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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Meat Loaf, un murciélago en el infierno

Luis Darío Salamone, Psicoanalista.
Luis Darío Salamone, Psicoanalista.
Meat Loaf, un murciélago en el infierno

TERCERA PARTE

En su autobiografía escribió que, desde un episodio traumático que sufrió cuando su padre intentó clavarle un cuchillo nunca más pudo dormir tranquilo. Quedó condenado por el padre a salir corriendo. Su Madre había muerto. Su padre se emborrachaba y lo avergonzaba. Pero lo que realmente lo impactó fue esa oportunidad en la que el padre pateó la puerta de su cuarto, entró en la habitación con un cuchillo de carnicero y se abalazó sobre él, que a duras pena logró hacerse a un lado. El cuchillo quedó clavado en mitad de la cama. Luego siguió una pelea hasta que logró irse de la casa. “Era él o yo”, dijo.  No volvió a verlo por ocho años. Se tomó un avión a Los Ángeles donde comenzó su otra historia, como actor y cantante de rock. Con los éxitos y derrumbamientos que hemos comentado. 

2- Las estocadas del superyó. En el apartado sobre los que fracasan al triunfar Freud analiza el caso de lady Macbeth, de Shakespeare. Nos dice que nos presenta a alguien con una vigorosa personalidad que, luego de una enérgica lucha por conseguir su deseo, se derrumba al alcanzar el éxito. 

Freud se pregunta: “¿Cómo ha podido suceder que la arriesgada aventurera, de voluntad osada e independiente, que se ha abierto camino, sin reparo alguno, hacia la realización de sus deseos, se resista ahora a cosechar el fruto del éxito ofrecido a sus manos? Ella misma nos da, en el cuarto acto, la explicación: «Eso es precisamente lo terrible: ahora que se me ofrece a manos llenas toda la felicidad del mundo, me encuentro transformada, de tal suerte que mi propio pasado me cierra el camino de la felicidad.» ”Freud encuentra la respuesta en un sentimiento de culpabilidad que le impide  disfrutar al sujeto de las mieles del éxito. Remite esta cuestión a la problemática edípica, lo que se juega es haber llegado más lejos que el padre, quebrantando algo que está prohibido. En esta cuestión hunde sus raíces el sentimiento de culpa. El sujeto deberá pagar por su osadía. La cuestión no emerge como culpa, sino como la imposibilidad de aceptar el éxito, aparece en esa necesidad de fracaso, en los síntomas que el sujeto presenta, en el malestar que lo inunda. Como lo plantea Jacques-Alain Miller, más allá del Edipo, Freud cree en el Nombre del Padre, es lo que sostiene su hipótesis del inconsciente. Freud construyó uno de sus mitos para dar cuenta de la función del padre en “Tótem y tabú”. El padre muerto se transforma en la condición de goce de un sujeto. Y el superyó no será ajeno a estas condiciones. 

En 1936 Freud le escribe una carta a Romain Rolland en la cual le habla de la culposa cobardía que implica ir más allá del padre. No nos permitimos la dicha porque no podemos esperar algo tan bueno del destino. Es en este sentido que Jacques Lacan planteará la perspectiva de poder ir más allá del padre sirviéndose de él. Ir más allá implica que uno puede dejar de creer en el padre, como sucede en la religión, pero a partir de que en uno algo pueda operar como causa de deseo.  

No le resultó sencilla esta cuestión a Meat Loaf, el acto filicida del padre lo persiguió por años. Su superyó siempre estuvo al acecho para lanzarle esa estocada que logró evitar del padre. Resulta muy difícil ir más allá del padre prescindiendo de él. Es necesario que le deje al sujeto alguna herramienta para poder hacerlo. Por eso el cantante no soportaba los momentos en que todo estaba de su lado.

Meat siempre pensó que su padre, no solo había querido asesinarlo estando borracho, sino que a él no le importaba en lo más mínimo lo que hacía en su vida. Más tarde se emocionaría cuando al reencontrarlo vio su habitación empapelada con las noticias sobre las actuaciones de él. Luego de su reaparición tan exitosa agradecía en el escenario públicamente la nueva oportunidad que el destino le había dado.

Pero de lo que en verdad se trata, más que de esa cuestión de que el destino le dé una nueva oportunidad, es de que el superyó deje de regir el destino del sujeto. Única forma de establecer una nueva relación con el goce. Con ese goce dispuesto a atentar contra la realización de cualquier deseo.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario,  contactarse con Claudia Méndez Del Carpio (Psicóloga),  Responsable de la columna, al correo [email protected]  o al  Teléfono/WhatsApp  62620609 Visítanos en Facebook como LECTURAS SUTILES.