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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Hans, los hombres y “El club de la pelea”

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Hans, los hombres y “El club de la pelea”

Herbert Graf es un nombre importante en la historia del psicoanálisis. No todo el mundo lo recuerda, por el contrario, pasa desapercibido. Más conocido es, en todo caso, el seudónimo con el cual Freud lo bautizó y lo hizo el célebre protagonista del caso de fobia infantil más conocido en esta praxis: Hans. El hecho principal de este historial lo constituye la inconmensurable angustia del niño ante la presencia de los caballos, en una época donde los equinos abundaban en las principales avenidas del mundo. Al final, el análisis reveló que la fobia era una expresión deformada que manifestaba el conflicto entre la potencia de una madre incuestionable y la pusilanimidad del padre. 

Años más tarde, un “Juanito” ya adulto, se encuentra con Freud y se hace evidente para este último su pasividad y la falta de iniciativa de su carácter. Lacan dirá al respecto, que Hans se transformaría en un dandy muy elegante, pero que a la hora de la verdad era incapaz de subirse los pantalones solo. 

Se deben estar preguntando: ¿Qué tiene que ver Hans con la película “El club de la pelea”? Para los entusiastas del psicoanálisis, Juanito inaugura una nueva virilidad. No se trata de una hombría a la antigua, brutal y solitaria, sino una masculinidad extraviada de los viejos esquemas viriles. Ese es el mundo en el que habitan los personajes del filme. 

Una escena es representativa de ello: Tyler y Jack embarcados en un autobús, miran burlonamente un anuncio de ropa interior masculina, modelado por un torso escultural. Se preguntan “¿Esto es un hombre? Los verdaderos hombres han desaparecido, esta es una generación criada por madres solteras”, concluyen. 

¿De qué trata “El club de la pelea”? Es difícil enfocarla desde una sola perspectiva. En todo caso, estoy en contra de la simplificación diagnóstica y terquedad psicológica, pues no se trata de la supuesta psicosis del personaje principal. Jack es un hombre que se encuentra confundido en la vida, el permanente insomnio y su estado crepuscular acrecientan esta idea. Su relativo éxito laboral y su consumismo superfluo no hacen más que ahondar el vacío de su existencia, su cómoda estancia en el mundo no posee sentido, ni significancia, no es lo que quiere ser, pero no pretende ser otra cosa debido a su pasividad. El mismo nombre del personaje, “Jack” da cuenta de su impersonalidad: es todos y nadie a la vez. 

Cuando conoce a Tyler Durden, Jack se encuentra con la encarnación de todo lo que anhela: Durden es todo lo que quisiera ser, pero que no puede asumir. Tal es el magnetismo que emana Tyler, que inmediatamente se transforma en el líder de una generación de hombres temerosos y angustiados, que encuentran en la violencia el mejor medio para expresar su frustración. El clan que conforma el club de la pelea busca sacarlos del aturdimiento  de sus vidas, para enfrentarlos a una virilidad que no pueden aceptar sin rodeos. Lo irónico de esto es que no hay novedad en el panorama y en el camino vuelven al sometimiento de la reglamentación de Tyler quien, a la manera de un tirano, los automatiza y los vuelve piezas de un gran engranaje: se sale de un sistema para ingresar a otro.

En el interior del lacanismo, se hace mucha referencia a las nuevas virilidades como resultado del declive de la función paterna. El padre, según esta orientación, era el encargado de ordenar, para los hombres, la virilidad adoptada, garantizando una posición y un comportamiento en relación al otro sexo. Sin embargo, la generación que no sabe lo que es un hombre se halla en la orfandad. Esto repercute también en la relación amorosa: ¿No son todos los avatares que tiene que pasar Jack, rodeos que le impiden expresar su amor a Marla? En ese sentido, la película es una comedia romántica muy retorcida, que reflexiona en torno a un encuentro tremendo: algunos hombres cometen crímenes e impulsan revoluciones para no enfrentarse al Otro sexo. 

NOTA: para cualquier consulta o comentario te puedes contactar con Claudia Méndez Del Carpio, responsable de la columna, al correo electrónico [email protected] o al  teléfono/whatsApp  62620609.     

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