Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 18:38

Miguel Figueroa, el amante de la cocina que esculpe en chocolate

El chef tiene al menos 20 esculturas hechas de chocolate. Alista una nueva exposición dedicada  a la mujer boliviana. Es un apasionado por su trabajo y se capacita continuamente.

 Miguel Figueroa, el amante de la cocina que esculpe en chocolate. NOÉ PORTUGAL-CORTESÍA
Miguel Figueroa, el amante de la cocina que esculpe en chocolate. NOÉ PORTUGAL-CORTESÍA
Miguel Figueroa, el amante de la cocina que esculpe en chocolate

Talento y creatividad son las dos claves del trabajo de Miguel Ángel Figueroa, el chef que fusiona su conocimiento en cocina con su habilidad artística para crear esculturas y pinturas hechas de chocolate, una técnica innovadora pocas veces vista en el mundo. 

Las piezas son verdaderas obras de arte que se roban las miradas del público en general y de los fanáticos del chocolate en específico. Su trabajo como escultor comenzó hace casi 20 años, primero con hielo y, luego de estudiar en el exterior, se dispuso a hacer volar su imaginación y probar con el manjar dulce.  

Figueroa, de 48 años, nació en Tasna Rosario, Potosí, en el centro minero Nor Chichas. Luego de migrar a La Paz, comenzó a estudiar en la Escuela Hotelera de Turismo de Bolivia. Posteriormente, llegó a Cochabamba y siguió su formación en diferentes lugares, como el instituto Infocal y la escuela de pastelería Novick. 

Sus ansias por seguir aprendiendo lo llevaron a mudarse a Chile para capacitarse. Poco después, en 2004, ganó una beca de la Embajada de Francia para estudiar en ese país durante tres años. En 2008, tuvo la oportunidad de estudiar Nutrición y Dietética en España. Unos años después, en 2018, volvió para hacer una especialización en chocolate, que fue el inicio de sus obras de arte. 

Paralelamente, Figueroa estudió en el Instituto de Bellas Artes, donde desarrolló toda su habilidad y creatividad en la parte artística. También pasó cursos de Marketing y Gestión y Publicidad. 

TALENTO PARA ESCULPIR

Su vocación de escultor surgió hace mucho años. Primero aprendió a tallar en hielo y, con su conocimiento adquirido en Francia, fue afinando su técnica. 

Su escultura primigenia la hizo hace 18 años, en el centro de eventos El Campo. La pieza medía dos metros de altura y pesaba media tonelada. Durante su estadía en Francia también realizó ese tipo de obras con mantequilla.

Sobre su incursión en el mundo del chocolate, Figueroa recuerda que su primera obra fue una ardilla llena de detalles.

El trabajo en chocolate requiere un estudio previo y mucha habilidad. El chef explica que se utilizan dos técnicas para esculpirlo, la primera por empaste y la segunda por aplicación de cacao. Cuando se hace un bloque único se puede trabajar por devastación o por adición.

Se utiliza todos los tipos de chocolates ya que con los procesos que se aplican se puede cristalizar y dar firmeza. Miguel Ángel dice que emplea el chocolate al 70% y usa cacao normal para los detalles. 

Hasta el momento, Figueroa realizó 20 esculturas, entre figuras de animales y de personas, como la réplica del Soldado Desconocido. La más grande es un bombero, mide 1 metro de alto y 60 centímetros de ancho y pesa 120 kilos. 

Actualmente, está trabajando en su próxima colección de esculturas enfocado en la mujer boliviana. “Tanta violencia que está pasando en nues-tro medio. Estamos teniendo esa idea de reproducir obras que homenajeen a la mujer”, indica. 

Entre las piezas habrá madres con sus hijos, mujeres embarazadas y otras con traje típico. El objetivo es reflejar la labor de las mujeres en sus diferentes áreas. 

Además de la escultura, Figueroa también pinta con chocolate. Una de sus obras es una iguana pintada con chocolate blanco y, para darle relieve, tiene aplicaciones de manteca. También tiene la figura de un gato del monte y el retrato de su mamá.

“Para mí, es un experiencia nueva poder plasmar todo con ese tipo de productos. Creo que un lienzo de chocolate es algo único”, asegura. 

La exposición de su trabajo ha llamado mucho la atención de las personas. Los visitantes quedan admirados ante las obras que presenta y lo llenan de elogios. 

Durante este tiempo hizo varias muestras. La última fue en la Casona Santiváñez y está alistando otra a pedido del público. “He dado una vuelta de las artes plásticas a la gastronomía”, comenta. 

PASIÓN POR LA COCINA

El amor de Miguel Ángel por la cocina nació cuando era niño y vivía en escuelas militares, desde los 8 hasta los 15 años, junto con su mamá, de quien aprendió todos los secretos. Recuerda que ella cocinaba –y hasta hoy lo hace– en fogón. 

“Yo siempre me iba a la cocina a cortar carne, cebolla, lo que sea, con los soldados. Entonces, llegó un momento en el que dije que me gustaba, yo tenía escondido ese amor por la cocina”, recuerda. 

Sus primeras experiencias en la cocina se remontan hace casi 30 años, mientras estudiaba. En el centro de eventos y convenciones El Campo empezó a labrar su trayectoria profesional. 

Actualmente, es chef ejecutivo del hotel Cochabamba. Es especialista en repostería, gastronomía local, chocolatería y comida internacional, entre otros. 

Figueroa es un inquieto por el estudio, tiene muchas ganas de seguir aprendiendo nuevas técnicas de cocina. De hecho, en octubre irá a España para estudiar cómo hacer masas fermentadas. “Creo que hay que estar constantemente preparándonos para el momento necesario”. 

Le gusta saber de todo y ser especialista en las diferentes áreas de la cocina. Su creatividad y talento le permitieron hacerse cargo de todos los eventos que se realizan en el  hotel, donde explota al máximo su imaginación. 

“Hay un dicho que dice que si eres zapatero, tienes que ser el mejor zapatero. Yo tengo la convicción de decir ‘si yo soy un cocinero, tengo que ser un cocinero completo’. Por eso he ido trabajando duro”, finaliza Figueroa.