Bolivia tuvo en su historia a seis Mariscales que estuvieron presentes en los hechos y batallas más importantes que luchó el país. Para conocer un poco más sobre su origen y cómo llegaron a obtener el máximo grado militar, se abrió las puertas del Gran Salón de los Mariscales de Bolivia “Honor y Lealtad”, que se encuentra en la Escuela de Comando y Estado Mayor de Cochabamba ubicado en la calle Calama y Hamiraya.

Este moderno salón presenta en exposición  seis bustos, seis óleos y los sables del Mcal. De Zepita, Andrés de Santa Cruz y Calahumana y del Mcal. de Kilómetro 7, Bernardino Bilbao Rioja.

El coronel Jorge Marcelo Cadima Paz, Comandante de esta institución, cuenta que cada uno de los bustos fue mandado a tallar con escultores de la Escuela de Bellas Artes de la ciudad de La Paz.

Los óleos también fueron pintados de manera especial, tal es el caso del cuadro de la Mariscal de La Patria Grande, Juana Azurduy de Padilla, en el cual se puede ver a la heroína con su uniforme militar y un poncho que refleja su origen. Esta pintura es la única de ese estilo.

En el salón, además de los cuadros, también hay un libro con una reseña histórica y biográfica de los seis mariscales. “Hemos realizado un trabajo de investigación histórica que se materializó en este libro. Rescatamos el grado de Mariscal, el máximo en las Fuerzas Armadas y en una institución armada en cualquier país. Bolivia tiene el privilegio de contar con seis de ellos”, dice Cadima.

Este honor se llega a obtener después de participar en una batalla. En el caso de Juana Azurduy, le dieron el grado como un homenaje póstumo —ella no luchó en el campo de pelea—. “Azurduy es la primera en empezar a combatir. Ella comienza a pelear en 1813 con su marido en Chuquisaca”, relata Cadima, quien añade que Juana obtiene el grado de Teniente Coronel en Argentina y por ello el primer cuadro le pertenece, ya que en sus pinturas aparece con el uniforme del país vecino.

El segundo cuadro es del mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien era venezolano de nacimiento pero mediante un decreto supremo él y otros mariscales que no nacieron en Bolivia, se naturalizaron. Esto debido a que lucharon por la independencia del país.

El tercer cuadro le pertenece al mariscal. de Montenegro, Otto Felipe Braun, de orígen alemán. Obtuvo el grado de manos de Andrés de Santa Cruz, a quien le mantuvo gran lealtad durante el tiempo que estuvo exiliado.

El cuarto cuadro tiene el retrato del mariscal de Ingavi, José Ballivián, quien peleó en la Batalla de Ingavi.

La quinta pintura es del mariscal del Kilómetro 7, Bernardino Bilbao Rioja, a quien le tienen más cariño porque es el único boliviano de nacimiento que obtiene este grado.

El sexto y último retrato le pertenece al mariscal de Zepita, Andrés de Santa Cruz, quien fue considerado un genio militar. Nació en el Alto Perú, antes de que nazca la República de Bolivia.

Con relación a los bustos, el orden en el que están expuestos es de acuerdo al cariño que les tienen.

De manera central y hacia fuera están Andrés de Santa Cruz, Bernardino Bilbao Rioja, Juana Azurduy de Padilla, José Ballivián, Antonio José de Sucre y Otto Felipe Braun.

La inauguración del Gran Salón de los Mariscales se realizó el 23 de agosto con la presencia de militares y los descendientes de Andrés de Santa Cruz, de quien llegaron los bisnietos; y de Bernardino Bilbao Rioja,  con la participación de los nietos.

En el acto, ambas familias entregaron a la Escuela de Comando y Estado Mayor los sables de los dos mariscales. “En el caso de Santa Cruz, nos dieron la espada, un tesoro preciado que ahora nosotros tenemos en custodia. De igual manera, los nietos de Bilbao Rioja nos otorgaron su sable”, manifesta Cadima.

Sin duda, los actuales miembros del ECEM se sienten privilegiados al contar con “piezas tan preciadas”.

En el salón, cada óleo está acompañado de los pensamientos de los mariscales.

