La selección francesa, que se impuso ayer ante Bélgica en la primera semifinal del Mundial de Rusia 2018 por 1-0, jugará el domingo (11:00) su tercera final de un Mundial tras la que ganó a Brasil en Francia 1998 y la de Alemania 2006, cuando fue derrotada por Italia.

Un gol del central del Barcelona Samuel Umtiti, de cabeza tras un saque de esquina, permitirá a Francia estar en la gran final del estadio Luzhniki de Moscú, donde se encontrará con el ganador de la otra semifinal que hoy (14:00) disputarán en ese mismo escenario Inglaterra y Croacia.

Francia jugó su primera final mundialista en la edición que organizaron en su país en 1998, cuando se impusieron por 0-3 a Brasil, con dos goles de Zinedine Zidane y uno de Emmanuel Petit.

Ocho años después, se volvieron a plantar en una final de la Copa del Mundo, la de la edición de Alemania 2006, en la que cayeron en los penales por 5-3 tras un empate 1-1, goles de Zinedine Zidane y el italiano Marco Materazzi, en 120 minutos, los reglamentarios más el añadido de la prórroga, en la que fue expulsado Zidane por el célebre cabezazo a Marco Materazzi.

La selección de Francia, después de 20 años, se constituye como el principal candidato para conquistar el máximo cetro que otorga la FIFA.

Con un fútbol veloz, preciso, ordenado y efectivo logró suparar las diferentes etapas del campeonato Mundial de Rusia, además, cuenta con un plantel plagado por figuras que hacen la diferencia en el momento menos pensado.