La tecnología se va desarro-llando a medida que pasa el tiempo, especialmente la de cómputo, de esta manera se fue incluyendo como una herramienta en las elecciones. Si bien las tareas básicas del registro electoral, la votación y el escrutinio, han permanecido inalterables desde los inicios del proceso democrático moderno, la extensión del sufragio, el crecimiento de la población y el creciente alcance de la democracia a lo largo del siglo XXI han significado que buena parte de la logística de las elecciones modernas dependen en gran medida de la tecnología.

Estos últimos años se celebraron elecciones en más de 80 países, y en casi todas ellas, al menos una fase del proceso electoral estará automatizada. De hecho, según un estudio de IDEA que data del año 2017, de 183 países estudiados, más de 160 cuentan con algún tipo de tecnología en alguna de las fases.

De los países analizados, el 57% usa sistemas de tabulación electrónica para los resultados, 71% usa tecnología para el registro de votantes, 21% para la identificación de electores y 15% implementa tecnología en el conteo de votos. Más del 45% de los países de nuestro continente emplea actualmente alguna forma de voto electrónico en elecciones con participación de los organismos de administración electoral. Donde hay casi un consenso total es en el procesamiento: más del 86% de los países de América usa un sistema de tabulación electrónica.

Estos datos son contundentes y solo indican que se irá incorporando cada vez más tecnología en todas las fases del ciclo electoral, hasta alcanzar elecciones 100% automatizadas en un futuro cercano.

En la actualidad, India, Brasil, Venezuela, Estonia y Filipinas son los países que utilizan el voto electrónico en la totalidad de su territorio para elecciones presidenciales. Otros Estados como Francia, Argentina, Perú, México, Canadá, Estados Unidos, Australia, Suiza y Bélgica usan este sistema o lo han usado de manera parcial para elecciones de algunos municipios, estados o cargos ministeriales

El problema actual con el empleo de la tecnología es la falta de confianza, seguridad, veracidad y transparencia, debido a que en muchos de los países donde empezaron a aplicar el voto electrónico se registraron muchos problemas de fraudes, problemas de vulnerabilidad que afectaron a certificados electorales o dificultades con las máquinas de votaciones. Además de que existen muchos sectores que no tienen acceso a internet o algún aparato electrónico para realizar el voto.

Aunque dentro de los sistemas electrónicos se está popularizando como el más efectivo el que imprime un comprobante del voto, sigue habiendo un alto riesgo de fraude en los sistemas computarizados.

La sociedad se va encaminado hacia un escenario más digital. Eso no quiere decir que sea más impersonal, ya que las tecnologías permiten dirigir mensajes mucho más precisos a los posibles votantes de acuerdo con sus gustos o sus afinidades. Se espera que se puedan arreglar las falencias que se tienen con el sistema de voto electrónico, así para que este se pueda implementar en más países, ya que entre las ventajas de digitalizar las elecciones, a parte de la accesibilidad, se tiene el ahorro de recursos, menos contaminación y mayor posibilidad de análisis de parte de las organizaciones y de la misma población.