ANDRÉS DE SANTA CRUZ Y CALAHUMANA, MARISCAL DE ZEPITA

Jossef Andrés de Santa Cruz y Calahumana es conocido como “El Cóndor Indio”. Fue un genio militar, estadista visionario y ciudadano ejemplar.

Su pensamiento dice: “Nunca tuve dudas, yo quería una sola nación desde Tumbes hasta Tarija. Quería que el incario y el virreinato fueran en la república lo que fueron siempre: el árbitro de América del Sur y del Pacífico, entre las Confederaciones de Argentina y Brasil, tan grande y poderosa como ambos.

No es muy difícil entender, es simplemente mirar el mapa y saberlo, es entender, además, que ninguna frontera artificial puede dividir un pueblo de modo gracioso”.

JUANA AZURDUY DE PADILLA, MARISCAL DE LA PATRIA GRANDE 
A Juana Azurduy Llanos, se la conoce como la “Pachamama de la Libertad”, guerrillera, madre y heroína de las republiquetas. 
En el cuadro que decora el Gran Salón, versa una frase suya que dice: “Solo el sagrado amor a la patria me ha hecho soportable la pérdida de un marido, sobre cuya tumba había jurado vengar su muerte y seguir su ejemplo; más el cielo que señala ya el término de los tiranos, mediante la invencible espada de vuestra excelencia quiso regresase a mi casa donde he encontrado disipados mis intereses y agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi subsistencia; en fin rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija que no tiene más patrimonio”.

ANTONIO JOSÉ FRANCISCO DE SUCRE Y ALCALÁ, MARISCAL DE AYACUCHO
Conocido como el “Redentor de los hijos del Sol”. Los militares aseguran que fue un hombre valiente, leal, amigo de las leyes y no del despotismo. 
Una de sus declaraciones más conocidas es: “Aún pediré otro premio a la nación entera y a sus administradores: el de no destruir la obra de mi creación; de conservar por entre todos los peligros la independencia de Bolivia; y de preferir todas las desgracias y la muerte misma de sus hijos, antes que perder la soberanía de la república que proclamaron los pueblos, y que obtuvieron en recompensa de sus generosos sacrificios en la revolución”.

OTTO FELIPE BRAUN, MARISCAL DE MONTENEGRO
Otto Phillip (Felipe) Braun, de origen alemán,  es conocido como “El más valiente de los valientes”. En el libro “Los Mariscales de Bolivia” se lo describe como un soldado leal y fiel en la gloria como en el infortunio.
Su pensamiento en el cuadro que engala el salón dice: “Vencedores de Montenegro: los primeros guerreros del mundo adimirarán en el curso de todos los siglos vuestros heroícos sufrimientos y ninguno dejará de envidiar los brillantes laureles con que la victoria ha coronado vuestras armas en tan espléndida jornada”.

JOSÉ BALLIVIÁN, MARISCAL DE INGAVI
José María Agustín Ballivián y Segurola, recordado como el “Vencedor de Ingavi”, fue un gran conductor del ejército, ilustre estratega y estadista.
“Camaradas: pocos días de privaciones y fatigas y algunos minutos de un valor decidido, van a salvar a Bolivia y presentarla respetable para siempre. Una inmensa gloria coronará vuestros esfuerzos y eternizarán vuestros nombres en las edades venideras. Contemplad sobre la magnitud de la obra que os está confiada y no vacilareís ni un momento en arrojaros sobre los bárbaros invasores, para desparecerlos de nuestro suelo y para morir o vencer con vuestro general y compañero“, aseguró Ballivián.

BERNARDINO BILBAO RIOJA, MARISCAL DE KILÓMETRO 7
Es conocido como el “Invicto estratega”, gran defensor del petróleo y la honra nacional. Una frase suya muy conocida es: “Por mis años y lejos de las pasiones humanas declaro ante Dios y la nación que nunca sacrifiqué la vida de un soldado inútilmente en los campos de batalla, que nunca entregué al enemigo un solo prisionero por descuido o incapacidad y finamente que puse y di a mi Patria el máximo de mi esfuerzo, capacidad y sacrificio”.
La visita al salón no tiene ningún costo y se puede realizar de lunes a viernes en horarios de oficina. La idea es que la mayor cantidad de personas conozcan la historia de cada uno de estos seis personajes que lucharon por defender al paìs.