Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 18:56

El sabor del mar en una brocheta qhochala

El sabor del mar en una brocheta qhochala. NOÉ PORTUGAL
El sabor del mar en una brocheta qhochala. NOÉ PORTUGAL
El sabor del mar en una brocheta qhochala

Trozos de carne asada atravesados por varillas metálicas o de madera, pimentones verdes enfilados o alas ensartadas al lado de pequeños aros de cebolla. Todo ello es muy usual y no causa mayor sorpresa en el cochabambino. Sin embargo, los esquemas de lo convencional se rompen cuando en el escenario asoma una propuesta distinta: brochetas de camarones. Sí, pinchos que en lugar de enlazar carne de res o de pollo presentan crustáceos crujientes enteros, uno detrás del otro.

Adalid Pérez, creador de la Casa del Anticucho, decidió promover este producto, que sintetiza el sabor del mar y, como valor agregado, le otorga una presentación elegante, pues los camarones llegan a la mesa pendiendo de una suerte de gancho.

Las guarniciones, que son las papas fritas, una salsa especial de la casa y una ensalada con tonalidades amarillas y blancas, también aportan al conjunto.

Esta propuesta es parte de la cartilla en Brocheta King, un espacio situado en el cuarto piso del Paseo Aranjuez que revaloriza los sabores criollos, pero imprimiéndoles un aire gourmet y estilizado.

El restaurante también elabora brochetas de corazón (los tradicionales anticuchos), jiba, cuadril, lomo de cerdo, matambre y alitas.

El pique parrillero y el pique anticuchero son dos alternativas que han tenido éxito desde su lanzamiento.

Pese a haber experimentado buenos resultados con la conocidísima Casa del Anticucho, Adalid se animó a proponer pinchos gourmet.