Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 21:03

Mariana Torricos, de recepcionista a mujer de peso en el mundo ejecutivo

La cruceña, de 27 años, maneja las relaciones públicas de Huawei. Tiene dos carreras y cumplió su sueño de bailar en San Simón. 

Mariana Torricos, de recepcionista a mujer de peso en el mundo ejecutivo

La primera presunción al verla tan proactiva, siempre concentrada en los mínimos detalles y predispuesta a ser la primera guía, es que la mujer se lleva el mundo por delante y deja lo máximo en la entrega. Claro está. Ello no puede ser posible sin que en el proceso reparta sonrisas generosas que grafican su modo de ver la vida, tan desfachatada como ambiciosa.

Mariana Torricos aparece en la escena y el ambiente toma un halo especial, ese que solo puede imprimirle una mujer fuerte, con su personalidad como mejor arma.

La cruceña, de 27 años y egresada de las carreras de Administración de Empresas e Ingeniería Comercial, es actualmente una de las ejecutivas con mayor peso e influencia de la firma Huawei en Bolivia, compañía en la que se desempeña desde hace cuatro años como cara visible de todo aquello relacionado con la comunicación.

La facilidad con la que ofrece simpatía es proporcional al sacrificio dado en cada paso, pues para llegar a oficiar como encargada de las Relaciones Públicas en la firma china, Mariana superó un camino: comenzó como recepcionista.

Y tuvo paciencia para cumplir con la tarea inicial, aunque lo que siempre conmovieron sus adentros fueron las labores ligadas con el marketing comercial y las terminales. Nació para ello.

“Apliqué para un cargo de control interno. Logré entrar a los seis meses, luego, en recepción, que en ese entonces se llamaba Soporte Administrativo. Antes había tenido pasantías en Relaciones Púbicas. Vengo haciendo eventos desde los 16 años. Tengo 27 y vi muchos procesos”, relata la cruceña, recibida en la Universidad Católica y comprometida desde hace un año.

Fue parte, también, del momento caldeado que atravesó la compañía en 2019, cuando la crisis económica sacudió su estabilidad institucional al calor de la guerra comercial entre Estados Unidos  y la República Popular China.

Reconoce que es ambiciosa. Y siguiendo su naturaleza humana, no se sonroja al admitir que aspira a un cargo jerárquico al que apuntó desde que entró a las arenas de la comunicación: quiere la gerencia.

“Estoy contenta, pero puedo llegar a más. Aspiro mucho al cargo de gerente de Marketing. Espero lograrlo algún día. Si no es aquí, en alguna otra empresa. Es mi mayor deseo, a pesar de que me encanta lo que hago. Me fascina hacer eventos. Me encargo de lanzamientos, conferencias de prensa, gestión de empresas y tour de medios, entre otras cosas. Desde el primer día lo anhelo”.

Curiosamente, el día en que Mariana decidió postularse para entrar a la empresa, se enteró de que el puesto para asistente de Marketing se encontraba vacante.

“La misma jornada en que ingresé a recepción, había una chica que entraba al cargo que yo quería. A los cinco meses apliqué. Lo hice con mucho entusiasmo. Sabía mucho acerca de cómo usar los sistemas de Huawei, efectuar los pagos... todo. Creo que durante este tiempo aprendí el proceso desde cómo comprar  agua hasta cómo llegan los terminales”, detalla la ingeniera, que se reconoce solidaria con todo aquel que requiera “su soporte al interior de la compañía”.

A ella le costó mucho y es por ello que intenta transmitir sus saberes a los más novatos. “Estoy muy contenta y siempre trato  de pasar mis conocimientos a las personas que vienen. Si bien ahora me encuentro en este cargo, tuve que resignar el de control interno, por ejemplo”.

Suele volverse un verdadero reto el compaginar los compromisos laborales con la vocación. Pero cuando esta combinación se da, sucede la magia, no queda más que el disfrute. Y la oriental hace parte de ese grupo de afortunados.

De ahí que el trajín diario, las sucesivas reuniones con altos ejecutivos y la organización de las tareas relacionadas con la imagen empresarial no suponen para ella una obligación pesada. Planta cara y asume sus días con mucha energía.

“Tengo muchas pilas y soy muy paciente. Me gusta estar alegre. No importa si hay mil cosas que hacer ¡Estoy acostumbrada! No voy a mentir, los días de evento son realmente caóticos. Me encanta sentir esa adrenalina, el hecho de ver, en la tarde, el local sucio y todo. Sé que tres horas después voy a estar lista para empezar y lo veré decorado. Eso es algo cotidiano porque organizo distintos eventos, pero me complace saber que tendré un día largo ¡Lo hago con ganas!”.

Tiene en la mira suceder al actual gerente de Marketing de Huawei. Cuenta que fue ella misma quien lo capacitó. Y fue “de frente”, con la sinceridad como estandarte.

“Se lo dije. Muchos lo saben, la verdad. Ya son dos veces que el cargo se encuentra vacante. Puede ser que no tenga 10 años de experiencia, pero digo: me voy a  postular igual. Y lo volveré a hacer. Siempre hay que seguir creciendo”.

Hace un tiempo le dieron una noticia no muy amable: padece hernia de disco.

Se enteró luego de unos exámenes que le dieron respuesta a los repentinos dolores en la espalda. De pronto, le restringieron utilizar tacones o cualquier tipo de zapatos altos.

Pero la dolencia no condicionó que Mariana continuara con su otra pasión, el baile.

Así, en enero pasado cumplió uno de sus sueños postergados: ser parte del Carnaval de Oruro en los Caporales San Simón.

“Ensayaba todos los días. Siempre me dediqué a la zumba. Apareció, de pronto, un dolor que no pude soportar más y me detectaron que tenía dos hernias de disco, ¿cómo?, no lo sé. Ya están ahí, pero gracias a Dios cambié mi  alimentación”, señala, para luego referir que ha perdido 10 kilos de peso.

“Siempre fui rellenita, macanuda y cachetona”.

Se anima a proyectar su horizonte de aquí a cinco años. Se visualiza como gerente de Marketing en alguna firma, con más estudios pues la actualización académica es elemental en su vida y, quizás, como madre.

“Dios sabrá, pero ya en cinco años tendré otros estudios.  Un año en Huawei son como cinco de experiencia en cualquier parte. El tiempo, la presión y la cultura te hacen aprender mucho. Espero estar casada, tal vez, con hijos”.

La ingeniera comercial, que antes de unirse al grupo de Huawei formó parte de Tigo, agradece haber conocido todo el país con las actividades de la empresa internacional.

Incluso viajó a México y a Chile, naciones que visitó mediante la compañía.

Y una mención especial se llevan sus padres Carlos y Marcia, quienes hicieron posible que ella estudiara ambas carreras.

“Me apoyaron siempre. Si no  hubiera sido por ellos, no habría salido profesional, ni nada. Creo que la contención de un padre en la formación académica de una persona es muy importante”, reflexiona Mariana, para luego dejar bien en claro que continuará sumergiéndose entre los textos para ampliar sus saberes.

“Tengo un diplomado en Edicion y Redacción que hice en la Fundación de Periodismo ¡Hay que seguir interiorizándose todo el tiempo!”.  l