Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:00

LECTURAS SUTILES

Lo insoportable

Lo insoportable

Alan es un adolescente rebelde, hijo de padres divorciados. Actualmente vive con su madre y no sabe de su padre, quien emigró a otro país con una nueva pareja. 

Alan siente rechazo hacia su progenitor y lo da por muerto. En la vida escolar es un desastre, reprueba constantemente las materias, muestra desinterés por el estudio, no acata las normas de sus profesores, tiene pocos amigos, detesta a la mayoría de los jóvenes de su edad, los considera seres mediocres, inferiores y superficiales. A los amigos que tiene,  los insulta, se burla y  los agrede físicamente, los tilda de seres altaneros, prejuiciosos y aprovechadores. 

Alan siente inconformidad con todo, está insatisfecho con su    vida y con sus relaciones sociales. Con su madre tiene peleas constantes, considera que ella nunca lo ha respetado, que lo   percibe como un perdedor, que no le ha demostrado su amor   y que se aprovecha de sus debilidades. 

Su único refugio es su enamorada, una chica bella y coqueta, con quien trata de drenar todo su malestar emocional, encontrar aquello que el mundo le ha negado. Ella no está dispuesta a ser su salvadora, tiene sus propios problemas y es independiente.  Alan se sentirá frustrado, hará todo lo posible para forzar la relación y cumplir con su ideal de pareja a la fuerza, pero, por sus actitudes de celos y enojos, provocará que la relación llegue a un fin desagradable, que lo sumirá en la depresión. 

Alan se ha enfrentado con lo insoportable de la vida, ha sentido el rechazo,  piensa que los demás lo tratan como un ser inferior   e indigno de ser amado. Una verdad difícil de soportar,  la única salida para él es culpabilizar al mundo entero por aquello que habita en su interior en forma dolorosa. 

A la frustración y el malestar se los desconoce, alejan de uno mismo, son invisibles, se reacciona con enojo, sin confrontarlos y dejándolos irresueltos. Así, lo insoportable estará presente y con fuerza, a pesar de los intentos fallidos porque desaparezca. 

Una oportunidad para desalojar el malestar, es localizar lo insoportable en el otro, que este tenga las características que molestan. Siempre lo que se hace insufrible en el otro tiene que ver con uno mismo. 

El psicoanalista Jacques Lacan dijo que el propio mensaje, retorna del Otro en forma invertida. Es decir, la tendencia a colocar en los otros lo que en realidad no se puede entender de uno mismo, aquello que no se asimila y no es soportable, sin hacerse responsable de la propia subjetividad, vivir en la ignorancia o no querer saber sobre eso que habita y trae dificultades. 

La ciencia, la sociedad y las instituciones, cuando encuentran algo de lo insoportable, tienden a rechazarlo, aislarlo y criticarlo o etiquetarlo como trastorno. 

Pensar que quizás la solución no está en la medicación, sino en buscar una salida a lo insoportable, colocando el malestar en palabras y ser capaces de darle un tratamiento a lo más íntimo de uno mismo.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario, te puedes contactar con Claudia Méndez Del Carpio (psicóloga), responsable de la columna, al correo electrónico [email protected] o al  teléfono/whatsApp  62620609.  

Visítanos en Facebook:  LECTURAS SUTILES