Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 31 de mayo de 2023
  • Actualizado 12:08

Las fake news, cuanto afectan nuestro diario vivir

Claudia Méndez Del Carpio
Claudia Méndez Del Carpio
Las fake news, cuanto afectan nuestro diario vivir

Estar mal informado es peor que estar desinformado. Cuando recibimos una falsa noticia, a veces la creemos, pero otras dudamos o decimos “no, eso es una locura” o algo por el estilo. Pero, en el caso que la desestimamos, la mayoría de las veces no termina allí, aunque conscientemente pensemos otra cosa.

Lo que leemos o escuchamos deja una especie de huella en nuestra memoria y, como suele ocurrir en esta época tan globalizada, la falsa noticia no nos llega una sola vez, sino varias. Así, de a poco, nos va habitando, nos familiarizamos, y, en ocasiones, hasta sin darnos cuenta, la repetimos. La incluimos inconscientemente en nuestro discurso y desde allí, abrimos camino para el desarrollo de todo tipo de ideas. Mismas que nos angustian, apocalípticas, que nos sumergen en situaciones en las que no queremos estar, pero de las que sentimos que no podemos salir.

Se activan nuestros fantasmas, que nos dejan sin recursos, en forma descarnada y al desnudo, generando un gasto desmesurado de nuestra energía psíquica.

La mala información no solo confunde, sino que causa principalmente daño.

El que las emite debe responsabilizarse de las consecuencias que genera, ya que en muchos casos lo que está en juego es la salud. Creemos que estamos haciendo las cosas bien y en realidad nos estamos exponiendo.

En ocasiones, las falsas noticias pueden llegar a desesperarnos y en esas instancias nos volvemos sumamente vulnerables, sacando a la luz nuestra peor versión, activando resortes de la agresividad constitutiva de cada sujeto, manifestándose en actos violentos.

Nos sentimos impotentes, invadidos por un estado de angustia que nos divide. Nos alejamos, nos retraemos, desconfiamos de los demás y de nosotros mismos. Transitando por los sinuosos senderos de la angustia, sabemos que en algunas circunstancias particulares puede llegar a enfermarnos más que las mismas enfermedades.

Cuando nos encontramos en estado de desesperación aparece nuestro egoísmo, pero en esta versión de la que habla Freud en “Introducción al Narcisismo”, cuando nos dice que un poco de amor a sí mismo es necesario, pero si este es desmedido el sujeto enferma. Nos enfermamos por el exceso, por todo lo acumulado.

Por otro lado, sabemos que el mal entendido se encuentra presente en toda comunicación humana y que es inevitable. Cada uno escucha la noticia con su subjetividad y a partir de allí tendrá más o menos impacto en su trama psíquica. Esta se pondrá al servicio del desarrollo de todo tipo de ideas, en las que se enlazan la realidad psíquica con la externa o material. 

Con miedo no tomamos buenas decisiones, el miedo nos somete, nos interna en un camino complicado y sombrío. Pretendiendo resolver la situación, nos enredamos.

Nos encontramos ante lo que no podemos soportar, queremos huir y en este intento de fuga, a veces nos paralizamos. 

NOTA: Para cualquier consulta o comentario, contactarse con Claudia Méndez Del Carpio (psicóloga), responsable de la columna, al correo [email protected] o al teléfono/WhatsApp (591) 62620609 Visítanos en Facebook como LECTURAS SUTILES.