir a una enfermedad hepática potencialmente mortal, incluida la cirrosis o el cáncer de hígado.

El equipo de investigación descubrió que las personas con un índice de masa corporal más alto tendían a tener niveles más bajos de indol en la sangre.

Para determinar aún más el impacto del indol, los investigadores utilizaron animales alimentados con una dieta baja en grasas como dieta de control y alta en grasas para simular los efectos de la NAFLD.

Además de reducir la cantidad de grasa en las células del hígado, el indol también actúa sobre las células del intestino.

Los alimentos con una alta capacidad de producción de indol o medicamentos que imitan sus efectos pueden ser nuevas terapias para el tratamiento de la NAFLD.

Es una importante fuente de vitamina C

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina soluble en agua que cumple muchas funciones importantes en el cuerpo.

Por ejemplo, se necesita para producir colágeno, la proteína más abundante del cuerpo. El colágeno da estructura y flexibilidad a la piel y es fundamental para el correcto funcionamiento de los huesos, músculos y vasos sanguíneos.

Además, la vitamina C ayuda al cuerpo a absorber el hierro no hemo, el tipo de hierro que se encuentra en los alimentos vegetales.

Además, es un poderoso antioxidante. De hecho, se ha investigado exhaustivamente por sus posibles cualidades para combatir el cáncer.

La vitamina C actúa para proteger al cuerpo del daño causado por los radicales libres, que se ha asociado con muchas enfermedades crónicas, incluido el cáncer.

La evidencia sugiere que una dieta con alimentos ricos en vitamina C se asocia con un menor riesgo de ciertos cánceres.

De hecho, un análisis reciente de 21 estudios encontró que el riesgo de cáncer de pulmón disminuyó en un 7% por cada aumento diario de 100 mg en la ingesta de vitamina C.