Los deportistas bolivianos han terminado su participación en los Juegos de Río y hay un denominador en común en todos: de aquí en adelante, no saben cómo seguir. Sueñan en grande, pero necesitan apoyo.

El ciclo olímpico es de cuatro años y al concluir ayer el evento, ya comienza el nuevo desafío, que es Tokio 2020. Desde Carina García hasta los marchistas, que son quienes abrieron y cerraron los Juegos para Bolivia, la constante es que quieren estar en la próxima edición. Sin embargo, desean y necesitan condiciones para competir. Lo que se requiere es apoyo económico.

Ronal Quispe explicó a medios del exterior las condiciones con las que llegan. Es parte del programa Tunkas, pero aun así no alcanza. De 12 deportistas, solo cuatro tuvieron apoyo de la empresa privada. El Estado aporta poco y nada; y el Comité Olímpico Boliviano (COB) hace lo que puede. La nadadora cochabambina Karen Tórrez tuvo tres años de beca en Barcelona y sus resultados fueron de menos a más.

El clamor de los 12 deportistas que estuvieron en Río es único: apoyo.