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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Los límites a partir de la novela ‘Las aventuras de Pinocho’

Jorge Bafico, Psicoanalista- Doctor en PsicologÍa, Miembro de la AMP 

Montevideo-Uruguay
Jorge Bafico, Psicoanalista-Doctor en Psicología Miembro de la AMP.
Los límites a partir de la novela ‘Las aventuras de Pinocho’

“Las aventuras de Pinocho” es una novela del italiano Carlo Collodi de fines del siglo XIX. Elijo esta columna para hablar de los límites entre padres e hijos.

En estos tiempos se ve la dificultad de poner límites de los padres, la falta de autoridad. Pero, ¿cómo salimos de eso? ¿Cómo se sale? Con el amor, seguramente, se puede salir. Pero, ¿el amor alcanza?

El otro día miré con mi hijo la película de Disney de Pinocho y él estuvo atento por toda la cinta. Sin dudas es un filme que atrapa la atención de los niños.

Pinocho es una película atemporal, que trasciende las generaciones, hay algo ahí que tiene que ver con lo mítico. Me puse a investigar y vi que muchos literatos, artistas y científicos han hablado de Pinocho. Y, entre ellos, el escritor italiano Ítalo Calvino incluso hace una lectura masónica de la historia, habla de cómo Pinocho va adquiriendo cierta sabiduría y termina siendo un sabio, en el sentido de poder metabolizar su culpa, de poder hacer algo con su vida.

Mirada con ojos de adulto, la historia de Pinocho es terrible, pero era mucho más terrible originalmente, yo diría que hasta terrorífica. ¿Cómo un niño en 1881 podía leer aquella primera versión: una que terminaba con Pinocho ahorcado por el zorro y el gato? La gente, de hecho, no pudo creer que la historia terminara así y le pidió a Collodi que reescribiera el final. Y ahí es donde aparece el hada madrina que lo salva. Además, en principio Pinocho era un transgresor nato que hacía todo el tiempo cosas que no debía, que no quería a su padre y se quería escapar siempre.

Hace unos años hubo una reunión de psicólogos en Venecia que analizó el cuento y llegaron a esta conclusión: “Pinocho representa todos los terrores y desgracias en los que puede caer un niño, desde la orfandad a la crueldad”. Esta lectura parecería demasiado simple ya que es lo que cualquiera puede pensar de inmediato: trata de una cantidad de desgracias que Pinocho tiene por no obedecer a su padre y sus mandatos.

Calvino, en cambio, lo que plantea es que no se puede concebir al mundo sin Pinochos y que no es una fábula para niños, sino para padres. La historia de Pinocho toca algo de lo esencial del conflicto humano. Y creo que hay algo de eso y que por eso sigue siendo actual: plantea el miedo que nos genera a los padres lo que les puede pasar a nuestros hijos en la calle, por el solo hecho de que los niños —como Pinocho— tienen cierta transgresión innata; no tienen por qué ser necesariamente buenos y obedientes.

Pero quiero detenerme en otro aspecto, en cómo se resuelve en esta historia el tema de los límites. Pensemos en cómo empieza esta historia originalmente. Comienza con Geppetto que lo construye y lo talla para que le dé dinero. Geppetto era muy pobre y lo construye con la intención no de tener un hijo, sino de hacer un títere que baile y salte y poder hacer un poco de dinero con él para comer, para tomar un vaso de vino y comer un poco de queso. De alguna manera, Pinocho es un niño que no es narcisizado, es decir, no es deseado, no es puesto como hijo. Es un niño que lo primero que hace cuando se lo termina de construir es salir corriendo, con una gran necesidad de transgredir permanentemente, no quiere estudiar, se quiere divertir, salir, recorrer el mundo. Luego, en algún punto de la historia, Geppetto asume su condición de padre y lo nombra como hijo.

Pero, ¿qué es lo que pasa con Pinocho? Está Pepe Grillo, que es como una especie de guía que le dice a Pinocho lo que tiene y no tiene que hacer. En la película de Disney funciona bien este rol, pero en el cuento original Pinocho le da un martillazo a Pepito Grillo y lo aplasta contra una pared. O sea que hay algo a nivel de límites que en Pinocho no funciona, y es interesante verlo desde el punto de visa psicoanalítico. Porque lo que hay en juego no es falta de amor. Hay amor entre Geppetto y su hijo. Pero lo que falta es la posibilidad de que él le pueda decir no a su hijo y que eso funcione.

Continuará...