“Todo en todas partes al mismo tiempo”, la delirante película que arrasa en los Oscar
La cinta se alzó con siete de once nominaciones, entre ellas las de mejor película, mejor actor y mejor actriz. Además de cosechar premios, también bate récord de taquilla.

Lo que "Todo en todas partes al mismo tiempo" (Everything Everywhere All at Once) ha conseguido en un año de recorrido pocos lo vieron venir.
Esta inclasificable cinta que tiene como protagonista a Evelyn Wang (Michelle Yeoh), una inmigrante china de mediana edad que regenta una lavandería en California, y que es a la vez ciencia ficción, comedia absurda, una película de artes marciales y una trama familiar indie, se alzó como la gran ganadora de la 95ª edición de los premios Oscar.
Se hizo con siete de los 11 galardones a los que aspiraba incluido el premio de mejor película, el de mejor actriz para Yeoh, y los de mejores actores de reparto para Ke Huy Quan y Jamie Lee Curtis, poniendo así la guinda a una temporada llena de triunfos.
Es que no ha habido gremio cinematográfico que no la haya reconocido —así lo hicieron los sindicatos de productores, actores, directores y guionistas—, y antes de los Oscar arrasó también en los premios del cine independiente, los Spirit Awards. Y todo mientras recaudaba 100 millones de dólares en taquilla. Nada mal para una producción de US$14 millones del estudio independiente A24.
¿Cuál es, pues, el secreto de esta improbable película para haberlo ganado todo, casi a la vez y prácticamente en todas partes?
1. ES UN SOPLO DE AIRE FRESCO
"Inyecta energía al cine como en los 90 lo hicieron las pelis de Tarantino", ha dicho de ella el cineasta mexicano Alfonso Cuarón.
Y sus compatriotas Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro la llamaron "el Trainspotting de esta generación", comparándola con la cinta de 1996 dirigida por el británico Danny Boyle.
También traducida como "Todo a la vez en todas partes", es el segundo largometraje del dúo conocido como los Daniels: Daniel Kwan y Daniel Scheinert.
Sus 140 minutos ponen en cuestión la idea más conservadora de lo que debe ser una película. Y dan cabida, entre otros, a un mapache que utiliza a un chef a modo de títere (clara alusión a Ratatouille), a un momento de intimidad entre dos mujeres que tienen salchichas por dedos, un tapón anal que funciona como portal hacia dimensiones paralelas, rocas que conversan telepáticamente y un bagel que simboliza el nihilismo.
"El resultado es un desorden, pero un desorden meticulosamente planeado y ejecutado, en el que cada toma, cada efecto de sonido y cada recurso visual encajan exactamente como los Daniels pretendían en esta monstruosidad densa y cacofónica, que se esfuerza por capturar la asombrosa carga de tratar de existir en un mundo de opciones ilimitadas", escribe el crítico de cine Peter Debruge en Variety.
2. TAN EXTRAÑA COMO FAMILIAR

La trama de "Todo al mismo tiempo en todas partes" arranca describiendo la dura vida para llegar a fin de mes de los Wang, quienes llevan décadas asentados en Estados Unidos.
Su lavandería nunca fue un negocio boyante, y ahora deben enfrentar una auditoría conducida por una malhumorada empleada tributaria (Jaime Lee Curtis) que insiste en que sus cuentas no cuadran.
Y todo, mientras su dinámica familiar se desmorona: Evelyn ve peligrar su matrimonio con Waymond (Ke Huy Quan); la relación con su padre, Gong Gong (James Hong), y no logra entenderse con su hija, Joy (Stephanie Hsu).
Sin embargo, en la oficina de Hacienda descubre que lo que ha vivido es solo una infinita parte de millones de vidas posibles, y que su experiencia vital es diferente en otros universos. También le es asignada la misión de desarmar a Jobu Tupaki, una despiadada asesina presente en el resto de dimensiones, y salvar al multiverso de la destrucción, cosa que logrará saltando de universo en universo.
