Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Entre pizzas, payasitos y shows virtuales

Las rutinas no son las mismas; tampoco, los recursos. Desde  Carlos Keller a elencos como Zona de Humor. Muchos se habituaron al presente. 
Entre pizzas, payasitos y shows virtuales

Desde Santa Cruz, Carlos Keller ahora empaqueta hamburguesas, pero no cualquiera, sino las suyas, las que llevan su impronta. Dejó de lado, eventualmente, los viajes, aquella maleta que solía preparar minuciosamente desde la noche que solía anteceder al vuelo. También relegó el bolso que cubría a su compañera, la raqueta. Ahora, el múltiple campeón mundial de raquet se mueve en la cocina. Ese es su nuevo espacio, el sitio en el que cuida atentamente cada pormenor de sus preparaciones junto a su novia Mariana. Que no quede ningún detalle librado al azar. Su buen nombre y fama ganada como gran cocinero están en juego. En Cochabamba, el peleador de kick boxing Hernán Rodríguez amasa pizzas caseras junto a su primo Ruddy. La consigna del dúo es explotar sus bondades en la cocina y juntar unos pesos para sobrellevar la crisis originada por el confinamiento en Bolivia. 

También en el valle, el elenco cómico Zona de Humor, dirigido por Coco Chisaka y un equipo reconocido de profesionales, se sumerge en la plataforma virtual y se familiariza con las herramientas digitales para continuar con el espectáculo porque, claro, “el show debe continuar”. Ha encontrado el método de seguir brillando: utiliza a fondo las transmisiones en vivo para ofrecer su nuevo número a través de la computadora o el celular. Chau aplausos en físico o autógrafos al paso. Ahora, los mensajes internos o comentarios son la retribución moral por el buen trabajo y las risas. 

Desde la psicología, el camino planteado es claro: la readaptación, esa capacidad de ampliar el espectro y volverse maleables a las nuevas condiciones. Los hábitos no son los mismos. Los efectos de la pandemia han puesto a prueba a todos. También a ellos, los artistas y deportistas nacionales, que, en muchos casos, deben abandonar sus zonas y experimentar en otras que no son conocidas. Todo sea por subsistir, pues el bolsillo también les aprieta. 

La psicóloga Carla Ibárcena embandera los conceptos de “readaptación” y “reinvención”. Considera que los espacios de rutina se han roto y que es preciso entender que este proceso también tiene un aspecto positivo, incluso munido de factores adversos. “También está el tema económico, que tiene que ver con lo que se genera a partir de las actividades deportivas y artísticas, que, en muchos casos, son el medio de subsistencia de estas personas. Ahora, estas tareas son sustituidas por actividades que no guardan relación. Sin embargo, también muchos han reinventado este espacio y empezaron a realizar, por ejemplo, formaciones en el ámbito de la educación artística o física. Han comenzado a ser maestros de sus colegas. Al mismo tiempo, fueron accediendo, gracias al entorno virtual, a otros espacios de interacción con personas del exterior. Las asociaciones deportivas potenciaron este contacto internacional. Eso nos abre un horizonte. Al mismo tiempo que debemos adaptarnos, estamos en un proceso de reacomodar nuestra vida y asumir que nada volverá a ser como antes, pero no por eso será peor”, explica la especialista. 

Ibárcena recomienda “no abandonar la dedicación” depositada tanto en el deporte como en el arte y asumir el momento como una “experiencia”. Es aquí donde también se vuelve importante la contención familiar. “El que tengamos un miembro artista o deportista en casa no implica decirle: ‘ahora que ya no puedes ir al entrenamiento, tienes que hacer otra cosa’. Más bien, hay que facilitarles los medios para que continúen en ese proceso”. La psicóloga subraya que esto se presenta, también, como un reto para los profesionales de la salud mental, puesto que han trasladado su atención al plano virtual y telefónico (pueden contactarla mediante el número de WhatsApp 72201888). 

Y las historias de readaptación son muchas. Recientemente se conoció sobre un grupo de payasitos que frente a la imposibilidad de trabajar en circos o fiestas de niños se dedica a entregar productos por delivery en Cochabamba. La noticia tomó trascendencia internacional. En el ámbito del fútbol, los jugadores Gustavo Pinedo y Pedro Tomichá optaron por dejar la zona de confort. El delantero yungueño reparte cosméticos que le piden a su esposa. Tomichá vende barbijos por internet. 

El nadador Jaime Arévalo, ansioso por volver a sentir el contacto con el agua, armó una piscina en la terraza de la casa de su abuelo. Allí entrena. El grupo tropical Sabor Sabor, liderado por Wilson Morales, apostó por una empresa de radiotaxis. Esto, ante la imposibilidad de llevar adelante sus conciertos.