Es una realidad que, hoy en día, muchas parejas jóvenes no tienen ni la más remota intención de ser padres. Llegan a los 30 viviendo juntos, pero sin hijos. ¿Por qué?, simplemente las generaciones y sus prioridades han cambiado. Por el contrario, sus padres ideaban un plan de vida claro: casarse para formar una familia, construir una casa y en su mayoría tenían dos a tres descendientes para completar el proyecto.

Las circunstancias son diferentes y por eso son pocos los que quieren asumir el compromiso de criar. En contraste, optan por sustituir esta responsabilidad con mascotas, que, si bien requieren cuidado, este no va más allá de un poco de tiempo, cariño, alimentación   y limpieza para mantener todo en orden.

Algunos viven en pareja, pero sin la formalidad de la boda y otros están solteros. Así ha decidido vivir esta generación y las razones van más allá del egoísmo y del vacío existencial. Estas son algunas de las más importantes:

Responsabilidad. Quizá este sea el motivo central del porqué las personas jóvenes no quieren comprometerse con la paternidad. La labor de criar implica un compromiso que quizá no tienen y tampoco están interesados en adquirir porque están ocupados en su felicidad y crecimiento personal, aunque suene egoísta. Ellos tienen las cosas claras.

Desempeño profesional. Los jóvenes de hoy fueron criados con la idea de ser exitosos en el plano profesional, sus padres se esmeraron por darles una carrera y ahora la disfrutan buscando ser competitivos laboralmente, por lo que el proyecto de ser padres simplemente se va postergando. Eso, por su puesto, trae consigo los beneficios de ganar dinero, entonces su plan de vida se concentra en consolidar su independencia, en aprender nuevas cosas.

Tener opciones. La liberación femenina y la pérdida de convencionalismos emancipó a las mujeres para que tengan la oportunidad de estudiar, trabajar y vivir libremente. No necesitan un esposo o hijos.

Lo mismo con los varones, ya no tienen encima el peso de formar una familia como la única salida para ser exitoso. La mayoría se concentra en su crecimiento profesional, en sus gustos y deseos para el futuro.

Ambos han encontrado en este camino la manera de disfrutar la vida en pareja, aunque esto tenga un impacto en el compromiso, pues muchos ya ni siquiera buscan casarse.

Disfrutar la vida. Viajan, salen con sus amigos, leen, tienen todo el tiempo disponible del mundo para hacer maletas e ir en busca de la aventura, solos o en pareja. Por supuesto que no quieren tener hijos, ¿para qué?, solo sería un limitante y no están dispuestos a ceder la   libertad de decidir sin presiones.

Dinero. Es sabido que el entorno económico actual es complicado. Las ofertas en el plano laboral escasean. Muchos jóvenes viven esa realidad y deben recurrir a opciones freelance que no implican un ingreso fijo, por lo que su estabilidad monetaria se hace difícil, así que no pueden asumir más compromisos. l