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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 20:55

Emprendimientos que superan la pandemia

Varios negocios en Latinoamérica se reinventaron durante le crisis sanitaria para seguir vigentes e, incluso, algunos están mejor que antes. 
Emprendimientos que superan la pandemia

La aplastante realidad de la pandemia del coronavirus, con sus estrepitosas consecuencias económicas, ha llevado a muchos negocios a cerrar o, en el mejor de los casos, a replantearse su estructura.

Los gobiernos de algunos países de Latinoamérica han empezado a anunciar medidas de auxilio para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en medio de cuarentenas y de una paralización de la actividad.

El panorama es desolador: la proyección es que la economía de la región, incluido el Caribe, se contraerá un 5.2%, según estima el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La BBC Mundo reunió la historia de algunas pymes en diferentes países de Latinoamérica que, forzados por la pandemia, se reinventaron y han logrado no solo sobrevivir, sino crecer.

1. UNA DISCOTECA EN LÍNEA

Una fiesta en la que hay 500 personas, un Dj, bailarinas y un animador. Todo por Zoom.

El colombiano Sebastián González lleva 10 años “creando experiencias” en el sector del entretenimiento en Bogotá y su empresa es socia de un grupo empresarial que tiene varias discotecas en la ciudad, describe la BBC Mundo.

Consciente de que la reapertura de discotecas y bares no se vislumbra en el futuro cercano por causa de la pandemia, a González se le ocurrió crear fiestas por Zoom, la herramienta de videoconferencia que ha catapultado su popularidad en los últimos meses.

Cuando empezó, a finales de marzo, eran gratuitas y entraron hasta 500 personas. En las fiestas más recientes, se cobra una entrada de 5 dólares. “Entendimos que hay mucha gente sola en su casa que está buscando una opción de entretenimiento y de pasar el tiempo”, dice.

La “promesa de valor” es que los asistentes hagan nuevos amigos, algo que ya ha sucedido, pues algunos quedan conectados por WhatsApp y mantienen la comunicación.

Las fiestas han despertado el interés de gerentes de marca de algunas licoreras, que han empezado a desarrollar con González estrategias para promocionar la venta de sus productos.

2. FRUTAS Y VERDURAS 

Natalia Peris lleva tres años a cargo, junto a su socia, de una tienda de barrio llamada “La Trocha” en el centro de Bogotá que comercializa, principalmente, alimentos y envasados orgánicos de pequeños productores y artesanos locales.

En Bogotá, las entregas a domicilio son parte del ADN de la ciudad, por lo que también es posible hacer órdenes a supermercados grandes, pero Peris advierte que en tiempos de pandemia algunos han presentado retrasos con las entregas y eso ha representado una oportunidad para empresas más pequeñas como la suya. 

La restructuración y el rápido cre-cimiento hicieron que contrataran a dos personas más. Las redes sociales, además, han sido sus grandes aliadas ahora. En el pasado “las teníamos muy abandonadas. Ahora soy una especie de ejecutiva campesina: me paso todo el día delante del teléfono y del computador tomando pedidos”, dice.

La acogida hacia su negocio empezó a incrementarse y llegaron más pedidos.

“Nuestras ventas han subido tres veces lo que eran. Ha pasado de ser un negocio que se mantenía como podía, poco a poco, a vernos por primera vez con un volumen de ventas que, por suerte, conseguimos manejar”, describe.

3. CLASES ONLINE CON UN CAMPEÓN MUNDIAL 

El karateca y bicampeón mundial venezolano Antonio Díaz empezó el año entrenando para su participación en los Olímpicos de Tokio, la primera edición de los juegos que admite el kárate en su programa.

Cuando el Gobierno venezolano decretó el 13 de marzo una cuarentena obligatoria, Díaz acababa de llegar de España días antes, donde se preparaba para los Juegos. Aunque algunos clientes cancelaron sus suscripciones, hubo quienes no lo hicieron.

Al percatarse de que la situación no sería tan temporal, Díaz exploró una vía que normalmente había visto con ojos dudosos: dar clases por internet.

“Empecé a hacer Instagram Lives a través de la cuenta del dojo y vi que mucha gente se sumaba, incluso gente de otros países”, dice.

Después se pasó a la plataforma Zoom, al igual que los dos instructores de su academia, aunque la transición no ha sido fácil.

“Está el problema de la conectividad (en Venezuela), pues hay gente que nos dice que no tiene internet o que la conexión es mala. Y el otro reto es la informalidad… La primera vez que di clase me inventé un trípode con un rollito de papel higiénico”, describe.

En medio de la improvisación, Díaz reconoce que más público se ha interesado en lo que hace y que se están abriendo oportunidades.

“Siempre había sido reacio al tema online, pero me estoy dando cuenta de que esto va a ser una nueva realidad”.

4. PAN MEDIANTE UNA APP

El argentino Antonio Bertasio solía lamentarse por aquella inversión que hizo hace unos cinco años en una app que no resultó tan exitosa para su negocio de fabricación de pan.

Hoy en día, afirma que fue esa herramienta móvil, llamada Quiero Pannet, la que les está salvando el negocio. “Nos dio una esperanza, un norte, es como que ya teníamos qué hacer”, explica.

Lo primero que solicita la app es el código postal del cliente y si está en el radio de operaciones de la empresa, en seguida se les ofrece el catálogo de panadería congelada que luego se despacha a la casa del consumidor.

Con la experiencia de la dura crisis económica de 2001 en Argentina, Bertasio ya se había reinventado en ese entonces y conocía la incertidumbre. “El 18 de marzo, cuando decretaron la cuarentena, armé una reunión de urgencia con el equipo, de unas 25 personas, y les dije que a partir de ahora todos seríamos vendedores y que lo haríamos recomendando a la gente que usara la app”, dice.

“Ahora ya armamos un equipo, una campaña de comunicación, hay personas especializadas en e-commerce directamente enfocadas en que podamos expandirnos sobre la base digital”.

5. ESCUDOS DE PROTECCIÓN 

La arquitecta venezolana Francis Murillo lleva seis años en el negocio de los cortes láser e impresión 3D con su empresa 2MD Láser y jamás se imaginó que en algún momento serviría al sector médico.

Normalmente, su clientela está entre estudiantes de arquitectura y profesionales que mandan hacer sus maquetas. Pero todo cambió con la llegada del coronavirus a Venezuela. Y en pocas semanas, Murillo ha fabricado alrededor de 8.000 viseras protectoras para personal médico.

Todo inició con un llamado de la organización Code4Venezuela, explica Murillo, que logró “articular una red de espacios de impresión 3D para imprimir viseras”. Luego empezó a llegarles un volumen inesperado de donaciones por parte de empresas y particulares de material como acetato y tereftalato de polietileno (PET), que les vino bien para producir rápido.

Durante el primes mes toda la producción fue donada, pero en semanas recientes Murillo ha empezado a recibir solicitudes de presupuesto y está enfocada en producir inventario para poner en práctica un nuevo esquema de compra-donación: “Consiste en que por cada visera que compras, donas una”.