Sin embargo, a pesar de la enrevesada narrativa, los Daniels defienden que la suya es una de las películas más realistas del año. "Todos los personajes están en sus propios mundos. Hablan sin entenderse. Era la oportunidad perfecta para mostrar que en realidad ya vivimos en el multiverso", dijo Kwan en el podcast Script Apart.
Detrás de toda esa locura visual, la película habla de temas que nos son familiares: del amor maternofilial, la brecha intergeneracional, la identidad fracturada de los migrantes, la depresión, el peso del pasado y hasta del porqué de nuestra existencia. "Fue divertido escribir desde esa perspectiva", dijo al respecto Scheinert. "Intentar explorar otras cosas filosóficas, locas, raras y absurdas que reflejan nuestro punto de vista y dicen algo de las divisiones generacionales y cómo nos cuesta entendernos los unos a los otros".
"En el fondo, 'Todo en todas partes al mismo tiempo' es el cuento clásico de un matrimonio que se deshace y de una familia que necesita sanar. Es una andanada contra la desesperación y el nihilismo. Prácticamente termina con un abrazo grupal, y ver eso, sentir eso, ha sido terapéutico para mucha gente, incluida para aquellos que votan en los premios", escribió al respecto Glenn Whipp, columnista y crítico de cine
3. OFRECE ALGO A CADA AUDIENCIA
Por ser una frenética superposición de géneros y combinar varias ficciones en una, la película tiene algo que ofrecer a cada tipo de audiencia.
Resulta atractiva para los amantes de la ciencia ficción, para los que gustan de las cintas de kung fu, para los que prefieren el cine de autor, la comedia absurda, el surrealismo, la sátira.
Los más cinéfilos encontrarán en ella guiños a “The Matrix”, con Michelle Yeoh asumiendo un papel similar al de Neo; a clásicos del cine de artes marciales de los 70 y los 80 como “Clan of the White Lotus”, en la maestra de kung fu de Evelyn, interpretada por Li Jing; a "2001: Odisea en el espacio" de Stanley Kubrick, en las rocas inteligentes que se comunican de forma telepática; o a “In the Mood for Love”, de Wong Kar Wai.
El filme trata de llegar, además, a una audiencia multigeneracional y multicultural.
"Tres generaciones distintas pueden sentirse identificadas con la historia y tiene un gran atractivo para las familias inmigrantes de diversos orígenes étnicos", escribe Caryn James para BBC Future.
Mucho se ha reflexionado sobre esto último y sobre cómo el fragmentado mundo de la película es un reflejo de la vida real, en particular del de estas comunidades. "Ser inmigrante es vivir en un multiverso fragmentado", escribió al respecto la profesora de Princeton Anne Anlin Cheng en The Washington Post.
La propia protagonista ha hecho referencia a cómo la cinta ayuda, a su vez, a visibilizar la comunidad asiático-estadounidense.
"Soy muy consciente de que esto (su nominación al Oscar) va más allá del reconocimiento a mí como actriz. Es toda una comunidad de asiáticos diciendo: tienes que hacerlo por nosotros", dijo Michelle Yeoh a la BBC.
Yeoh, de 60 años, cuenta con una larga filmografía dentro del cine de acción de Hong Kong y dio el salto a EEUU en 1997 para rodar "El mañana nunca muere", una de las cintas de James Bond, pero el gran público la conoce más quizá por su papel en "Tigre y dragón".
Aunque ha sido "Todo en todas partes al mismo tiempo" la que ha catapultado su carrera.
Y también la de otro de los protagonistas de la cinta, Ke Huy Quan, quien se hizo famoso como actor infantil por "Indiana Jones y el templo maldito" y "Los Goonies", pero llevaba años retirado del cine.
Con la candidatura al Oscar que le valió la cinta de los Daniels se ha resarcido de años de ostracismo.
Los expertos concuerdan que mucha culpa de su éxito la tuvo el boca a boca de quienes vieron la cinta primero. Y que la identificación de la gente ayudó a concretar su victoria en los Oscar.