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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Mario Bustamante, 40 años resguardando el secreto del guindol

El hombre oriundo de Colomi es uno de los pioneros en la fabricación de esta bebida. Sus preparaciones atravesaron fronteras y llegaron hasta EEUU, Italia y Brasil, entre otros.

Mario Bustamente. / MELISSA REVOLLO- NICOLE VARGAS
Mario Bustamente. / MELISSA REVOLLO- NICOLE VARGAS
Mario Bustamante, 40 años resguardando el secreto del guindol

En un pequeño cuarto oscuro al interior de una casa de adobe, Mario Bustamante tiene su propio laboratorio. Allí, entre cuatro paredes cubiertas por plástico azul, hace sus brebajes. Tiene la sabiduría de décadas de práctica y el conocimiento propio de su tierra, Colomi. Él es el guardián del guindol.

Mario Bustamante es uno de los maestros de la elaboración artesanal de guindol desde hace casi 40 años. Esta bebida hecha a base de guinda fermentada es una característica de Colomi y de los alrededores, pues, al ser una región rica en producción agrícola, los pobladores encontraron nuevas formas de mostrar sus productos. 

Don Mario, de 83 años, recuerda que comenzó a preparar esta bebida como una forma de experimento personal. "Antes nadie hacía en sus casas. Pero luego algunas empresas se enteraron (de la bebida) y empezaron a llevar. Para entonces, yo también hacía en unos bidoncitos pequeños, porque no había quién consuma. Era solo para la familia", recuerda.

Don Mario recibe la visita de turistas de diferentes partes del mundo.  / MELISSA REVOLLO - NICOLE VARGAS
Don Mario recibe la visita de turistas de diferentes partes del mundo. / MELISSA REVOLLO - NICOLE VARGAS

Así se mantuvo durante un tiempo. Sus preparaciones eran para consumo personal o para compartir con su familia en alguna celebración. Sin embargo, poco a poco más personas se interesaron por el guindol que preparaba, así que decidió aumentar su producción.

"Después ya poco a poco conocieron (la bebida) y, bueno, así hice la primera vez un turril de 200 litros. Y dije ¿quién me va a consumir? No tengo clientes. Pero como no se echa a perder, se va a estar nomás, decía. Y al final me faltó porque era un buen guindol. Después hice cuatro (turriles), me seguía faltando, hice seis, me seguía faltando", comenta.

Bustamente no solo se basó en su experiencia personal, sino que también recibió consejos de expertos en la materia. "Un ingeniero químico me recomendó que hay que hacer hervir la guinda. Y después otra señora que había ido a Brasil por dos años, que trabajaba con tragos, también me indicó bastante", sostiene. 

Estos consejos y su constante búsqueda de mejora le permitieron perfeccionar su proceso de elaboración.

El tiempo requerido para preparar el guindol es de aproximadamente dos semanas. Don Mario cuenta con un equipo especializado que se encarga de distintas tareas: una persona se aboca a limpiar la guinda para su uso, otra se encarga de medir las porciones exactas para la preparación y finalmente hay una responsable de hervir la guinda en fogón a leña.  

Cuando se trata de almacenar el guindol, don Mario sigue cuidadosamente su técnica. Al interior de su casa tiene un pequeño cuarto oscuro cubierto en su totalidad por plástico azul para simular la noche. Allí almacena los turriles donde fermenta la guinda una vez hervida. Los envases están bien sellados y solo se abren cuando es momento de embotellar para la venta.  

Los clientes de Bustamente provienen de diversas partes del mundo, incluyendo turistas de Francia, Brasil, Italia, España y Estados Unidos, entre otros. La demanda ha sido tal que ha tenido que ampliar su oferta, vendiendo guindol en botellas de 750 ml, así como en tamaños de 5 y 10 litros. El grado alcohólico del guindol es de 10.

En cuanto a la recepción de los clientes, don Mario comenta que recibe visitantes casi todos los días. A veces va una persona o, en otras ocasiones, grupos grandes. Al final, todos llegan buscando su guindol.

Mario Bustamente se encarga de preparar guindol hace 40 años. / MELISSA REVOLLO - NICOLE VARGAS
Mario Bustamente se encarga de preparar guindol hace 40 años. / MELISSA REVOLLO - NICOLE VARGAS

Los precios de venta son accesibles para el público: "A 20 bolivianos la botella. El bidón de 5 litros, en 100 y el de 10 en 200", explica el productor. 

A pesar de la creciente popularidad de su guindol, don Mario reconoce que no fue el primero en producirlo en Colomi: "Había una señora, ella hizo la prueba solamente en botellitas. Como no había quién consuma, estaban en su vitrina. Entonces yo también hacía la prueba. Pero estoy entre los primeros”, rememora. 

Actualmente, Mario Bustamente es el productor más antiguo de guindol. En su memoria tiene el secreto de esta bebida tradicional que se ha expandido por todo el país. Mientras la vida pasa en Colomi, un letrero en su puerta anuncia que allí aún se puede encontrar el elixir de la guinda. l