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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 08:55

Duchas frías: ¿son buenas para la salud?

Se cree que las duchas frías aportan energía, mejoran la circulación y la recuperación muscular, pero ¿son realmente beneficiosas? ¿Cuándo se desaconsejan? Descubre todos los efectos de esta tendencia.

Se cree que las duchas frías aportan energía, mejoran la circulación y la recuperación muscular. EL CONFIDENCIAL
Se cree que las duchas frías aportan energía, mejoran la circulación y la recuperación muscular. EL CONFIDENCIAL
Duchas frías: ¿son buenas para la salud?

Es uno de los rituales de la hidroterapia de balnearios, una buena ducha de agua fría, que incluso ha sido adoptada por multitud de deportistas –profesionales y aficionados– y es que, aunque hay que reconocer que es algo desagradable, promete aportar energía, mejorar la circulación e incluso mejorar el sistema inmune. Pero ¿son tan buenas las duchas frías como parecen? ¿Qué dice la ciencia sobre sus efectos? ¿Cuándo deberían evitarse? 

Las duchas frías no son nuevas, ya desde la antigüedad se usaban como remedio para numerosas enfermedades, son fases incluidas en un buen spa, e incluso en algunas regiones son muy comunes entre su población, como es el caso de los países nórdicos, donde es común sumergirse en agujeros de lagos congelados.

Son muchos los que defienden los beneficios de pasar unos segundos dentro de una bañera con agua bien fresquita, porque las inmersiones no requieren de tiempos muy largos, sino que bastaría con unos 15 o 30 segundos heladores a 15ºC para sentirse como nuevo, o al menos eso dicen quienes lo incluyen en su rutina de aseo.

LOS BENEFICIOS 

Montserrat Fernández Guarino, dermatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal, explica que “se diría que las duchas frías son buenas en el caso de que haya una congestión vascular, por ejemplo, en el caso de las piernas hinchadas o piernas cargadas, por la vasoconstricción que produce, ya que hace que disminuya esa sensación de pesadez”.

Pero esta solo es la punta del iceberg, pues la ciencia ha analizado muchos otros efectos de las duchas de agua fría para la salud, estos son algunos de los beneficios que se le atribuyen

1. Mejora la circulación. Es uno de los más conocidos. Muchas personas lo hacen para disminuir la sensación de piernas cansadas. “Lo recomendamos sobre todo cuando  queremos desinflamar la piel cuando hay una hinchazón o una zona enrojecida, esto produce un aumento de la temperatura y un aumento de la vascularización, que cuando se produce el contacto con el frío tiende a disminuir y a vasoconstreñir los vasos y permite disminuir la inflamación”, dice Fernández Guarino.

Una investigación, dada a conocer en el International Journal of Sports Medicine, demostró que la inmersión en agua fría (10ºC) durante 15 minutos tras la práctica de actividad física mejora la circulación. Esto se debe a que, ante el frío, se reduce el movimiento de la sangre sobre la piel, y el organismo para contrarrestarlo aumenta el flujo sanguíneo.

2. Causa estrés beneficioso. El agua fría sobre los receptores de la piel más superficiales activan numerosas señales nerviosas que pretenden alertar al cerebro sobre el cambio de temperatura, generando dopamina y noradrenalina, hormonas del estrés. Estas sustancias químicas naturales provocan una activación física y mental similar a la toma de varios cafés. Darte una ducha caliente y terminar con un poco de agua fría podría ser una buena manera de empezar el día.

Otro de los beneficios encontrados del agua fría fue que, aplicado en la cara y el cuello, cambia los marcadores electroencefalográficos de personas mayores, lo que podría ayudar a mejorar la función cognitiva en este grupo. 

3. Mejora el sistema inmunitario. Un estudio, publicado en la revista PLOS ONE, encontró que darse una ducha fría o dedicarle al menos 30 segundos podría mejorar el sistema inmune. Los que siguieron este hábito redujeron un 29% su absentismo laboral por enfermedades. Además, hubo otros participantes del estudio que tomaron estas duchas durante 60 y 90 segundos y que tuvieron los mismos resultados, lo que demuestra que no hace falta mortificarse y con 30 segundos sería suficiente.

4. Reduce la depresión. Se sabe que la exposición al frío activa el sistema nervioso simpático y aumenta el nivel sanguíneo de beta-endorfina y noradrenalina y también aumenta la liberación sináptica de noradrenalina en el cerebro. Todo esto podría ayudar a reducir los síntomas de la depresión.

“Debido a la alta densidad de receptores de frío en la piel, se espera que una ducha fría envíe una cantidad abrumadora de impulsos eléctricos desde las terminaciones nerviosas periféricas al cerebro, lo que podría resultar en un efecto antidepresivo”, explica Nikolai A. Shevchuk, autor del estudio. 

RIESGOS

Sin embargo, también existen riesgos derivados de las duchas con agua a bajas temperaturas. Y es que, no hay que olvidar que al igual que el calor, el frío expuesto en la piel puede llegar a quemarla. “El frío extremo puede producir una quemadura por frío en la piel. Llega un momento que la vascularización disminuye tanto que el tejido se muere. También los sabañones son una respuesta cuando el frío es muy extremo”, expone Fernández.

Por tanto, hay que tener cuidado con abusar de las duchas frías y hacerlo siempre de manera segura. La dermatóloga recuerda que hay algunas enfermedades que empeoran cuando se está expuesto al frío, como puede ser pacientes con vasculitis por enfermedades del tejido conectivo, por ejemplo, lupus.

Montserrat explica que hay algunas enfermedades infrecuentes, como son las crioglobulinas, que se llaman crioglobulinemia, que pueden sufrir alteraciones con el frío, y desencadenarse fenómenos de inflamación y de fiebre.

Tampoco viene bien el frío en los pacientes que tienen enfermedades arteriales si tienen disminución de la vascularización, por ejemplo, los grandes fumadores, los pacientes diabéticos mal controlados o de mucho tiempo de evolución.