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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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LECTURAS SUTILES:

Recreo: salir a jugar (parte I)

Recreo: salir a jugar (parte I)

El recreo y el juego son una zona intermedia y cotidiana, que puede, a su vez, formar parte de una metonímica repetición de actos incansables y hasta a veces insoportables. También es parte considerable de lo que quizás sea un reverso, es decir, un espacio donde la diferencia se hace presente en un acontecimiento novedoso e inédito, despertando júbilo, aprendizaje y, por qué no, un ambiente que favorece la creatividad, la imaginación y los lazos sociales vitales.

Recreo es  el nombre más conocido, pero dejaremos abierto el lugar para posibilitar la emergencia de nuevos nombres y significaciones, generando la expectativa y la alegría que suele aparecer en los niños cuando el recreo se hace más largo de lo que está pautado.

Si partimos de pensar que el espacio, el momento o la situación de receso se desarrolla dentro de un contexto escolar que tiene como fin la configuración de ciertos aprendizajes, el recreo no es más que uno de los elementos que pertenece al ordenamiento de una estructura  escolar. Ahora bien, es un elemento de la serie, como lo son la entrada, la salida, las horas de clase, el desayuno, las horas especiales y los almuerzos, entre otros, pero consideramos que guarda para sí, cierta particularidad, ya que en él esta posibilitado y permitido el momento de juego.

Durante muchos años, y aún persiste en la actualidad, en algunos ámbitos escolares, existió y existe la concepción de que el juego debía estar enteramente reglado, delimitado, pleno de sentido y ubicado en espacio y tiempo, ya que era el principal obstáculo y distractor de los alumnos a la hora de aprender. Es decir, era concebido como un elemento muchas veces perturbador de los objetivos y fines que se proponía el centro de la estructura escolar.

Básicamente, la permutación y la variabilidad que representa el juego y el recreo como su momento, son objeto de prohibición por parte de la centralidad o dirección de la estructura escolar. “Te quedas sin recreo”, repiten hasta el cansancio, maestros y directivos.

Prohibiciones y reglas son el lenguaje discursivo que asegura y garantiza la centralidad de la estructura escolar   dando lugar a la perseverancia fatigosa de sus fines, que es hacer entrar al cachorro humano en la cultura.

El estado de recreo, lejos de ser un espacio de libertad y novedad, es el momento de máxima vigilancia.

Continuara...

SOBRE EL AUTOR: Facundo Chamorro es psicoanalista, docente y secretario académico del Centro de Estudios Psicoanalíticos de la Universidad Nacional de San Martín de Argentina​.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario, contactarse con Claudia Méndez Del Carpio, responsable de la columna, al correo [email protected] o al teléfono/whatsApp  62620609. Visítanos en Facebook como LECTURAS SUTILES.

Méndez del Carpio es psicóloga, psicoterapeuta y atiende en consultorio privado en Cochabamba.