Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Fiestas apagadas: la peor crisis que viven los salones de eventos

A pesar de que la cuarentena se pueda flexibilizar, paulatinamente, en las próximas semanas, este sector deberá esperar varios meses para reactivar  su economía. 

Fiestas apagadas: la peor crisis que viven los salones de eventos

La pandemia del coronavirus cambió la vida de todos. De un momento a otro, todos los planes que teníamos se esfumaron y el único camino viable se volvió estar encerrados en casa. 

Entre las actividades que se cancelaron apenas surgió la COVID-19, están los eventos que reúnen personas, como bodas, quinceaños, seminarios, congresos y aniversarios. 

Por eso, los salones de fiesta cerraron sus puertas, apagaron las luces de colores y todo el esplendor se vino abajo. Ellos se dedican a juntar ciudadanos, ¿cómo continuar cuando la orden es mantener distancia? Es una de las preguntas que no tiene respuesta y los propietarios son conscientes de ello. También saben que, aunque la cuarentena se flexibilice, su rubro está en la cola, son casi los últimos que volverán a la nueva “normalidad”, lo que supone más tiempo sin trabajar y sin producir ningún tipo de movimiento económico. 

Mesas habilitadas para un evento en el hotel Cochabamba.

Mesas habilitadas para un evento en el hotel Cochabamba. Cortesía

Todos estos espacios generan a su vez más empleos directos e indirectos, que, al igual que los dueños, no saben cuándo retomarán sus funciones. Mientras el virus se exparce por la ciudad, el futuro es incierto y no se puede calcular cuándo terminará esta crisis. 

En Cochabamba, meses atrás algunos salones como El Portal, el hotel Cochabamba y Notre Dame eran el centro de todo tipo de reuniones, se llenaban de color y elegancia. Ahora, solo permanecen a la espera de encontrar una salida y superar esta pandemia. 

EL PRIMER GOLPE

El año pasado, específicamente en octubre, Bolivia se sumió en una crisis política que paralizó toda la actividad. A nivel general, la mayoría de las ciudades del país estaban bloqueadas y habían personas en cada esquina con llantas o cualquier otro objeto que les permita cerrar el paso. 

La gerente de eventos de Centro de Convenciones y Eventos El Portal, Pamela Aliss, explica que, en aquel momento, dejaron de atender durante más de un mes y medio. “Fue un golpe muy fuerte económicamente hablando. La gente, de semana en semana, iba cancelando sus eventos”, cuenta. 

El especialista en protocólos de bioseguridad, Álvaro López, aconseja instalar mamparas alrededor de las mesas.

El especialista en protocólos de bioseguridad, Álvaro López, aconseja instalar mamparas alrededor de las mesas. Cortesía

Al igual que ellos, el hotel Cochabamba sufrió los mismos daños y perjuicios. El presidente del directorio, Carlos Pavisic, afirma que “no se pudo recuperar toda esa pérdida y cuando estábamos alzando vuelo, llegó el virus”. 

A partir de diciembre, las graduaciones y algunas fiestas particulares fueron ocupando los espacios disponibles en los salones de fiesta. Todas las personas que trabajan en torno a este rubro también retomaron sus actividades, hasta ahora. 

Cada uno de estos lugares realiza una inversión alta que destinan al mantenimiento y mejoramiento de sus ambientes, con el objetivo de mantenerse a la vanguardia del servicio de eventos. 

Pese a que el Gobierno nacional dio un plazo para definir qué departamentos seguirán con la cuarentena rígida, cuáles entrarán en la categoría media y cuáles en la flexible, el panorama de este sector no cambiará mucho los próximos meses.

FUTURO INCIERTO

Las pérdidas, en muchos casos, son millonarias ya que existen muchos miembros involucrados en todo el proceso. 

“El efecto fue abrumador, muy fuerte, porque desde el 14 de marzo nosotros suspendimos todas las actividades. Ya estamos llegando a los dos meses, son 60 días. Es algo que nunca habíamos pensando. Hemos sido el rubro más afectado; todo lo que es hotelería, turismo, eventos, etc.”, asegura Aliss. 

Por su parte, Pavisic calcula que las pérdidas del hotel Cochabamba de marzo, abril, mayo y junio ascienden a los cuatro millones de bolivianos, lo que, sin duda, supone un desajuste en todo su movimiento económico. 

Nadie esperaba el coronavirus, ninguno estaba listo y ahora la incertidumbre reina. 

“(Calculamos) un 50% de pérdidas y un movimiento económico totalmente paralizado, sin contar los pagos por realizar a nuestros trabajadores dependientes”, explica el gerente propietario de Notre Dame, Alexander Valdez. 

Al inicio de 2020, todo apuntaba a que sería un gran año. Valdez asevera que tenían el calendario casi lleno, con bodas, fiestas de quinceaños, graduaciones y cenas empresariales, entre otros. 

