Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 20:43

Tercera dosis de vacuna, ¿será necesaria para todos?

Investigadores recomiendan que las personas mayores de 65 años o aquellas con enfermedades de base sean quienes accedan a un refuerzo. 

Tercera dosis de  vacuna, ¿será necesaria para todos?. ALIUZUN
Tercera dosis de vacuna, ¿será necesaria para todos?. ALIUZUN
Tercera dosis de vacuna, ¿será necesaria para todos?

El debate sobre si es necesaria una dosis adicional de la vacuna contra la COVID-19 para reforzar la inmunidad sigue en el aire. Se trata de una medida cuyo calado no es únicamente ético, sino que también podría acarrear importantes consecuencias a nivel de salud pública. Desde buena parte del ámbito científico recuerdan que, de momento, no existe ninguna evidencia que justifique esta decisión, al menos para la población general, y al mismo tiempo inciden en el potencial peligro que entraña una baja cobertura de vacunación en los países menos desarrollados.

Algunas naciones ya están administrando la tercera dosis, pero solo para determinados colectivos más vulnerables, como personas con problemas de inmunidad o grupos de especial riesgo. Es el caso de Israel, Chile, Emiratos Árabes Unidos o Rusia. Estados Unidos acaba de aprobarla para personas inmunodeprimidas. Por su parte, Reino Unido anunció que millones de personas podrán recibir una dosis de refuerzo a partir de septiembre. También para este mes, estará disponible para la población de riesgo de Alemania y Francia. En España, han reconocido que la posibilidad de aplicar está medida está sobre la mesa.

En este sentido, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a los países con ingresos altos que pospongan la tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19 hasta, al menos, finales de septiembre, con el fin de asegurar las primeras dosis en países más pobres. Tedros advirtió que más del 80% de las vacunas acabaron en naciones de ingresos altos, a pesar de que solo son la mitad de la población de todo el mundo. 

En líneas generales, la mayor parte de especialistas en inmunología y salud pública coinciden en apuntar a que esta dosis adicional sí podría estar indicada para grupos poblacionales con un sistema inmune debilitado, aunque también destacan que las evidencias científicas al respecto todavía son escasas. "No tenemos datos epidemiológicos y no tenemos publicaciones, por lo que no está demostrado. Hace falta más evidencias para ver a partir de qué edad y en qué situaciones. Si son más de 65 años, más de 80 años… Aún no lo sabemos bien", expresa Marcos López, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).

López reconoce que es cierto que ya se ha constatado en determinados grupos de población "una menor duración de la respuesta inmunitaria", tanto "a nivel de anticuerpos como de células", aunque también sostiene que, de momento, "en los grandes registros, en las grandes series, no hay un aumento en la incidencia clínica de la infección, y tampoco lo hay en las residencias".

A MAYORES DE 65 AÑOS 

Matilde Cañelles, investigadora e inmunóloga de España, opina que "en estos momentos, con toda la información que tenemos en nuestra mano, sí estaría justificada esa tercera dosis para las personas mayores de 65 años y para aquellos que por algún tipo de medicación o de enfermedad puedan tener la inmunidad más reducida", aunque deja claro que "para la población general todavía no hay información suficiente", y que "es posible que sí sea necesario, dependiendo de cómo esté afectando la variante Delta a la eficacia de las vacunas".

Cañelles destaca el hecho de que los países que están administrando la tercera dosis también están llevando a cabo estudios muy detallados sobre si   realmente ayuda en cuanto a inmunidad, "y se está viendo claramente que lo hace". "Si juzgamos por anticuerpos, a las personas que con la primera y segunda dosis no han desarrollado una buena respuesta de anticuerpos, con la tercera sí que la desarrollarán".

Para esta científica, el mayor problema estaría relacionado con la inmunidad celular, ya que "es mucho más complicada de analizar en grandes poblaciones, y por desgracia se tienen muy pocos datos". "No hay que olvidar que los órganos que producen las células de  memoria, la inmunidad celular, van degenerando con la edad, y a partir de los 65 años esta producción es muy residual. Por ejemplo el timo, que es el órgano que produce las células T, en una persona de 65 años está prácticamente atrofiado", explica, por lo que cree que "es casi seguro que estas personas no están generando una inmunidad celular potente".

Acerca del dilema entre administrar esa dosis adicional o enviar vacunas a los países más pobres para que aumenten sus coberturas de inmunización, la investigadora cree que "no hay que planteárselo como una disyuntiva", ya que "hay que hacer las dos cosas al mismo tiempo". 

"Se están produciendo cada vez más vacunas, se está ampliando la capacidad productiva, y en muchos países sobran dosis, como en Estados Unidos", argumenta. 

CUÁNDO ES MEJOR

Depende de cuándo se recibieron las dosis iniciales. Una posibilidad que las autoridades sanitarias recomienden a las personas es un refuerzo aproximadamente ocho meses después de haber recibido la segunda dosis de las vacunas, como Pfizer. 

Las investigadores todavía recopilan información sobre la vacuna monodosis de Johnson & Johnson, que fue aprobada en Estados Unidos a finales de febrero, para determinar cuándo recomendar refuerzos.