Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Turismo valluno: grupos reducidos y unión con la naturaleza luego de COVID-19

Varias empresas preparan paquetes personalizados, sobre todo enfocados en familias. Sin embargo, otros se mantienen a la espera de que la crisis sanitaria pase o ven otras alternativas. 

Turismo valluno: grupos reducidos y unión con la naturaleza luego de COVID-19

Desde el momento en que llegó el coronavirus COVID-19 a Bolivia, las actividades de entretenimiento y diversión se paralizaron paulatinamente, al igual que el resto de los rubros. Las montañas de Incachaca quedaron vacías; la producción de trucha en Villa Tunari se truncó y la ruta d’Orbigny conocida como los Yungas qhochalas dejó sin visitantes a los comunarios de varias poblaciones. 

La crisis afectó a todos y aunque el turismo nacional parece no encontrar una luz de esperanza, hay quienes son más optimistas y van planificando actividades de aventura bajo normas de bioseguridad que eviten mayor propagación del virus. 

En Cochabamba, los últimos años se expandió el turismo comunitario que promueve la visita a sectores alejados donde los pobladores se involucran en el viaje y ofrecen sus productos y servicios. De esta forma, cuando el turismo paró, las personas dejaron de percibir ingresos y la cadena de oferta y demanda se cortó. 

Sin embargo, frente a la incertidumbre, la creatividad es la mejor salida. Varias agencias y operadoras de turismo sugieren retomar la actividad con grupos reducidos de personas de una misma familia. Los lugares alejados del centro de la ciudad, donde la vegetación abunda, serán, nuevamente, los predilectos y, en esta ocasión, los más seguros. 

LA RUTA D’ORBIGNY, INEXPLORADA Y ÚNICA

El año pasado, la consultora y operadora de turismo Bravo & Co Morató, con la marca Destino Tours Bolivia, presentó la ruta d’Orbigny que se encuentra en Cochabamba; oculto en medio de las cordilleras es una selva virgen esperando ser explorada. La entrada es por Tiquipaya, subiendo hacia el norte y siguiendo la ruta que trazó el explorador francés Alcide d’Orbigny hace más de 100 años. 

El viaje recorre las comunidades de Torreni, Entre Ríos, Totolima, Porvenir y Carmen Pampa, donde los pobladores ofrecen sus principales productos: miel y locoto. Además, el paseo sirve para realizar avistamiento de aves endémicas de la zona.  

Después del inicio de la cuarentena, todos los paseos programados se cancelaron y las comunidades ya no pudieron comercializar sus alimentos. Ante el paso del tiempo, la propietaria y gerente de esta empresa, Linda Morató, ideó una propuesta para retomar la ruta y reactivar el movimiento turístico y económico que supone la visita a estas poblaciones.

Bajo el nombre “Ruta d’Orbigny en los bosques montanos de Cochabamba”,  la empresa ofrece la opción de que las personas viajen en sus vehículos propios y puedan pernoctar en cabañas locales en medio de ambientes naturales. “Nuestro destino está ubicado dentro la Reserva Municipal de Vida Silvestre, que conforman  las comunidades de los bosques de los diferentes pisos ecológicos de los Yungas qhochalos, en el municipio de Tiquipaya. El viaje está programado cuando pase la pandemia del nuevo coronavirus, previsto para los meses de agosto, septiembre y octubre del 2020”, explica Morató. 

En 2016, cuando Linda ingresó a la zona descubrió el inmenso potencial que había para desarrollar ecoturismo. Los inmensos bosques verdes, las cascadas que descienden desde lo alto y las nubes que cubren el cielo y gran parte de las montañas hacen de este sitio un espacio de ensueño.