La situación en el hotel Cochabamba y El Portal también es similar. Una serie de fiestas y congresos estaban en la lista. Aliss afirma que tenían planificado un seminario médico hace un año, mismo que iba a reunir a personas de varios países; todo se canceló. 

Los eventos no solo son los fines de semana, de lunes a viernes también se hacen otro tipo de actividades, sobre todo de índole académico o empresarial. 

Esto genera un efecto multiplicador de pérdidas, “desde la persona que peina para un evento, hasta la señora que vende dulces afuera del salón. Todos estamos en problemas”, dice Aliss. 

En el hotel Cochabamba, más de 40 empleos directos y más de 120 indirectos fueron interrumpidos. Por ahora, esas personas se encuentran a la deriva. En el caso de Notre Dame, más de 60 trabajos se paralizaron. 

El servicio de cáterin tendrá que cumplir medidas de bioseguridad estrictas.

El servicio de cáterin tendrá que cumplir medidas de bioseguridad estrictas. Cortesía

“Lo que se viene es aún peor porque no se va a regularizar o normalizar en cuanto se levante la cuarentena, sino que habrá un proceso de escalada que, de alguna manera, nos va a seguir afectando de aquí a, mínimo, tres meses más y eso es lo más preocupante”, afirma la gerente de El Portal. 

Hasta el 10 de mayo cada departamento sabrá cuál es su futuro. Las actividades más esenciales retomarán sus funciones y se pretende que, poco a poco, la rutina vuelva. 

Sin embargo, dentro de ese plan no están contemplados los salones de eventos. El fin básico de este rubro está basado en agrupar personas, ya sea para la diversión, el entretenimiento o la formación académica. Por ahora, eso es lo último que se quiere. El virus se propaga rápidamente, los contagios aumentan y el peligro es latente. 

MEDIDAS ALTERNATIVAS

Frente a la inestabilidad del coronavirus, las personas comenzaron a ver qué opciones  pueden tomar para continuar con su vida. Las medidas de bioseguridad es el principal requisito. En el caso de este sector, los propietarios evalúan lo que viene el resto del 2020 y qué protocolos tienen que establecer si quieren retomar sus funciones. 

“Nuestros clientes siempre tienen la opción de postergar sus eventos, entonces, estos se están recorriendo para el 2021. Esperamos poder mejorar la situación cuando termine todo el caos de la pandemia”, dice Valdez. 

Por su parte, Aliss cuenta que este tiempo lo están dedicando a crear protocolos de bioseguridad con especialistas para estar listos cuando todo pase. “El momento en que nos den la autorización, ahí veremos qué hacer, pero ya estamos trabajando para estar preparados. Tenemos fe y esperanza, porque sino se derrumba todo”, asegura.

El trabajo es arduo, sobre todo en su sector, donde las medidas tienen que ser más estrictas para que los salones no se conviertan en un foco de contagios. 

En el caso del hotel Cochabamba, Pavisic dice que están optando por los créditos bancarios que otorgó el Gobierno para impulsar a las empresas y brindar un apoyo económico, en cierta medida, hasta que pase el confinamiento obligatorio. 

Varios de los eventos se trasladaron a 2021 y el resto se canceló por completo.

Varios de los eventos se trasladaron a 2021 y el resto se canceló por completo. Cortesía

RECOMENDACIONES SANITARIAS 

El gerente de la empresa Desarrollo de Sistemas Integrados, Álvaro López, se encarga     de elaborar protocolos de bioseguridad para empresas de diversos rubros, como Cimco, Paprika, Aeromedical y Wistupiku, entre otras. 

López brinda algunas recomendaciones para este sector, de cara a retomar sus actividades cuando la crisis sanitaria baje. 

Lo primero que indica es que las reuniones deben reducirse a la mínima cantidad de personas. Al ingreso, se debe tomar la temperatura a cada una de ellas y hacerles un test de olfato con aromas fuertes. 

En el interior, es aconsejable que haya mamparas que separen las mesas entre sí. De esa forma, el contacto entre los individuos será mínimo. Además, eso impide que el virus se disipe. 

El tema de comida es un caso aparte. El especialista explica que se tiene que manejar protocolos de higiene estrictos. La limpieza de los cubiertos debe ser especial, no basta solo con lavarlos, también se tienen que desinfectar; si fuera posible en cámaras de vapor. Incluso, los locales deberán tener extractor de aire, ya que, según indica, el virus se puede mantener en los canales de aire acondicionado. 

López es un poco más drástico en cuanto a las fechas. Asegura que es probable que los salones deban cerrar el resto del año considerando dos aspectos: el primero es que las personas continuarán susceptibles frente a la pandemia y los estragos que origina. El segundo punto es que, mientras no haya una vacuna, la gente debe mantener distancia por su seguridad. 

Es claro que el futuro es incierto, más aún para este sector que, mientras se recuperaba de un golpe, tiene que enfrentar otro más letal.l