Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 09:37

Marco Maciel, el ganador de un MTV que hace alfajores

Este músico argentino eligió Bolivia como su hogar. Se dedica al área artística desde hace más de 10 años. Además, recientemente emprendió los Alfajores Estricto.

Marco Maciel nació en San Miguel de Tucumán. Empezó con la música cuando era muy pequeño. CORTESÍA
Marco Maciel nació en San Miguel de Tucumán. Empezó con la música cuando era muy pequeño. CORTESÍA
Marco Maciel, el ganador de un MTV que hace alfajores

Marco Maciel nació en San Miguel de Tucumán. Empezó con la música cuando era muy pequeño. “Mi papá tenía una guitarra española y un bajo eléctrico. A los 11 años le pedí que me enseñara algunos acordes y luego me di cuenta de que podía sacar las canciones de oído. Así empecé con el Unplugged de Nirvana y con The Beatles”, cuenta Marco. Sin embargo, no fue hasta los 14 años que formó su primera banda, Personajes. 

Esta primera experiencia con una banda fue para Marco “una de esas cosas que no se olvidan”. Comenta que un amigo del barrio se compró una guitarra eléctrica y otro, una batería. Cuando se enteró, les dijo que su papá tenía un bajo.  “Nunca había tocado el bajo, pero ya tocaba la guitarra así que me adapté rápido”, cuenta. El debut de la banda fue en un evento de un restaurante en la terminal de buses de Tucumán.  “Aunque había máximo unas 10 personas, me moría de timidez, es lo único que me acuerdo (risas). Lo curioso es que unos días des-pués, el segundo show fue en un evento en una plaza y había cientos de personas, pero esta vez me sentí increíblemente feliz y tranquilo”, dice. También comenta que eso es algo que le sucede hasta el día de hoy. “Cuando toco con poco público me pongo tímido, aunque no se note mucho, pero en escenarios grandes y repletos me suelto”.

Maciel tenía claro desde ese momento que la música era una de sus vocaciones. “Aunque realmente me casé con la música cuando empecé a trabajar profesionalmente al mudarme a Salta, ahí no había vuelta atrás, ni quería que haya”, afirma.

Esta mudanza a Salta se dio cuando Marco tenía 19 años. Se fue de Tucumán con la banda que tenía en ese entonces, La Cuerda. La agrupación se quedó seis años en esta ciudad trabajando con la música. “En ese tiempo viajamos mucho tocando en ciudades y pueblos de todo el norte argentino hasta que en 2005 nos contrataron para la gran fiesta de año nuevo en la ciudad de Tarija. Ese fue mi primer viaje a Bolivia, y durante los 3 años siguientes volvimos varias veces”, cuenta Maciel.

Fue en estos viajes a Tarija que Marco conoció a Esteban Motete Zamora y Daniel Subirana, quienes más tarde se convertirían en los otros dos tercios de la banda Electroshock. “A comienzos de 2009 me propusieron armar un proyecto juntos, pero en la ciudad de La Paz. En ese momento yo estaba con poco trabajo y viviendo con mi vieja, por lo que acepté sin pensarlo mucho (risas)”. Maciel llegó a esta ciudad en marzo de 2009 y ahí nació Electroshock.

Así, Marco asumió el desafío de dedicarse a la música en Bolivia, algo que es considerado un reto. Sin embargo, el músico asevera: “Hacer música en Bolivia no es el problema, el género es el problema. Hacer folclore o cumbia es otro mundo, hay industria para eso, pero para el rock no”. Añade que esto se puede deber a ciertas causas: “Una es la escasa cultura de rock y la otra, la falta de interés hacia los artistas nacionales. Es muy marcada la admiración que el boliviano tiene hacia ‘lo de afuera’. Si es nacional, generalmente se subestima. Y es una pena porque hay talentos increíbles en este país, que no se valoran”.

Electroshock era todavía una banda muy joven cuando decidieron presentarse en el concurso Multirock, en 2010. La banda llegó a la final y para este evento necesitaban cantar tres canciones, dos originales y un cover. Las seleccionadas fueron “C’mon girl”, “Espérame” (propias de la banda) y “it’s ain’t over till it's over” de Lenny Kravitz. “Por suerte fue una buena elección y ganamos el concurso. Fue el primer gran logro de la banda y realmente no lo podía creer, fue como un sueño. Luego viajamos a los estudios de MTV Latinoamérica en Buenos Aires para dar una entrevista”, afirma el cantante y bajista. 

Al regresar de este viaje, la banda publicó Postales. Así se posicionaron rápidamente en el rock nacional de la época. 

Electroshock pasó por algunos cambios en la alineación y, en enero de 2020, después de más de 10 años, se separó definitivamente. Sin embargo, queda como una de las bandas más importantes del rock de nuestro país.

AMOR POR LA COCINA

Pero Marco no es solo músico, otra de sus grandes pasiones es la cocina. En septiembre de 2019, decidió emprender con los Alfajores Estricto. “Lo gracioso es que dije muchas veces que me siento más seguro en una cocina que en el escenario, pero trabajo de la música y resulta que ahora trabajo en la cocina”, afirma.

La historia detrás de estos alfajores data desde hace más de un año. Marco relata: “Fue raro cómo se dio todo. En septiembre de 2019 fuimos a tocar con Electroshock a Buenos Aires y antes de volver, algunos amigos de La Paz me pidieron que les traiga alfajores. Por esta razón empezó a darme vueltas en la cabeza la idea de hacerlos”. 

Si bien Maciel ya era un apasionado de la cocina, los alfajores fueron un desafío para él. “Es realmente un trabajo artesanal, pero me gusta. Comencé a estudiar bastante sobre el tema y casi dos meses después hice la primera prueba. El resultado me sorprendió bastante y decidí invertir en todo lo que me faltaba”, cuenta. 

Al poco tiempo, los Alfajores Estricto se hicieron bastante populares. Marco no esperaba buena respuesta tan pronto. Respecto a esto, Maciel dice: “Cuando hice la segunda tanda, les regalé a varios amigos y luego empezaron a pedirme que les venda. Después, comenzaron a hacer historias de Instagram y Facebook y se dispararon los pedidos”. Actualmente, estos alfajores cuentan con más de 20 puntos de venta en el país y el emprendimiento busca seguir  creciendo.

Marco Maciel es una persona muy apasionada por lo que hace. Planea seguir tanto con la cocina como con el área artística. “Tengo la suerte de haber hecho siempre lo que me gusta, y creo que encontré el equilibrio entre estas dos vocaciones que amo. La empresa de alfajores seguirá avanzando de a poco a su ritmo, y mientras tanto seguiré haciendo música. Pronto se viene algo muy importante en lo musical, en unos 2 o 3 meses se enterarán”, finaliza.