En la medicina encontró su plataforma para ayudar a las personas. Durante la etapa más crítica de la emergencia sanitaria que vivió el país, se puso al frente y sirvió a los que lo necesitaban. Ahora, tiene un sueño más grande: comenzar su carrera política con el fin de llegar a más personas.

Marcelo Quinteros Alvarado nació en Cochabamba hace 39 años. Estudió Medicina en la Universidad Mayor de San Simón y realizó su especialidad en Nefrología y Medicina Interna, en Argentina. 

Hace siete años retornó al país y abrió su propio centro de atención en su área de especialidad donde realiza un abordaje completo, como investigación, biopsias, sustitución renal, diálisis y trasplante. 

Quinteros cuenta que, luego de terminar la universidad, quería especializarse en oncología, pero, en el transcurso de su formación, eligió la nefrología. Recuerda bien cuando partió hacia Buenos Aires, en 2007, con pocos recursos y muchas dudas. “Sabía que, más temprano que tarde, iba a retornar al país para servir en beneficio de toda mi gente”, dice. 

Luego de volver a Bolivia en 2013, su vida cambió totalmente. Perdió a su mamá, Mery Alvarado, en un accidente que lo marcó para siempre. 

“Yo soy médico de los pobres y de los muy pobres. Al ser una enfermedad silente, muchas veces se    descubre muy tarde, cuando ya se necesita diálisis. El momento en el que decidí dedicarme a esta profesión fue cuando asumí que también soy persona y estoy en riesgo”, asegura. 

Siguiendo la línea de su vocación, Marcelo decidió colaborar durante la pandemia del coronavirus COVID-19. Comenta que su primer paciente fue un colega que se contagió en Beni mientras era voluntario. Lo acompañó durante todo el proceso, pero, finalmente, falleció. “Por una obligación moral tenía que asistirlo, fue mi primer contacto con el virus. Siempre estuve orando, rezando”.

Trabajó en varios hospitales públicos, privados y seguros sociales, donde pudo ver de cerca las carencias y necesidades del sistema de salud del país. “La pandemia ha desnudado muchos problemas, como la falta de equipamiento, planificación, personal capacitado y aspectos culturales”, indica. 

Durante su labor muchas veces sintió temor por contagiar a su familia. Está casado con Claudia Valerio y tiene tres hijos, Santiago Marcelo (11), María Luján (10) y Esteban Francisco (2).

Quinteros dice que la medicina, con el tiempo, se ha transformado en un negocio y que eso debe cambiar porque parte de la población no tiene los recursos necesarios para acceder. 

De hecho, esa fue una de las razones que lo motivó a crear el Instituto del Riñón, junto a su esposa y como forma de rendirle un homenaje a su madre. El médico comenta que, cuando ella murió, destinó todo sus recursos a crear un espacio donde todos los enfermos renales puedan atenderse. 

La institución tiene tres pilares: la asistencia a toda la población; la investigación para conocer los factores de la enfermedad renal (como la contaminación), y  la docencia para formar nuevos nefrólogos en Cochabamba. “Queremos que sea una fundación. Es una institución de servicio. El secreto para que esto se desarrolle con éxito ha sido nunca pensar en el dinero”, afirma. 

EL PASO A LA POLÍTICA

Marcelo es hijo de Mery Alvarado y Vicente Quinteros. Cuenta que su madre era militante del partido comunista, estuvo exiliada, al volver trabajó como periodista y luego fue docente. En cambio, su padre era falangista y trabajaba como notario en la Corte. De esa complementariedad de pensamientos surgió la línea política de Marcelo y, luego de mucho tiempo dedicado a su labor médica, decidió comenzar un nuevo rumbo. “Yo me considero médico de profesión y político en formación”, asegura y comenta que desea aplicar toda su experiencia en la arena pública y llegar a más personas con su trabajo.. 

“He jurado ante Dios y ante mi familia iniciar esta carrera política. Evidentemente soy nuevo, pero creo que esa es mi fortaleza”, comenta. 

De esa forma, Quinteros creó el Movimiento 14 de Septiembre a principios de noviembre. Explica que su fin es lograr unidad para generar proyectos que fortalezcan el desarrollo de la región. Para ello, busca alianzas y conformar frentes sólidos 

“Hay que revalorizar aspectos como la honestidad, el trabajo, la valentía, el sacrificio. Lo fácil no dura, eso nos ha llevado a donde está nuestra ciudad”. 

La especialidad de Quinteros es la medicina, por lo tanto, la mayor parte de su proyecto está enfocado en trabajar en esa área desde diferentes espacios.    “Uno de mis objetivos es hacer que la salud sea accesible, mejorar los centros públicos de primer y segundo nivel. Quiero que se construya un consultorio por OTB en Cochabamba”, indica. 

Marcelo cuenta que tiene todo el respaldo de su familia, ellos le dan energía y lo impulsan a seguir en ese largo camino que inicia. 

“Soy una persona simple y de acción. No son los títulos, no son los premios los que hacen diferentes a las personas, es la calidad humana, en eso he trabajado toda mi vida”, finaliza.