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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 19:57

Cinco hábitos para prevenir la temida osteoartrosis

Es aconsejable una buena alimentación, controlar el peso, realizar ejercicios controlados y no permanecer mucho tiempo sentados en el centro de trabajo.
Cinco hábitos para prevenir la temida osteoartrosis. GETTY­
Cinco hábitos para prevenir la temida osteoartrosis. GETTY­
Cinco hábitos para prevenir la temida osteoartrosis

Esta enfermedad se produce por el adelgazamiento del cartílago de la articulación. El cartílago es un tejido firme y resbaladizo que permite un movimiento articular prácticamente sin fricción.

Prevenir es mejor que curar, sobre todo cuando se trata de enfermedades tan antiguas y comunes como la artrosis u osteoartrosis, patología que se genera por el desgaste del cartílago de las articulaciones, lo que produce dolor, rigidez, alteraciones morfológicas y falta de flexibilidad. Además, por su naturaleza degenerativa, no tiene cura y, en muchos casos, es parte del proceso natural de envejecimiento.

Esta condición se puede presentar en cualquier articulación del cuerpo, pero es más frecuente en las rodillas, cadera, espalda y manos. Existen diferentes tratamientos que le permiten al paciente mejorar su calidad de vida, estos van desde el cambio de hábitos alimenticios hasta tratamientos farmacológicos para aliviar el dolor. Es importante mencionar que cada terapia es individual y va a depender tanto de los factores de riesgo que lo han originado, como de la articulación que se encuentra afectada.

Recomendaciones para prevenir la aparición de la artrosis o, al menos, postergarla.

1. Controlar el peso. En el caso de las articulaciones de la rodilla y la cadera, la carga excesiva sobre ellas acelera el desgaste del cartílago y puede traer consecuencias para caminar.

2. Realizar ejercicios controlados. Realizar actividad física ayuda a fortalecer nuestras articulaciones. Además, al tonificar los músculos, se consigue que el esfuerzo no recaiga únicamente en las articulaciones.

3. Hacer pausas activas durante el teletrabajo. En esta nueva normalidad debemos aprender a cuidar nuestras articulaciones durante las jornadas de teletrabajo. Levantarse cada cierto tiempo y realizar estiramientos mejora la flexibilidad de las articulaciones.

4. Utilizar la bicicleta para movilizarse. A partir de la apertura de actividades, cada vez más personas eligen transportarse en bicicleta. Esta actividad genera muy poco impacto sobre la articulación de la rodilla y, al mismo tiempo, fortalece la musculatura de las piernas.

5. Consumir complementos nutricionales. Es recomendable para los adultos mayores de 30 años tomar complementos nutricionales que permitan proteger los músculos y además reforzar los cartílagos y articulaciones, esto contribuye a ralentizar los estragos del tiempo.

Si facilitamos el movimiento de nuestro cuerpo, nos aseguramos de que ninguna zona queda mermada y evitamos la aparición del anquilosamiento.

Prevención

Cuidar la salud de los huesos es fundamental para gozar de una vida en las mejores condiciones. Estar libres del dolor depende sobre todo del estado de nuestros huesos y articulaciones. Esto se consigue mediante la prevención, a la que contribuyen tres factores:

* Una alimentación adecuada y variada..

*  El ejercicio apropiado.

* La adaptación ergonómica entre nuestra postura corporal y los objetos con los que nos relacionamos a diario (mesas, sillas, ordenadores, vehículos, elementos deportivos), tanto en el trabajo como durante el tiempo de ocio.

EL CALCIO

* Es el mineral más abundante en el cuerpo. * Entre estas funciones que tiene en el cuerpo se encuentran que controla el transporte de sustancias hacia el interior celular, permitir la liberación de neurotransmisores en el sistema nervioso, influiye en la función de determinadas sustancias proteicas –como hormonas o enzimas–, ayuda a regular el latido cardiaco y el tono muscular.

La mejor dieta

Una dieta óptima para los huesos cumple las siguientes condiciones:

* Sin exceso de proteínas. Conviene seguir una dieta variada, con los máximos ingredientes de agricultura ecológica, sin exceso de proteínas.

* Sin grasas inflamatorias. Hay que prescindir de los aceites vegetales excesivamente ricos en omega-6, la margarina, los aceites. Es mejor usar el aceite de oliva.

* Rica en calcio. No solo lácteos, otras buenas fuentes de calcio son las semillas de sésamo, hortalizas y el tofu o la leche de soya.

* Con suficiente magnesio. Interviene en la asimilación del calcio. Está en los alimentos vegetales, verduras, frutos secos y legumbres. 

* Ácidos grasos omega-3. Los omega 6 favorecen la proliferación celular, la inflamación y la coagulación de la sangre, mientras que los omega 3 combaten estos efectos. Los dos tipos son necesarios y deben trabajar juntos para mantener la salud, pero como hoy día predominan los alimentos ricos en omega 6.