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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 20:34

Las mujeres y la menopausia: ¿se suben kilos en el proceso?

Uno de los temores particulares en el universo femenino es el aumento de peso en la etapa de cambios hormonales. Los ayunos intermitentes y el consumo de fibra son esenciales para el organismo.
Las mujeres y la menopausia: ¿se suben kilos en el proceso?

Muchos se preguntan si se engorda durante la menopausia. Dicho proceso natural abarca una época de la vida de la mujer en que se produce el cese de la menstruación. Suele ocurrir después de los 45 años y tiene consecuencias hormonales. Los ovarios dejan de generar estrógenos y progesterona.

Uno de los principales temores de las mujeres es la posible ganancia de peso asociada. A continuación, te desvelaremos qué hay de verdad en este hecho, los mecanismos involucrados y qué podemos hacer para su prevención.

Es importante destacar que suceden cambios hormonales importantes. Si bien estos podrían estar relacionados con un aumento de peso, los expertos lo vinculan más con el propio envejecimiento.

La masa muscular disminuye a medida que pasa el tiempo, sobre todo en ausencia de ejercicio regular. Esta pérdida de tejido activo conlleva una reducción importante del gasto calórico y, por consiguiente, a un aumento de peso bajo sin alterar las conductas dietéticas.

Un estudio de la revista Climacteric sugiere que la menopausia podría estar vinculada con la ganancia de masa grasa en la zona abdominal. Propone como solución a este problema la terapia con estrógenos.

No obstante, también concluye con que son necesarios más estudios para corroborar la eficiencia de este tipo de terapias sobre la composición corporal.

Los cambios hormonales y la pérdida de masa deben de ser compensados para evitar ganancias indeseadas de kilos. Para optimizar la tasa metabólica, lo mejor es un plan de ejercicios de fuerza que prevengan la pérdida de tejido activo.

Además, la literatura científica asegura que el ejercicio regular en mujeres postmenopáusicas es esencial para evitar la osteoporosis. Desde el punto de vista nutricional es preciso tomar una serie de medidas para aportar los nutrientes que el cuerpo necesita, pero sin producir un desequilibrio energético.

-Los ayunos intermitentes son una excelente forma de eliminar calorías diarias sin un esfuerzo excesivamente alto. Lo mejor es saltarse el desayuno, pues los ciclos hormonales producen una menor sensación de apetito durante la mañana.

Los estudios aseguran que este tipo de protocolos dietéticos son positivos para la prevención de enfermedades complejas y la aparición de diabetes tipo 2.

-En mujeres menopáusicas, salvo que estén sometidas a un plan de ejercicio de fuerza,las necesidades de los carbohidratos se ven disminuidas. Por ello resulta positivo reducir su ingesta e incrementar la de proteínas. Esta estrategia ayudará en la masa muscular.

Las dietas cetogénicas estrictas son difíciles de seguir. Además, sus carencias en fibra pueden ser un problema para la salud intestinal. Sin embargo, podemos llevar a cabo una dieta baja en carbohidratos sin estos inconvenientes si sabemos elegir la procedencia de los mismos. Los granos enteros y alimentos sin procesar aportan un buena cantidad de fibra, lo que ayudará en la prevención del riesgo cardiovascular.

-Es necesario asegurar el aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes. Para esta función no hay mejor aliado que los alimentos frescos. Dejando a un lado los productos industriales, mejoraremos el aporte de micronutrientes y reduciremos el consumo de ácidos grasos trans y químicos.

Las frutas y verduras aportan la cantidad de antioxidantes necesaria para luchar contra el envejecimiento y radicales libres.