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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Luis Espinal, 40 años de un mártir por la fe y la justicia

Hoy se cumplen cuatro décadas del terrible asesinato del jesuita. Su sobrino cuenta otra etapa del sacerdote y el proceso de beatificación que sigue a través de su asociación.

Luis Espinal, 40 años de un mártir por la fe y la justicia

Hace prácticamente dos años y medio nació la Asociación Luis Espinal Lucha y Fe, precisamente en el pueblo donde nació, Sant Fruitós de Bages, localidad muy cercana a Manresa, España, donde existe el Santuario de la Cueva de San Ignacio. Hace casi 500 años, el aún soldado Ignacio escribió sus conocidos ejercicios espirituales.

Es una entidad laica, plural, incluso integrada por personas no religiosas, pero en la que todos tenemos un denominador común, que es nuestra admiración por lo que representa Luis y que tiene como objetivo dar a conocer su legado y extender su memoria en la región de Cataluña donde no es suficientemente conocido, aportando su ejemplo y valor a nuestro humilde esfuerzo, trabajando en una posición de denuncia civil, espiritual, artística, cultural y política, contra el inhumano e injusto sistema económico actual con sus manifiestas iniquidades sociales y la constante pérdida de valores democráticos, derechos humanos y de libertades individuales y colectivas, inclusive en el primer mundo.

Hecho este prefacio, tengo que comentar que la agrupación que represento nació por la lucha, tal  como ha quedado explicado arriba, pero también por la fe. Entendemos estos dos conceptos como los verdaderos ejes para explicar quién fue Luis Espinal.

De hecho, como nos dice el entrañable Xavier  Albó SJ, tan amigo de Luis: "Para unos, es el periodista y columnista con su estilo ágil y directo; o el cofundador y director del semanario Aquí en el cual tantos reporteros y articulistas recorrieron para difundir lo que los otros medios convencionales no osaban destapar. Para otros es el cineasta y crítico de cine; o el docente universitario que llenaba el aula a las siete de la madrugada; o el revolucionario comprometido con la lucha por la democracia; el defensor y cofundador de la Asamblea de Derechos Humanos. Tal vez, el humanista con sensibilidad de artista, que en sus momentos de descanso transformaba la madera de sillas destartaladas en tablas llenas de mensaje. Muchos meditan sus ‘Oraciones a Quemarropa’ y lo ven como el cristiano, sacerdote, jesuita y teólogo de la liberación, próximo a la gente y dispuesto a dar la vida por ellos".

Es precisamente esta definición por la que nuestra asociación tiene como propósito conseguir que el Arzobispado de La Paz abra la causa de una futura beatificación a Espinal.

Somos conscientes de las dificultades de tal tarea, pero insistiremos con un esfuerzo tozudo porque se le reconozca su mérito como mártir por la fe, aunque sea un "mártir incómodo" como tan acertadamente titularon el documental dedicado a él y producido por TV3, en el 25 aniversario de su muerte.

El ayuntamiento de Sant Fruitós de Bages está dedicado este 2020 a la memoria y homenaje al padre Luis Espinal, hijo predilecto de la localidad donde nació y que coincide con los 40 años de su trágica muerte.

La importancia que se le quiere dar al acontecimiento no quedará limitada a algún acto puntual y biográfico, más bien al contrario, la voluntad del mismo ayuntamiento y de las entidades colaboradoras, es hacer un calendario apretujado de actos de todo tipo. Por ejemplo, conferencias, exposiciones, proyecciones cinematográficas, representación teatral de la obra de Stefan Gurtner “Cordero de Díos”, actos litúrgicos, etc.

El acto inaugural sé celebro el año pasado. Como evento central del año Luis Espinal, hay programado un simposio que se celebrará los días 14 al 16 de mayo en Mont Sant Benet, bajo el título: "Luis espinal periodista de prensa y radio. Los medios de comunicación y el cine como herramientas de lucha social y política dentro de la teología de la liberación."

La comunidad boliviana residente en Cataluña participará activamente en diversas manifestaciones culturales y musicales. Sin duda será un emocionante encuentro entre dos tierras a causa de un hombre excepcional que nació catalán, pero que murió dando lo mejor de sí mismo como boliviano, entregado totalmente a esta tierra americana que el tanto amó. 

La vida del jesuita revolucionario 

Luis Espinal Camps nació el 4 de febrero de 1932 en Sant Fruitós de Bages, cerca de Manresa, en España. Ingresó muy joven al noviciado de la Compañía de Jesús (1949). Estudió filosofía, teología y ejerció de maestro en una escuela de la congregación hasta su ordenación como sacerdote en 1962. Al año siguiente obtuvo la licenciatura en Teología en la facultad eclesiástica de Sant Cugat del Vallès. Después, marchó a la Universidad de Bérgamo, Italia, para estudiar Periodismo y Medios Audiovisuales, bajo el magisterio del padre Nazareno Taddei, un destacado analista del lenguaje cinematográfico. 

Al volver a Barcelona, en 1967, realizó crítica de cine y  colaboró en el programa religioso de TVE “Cuestión Urgente”, del que dimitió tras ser censurado un capítulo sobre el problema del barroquismo en la ciudad condal.

En agosto de 1968 aceptó una plaza de profesor en la Universidad Católica Boliviana de La Paz, en Bolivia. Aquí, además de su labor pastoral, realizó crítica cinematográfica, principalmente en el diario Presencia;  en el  programa de televisión “En Carne Viva” un remake de “Cuestión Urgente”, que apenas duró un año en la cadena estatal al ser vetado por la dictadura; colaboró en Radio Fides (emisora de la Compañía) y dirigió hasta su muerte el semanario Aquí. Todo ello junto a su participación en la productora cinematográfica Ukamau, la escritura de de más de 10 libros y su actividad docente en dos universidades católicas.

La implicación de Lucho Espinal en la vida política y social de su nuevo país adquirió la nacionalidad 10 años antes de su asesinato fue intensa y comprometida, de acuerdo con la divisa jesuita de “servicio a la fe y a la causa de la justicia”. En 1976, participó en la fundación de la Asamblea de Derechos Humanos y en enero de 1978 en una huelga de hambre, junto al también jesuita catalán Xavier Albó y casi dos centenares de personas que reclamaban amnistía y democracia frente a la dictadura del general Hugo Banzer.

El 21 de marzo de 1980 fue secuestrado a medianoche por un grupo de paramilitares que le golpearon hasta romperle el esternón y le dispararon 17 veces. En la madrugada del día siguiente, un campesino encontró su cuerpo desnudo y torturado en el barrio popular Plan Autopista de La Paz. Allí se erigió una cruz donde cada año se reúnen miembros de organizaciones sociales y religiosas para homenajear a uno de sus mártires por la democracia. A su entierro, el día 24, asistieron miles de personas. En el epitafio de su tumba en el cementerio   general se lee: “Asesinado por ayudar al pueblo”.