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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 12:33

No dormiste bien la noche anterior, ¿una siesta lo compensa?

Aunque unas pocas horas de sueño por la noche y una siesta en el día pueden sumar 6 horas de descanso o más, los beneficios para la salud no se acumulan de la misma manera. 
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No dormiste bien la noche anterior, ¿una siesta lo compensa?

Una de las características más comunes hoy en día es el dormir poco. Incluso menos de cinco horas diarias por distintos factores como el estrés, trabajo acumulado, desvelo viendo películas o conectados a videojuegos, etc. Y es más típico que las personas busquen cualquier periodo de minutos libres para hacer siestas, generalmente, después del almuerzo, pero ¿esto compensa esa pérdida en el descanso nocturno?

Tal vez te quedaste despierto hasta muy tarde viendo videos en TikTok o dando vueltas en la cama debido a pensamientos preocupantes y ahora te preguntas si una siesta rápida a la hora del almuerzo te dará la energía que necesitas para aguantar el resto del día y quizá recuperar los beneficios para la salud de la noche completa de sueño que no tuviste.

Es importante saber que, aunque una siesta a mediodía puede darte la energía suficiente para afrontar el día, según Rebecca Spencer, investigadora de la ciencia del sueño en la Universidad de Massachusetts Amherst, no anulará necesariamente los riesgos para la salud que conlleva un sueño insuficiente por la noche.

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A continuación, explica el por qué:

BENEFICIOS DEL DORMIR BIEN

Según datos de una encuesta realizada en 2020 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, más de una tercera parte de los adultos de este país no duermen las siete horas o más recomendadas cada noche.

De acuerdo con los expertos, esa falta de sueño está asociada a una serie de riesgos mayores para la salud, como la obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y los trastornos mentales.

Spencer afirmó que la duración del sueño no solo es importante para la salud, sino también la calidad de este, que viene determinada por el tiempo que pasamos en sus distintas fases.

Cuando dormimos toda la noche, pasamos por varios “ciclos de sueño” de unos 90 minutos. Cada ciclo se compone de cuatro etapas: las dos primeras se consideran sueño ligero, en el que los músculos se relajan, la temperatura corporal desciende y el ritmo cardiaco y la respiración se ralentizan a medida que nos dormimos.

La tercera fase, conocida como sueño profundo, es cuando los ojos y los músculos se relajan por completo y el cuerpo realiza el importante trabajo de reparar y construir huesos, músculos y otros tejidos, además de reforzar el sistema inmunitario y consolidar y procesar los recuerdos. La fase de movimientos oculares rápidos (MOR, por su sigla en español) es la última del ciclo del sueño. No es tan profunda como la tercera, pero es cuando hay más probabilidades de soñar, además se cree que está asociada con el aprendizaje, el almacenamiento de recuerdos y la regulación del estado de ánimo.

Según Molly Atwood, psicóloga clínica e investigadora de medicina conductual del sueño en Johns Hopkins Medicine, es normal pasar una mala noche de vez en cuando, pero si no pasas de manera sistemática por estas etapas todas las noches, esto puede derivar en una serie de problemas de salud.

Según Spencer, las siestas no pueden compensarlo.

Aunque unas pocas horas de sueño por la noche y una siesta durante el día pueden sumar seis horas o más en total, los beneficios para la salud no se acumulan de la misma manera. De acuerdo con Spencer, las siestas cortas de menos de 90 minutos por lo general solo incluyen las fases más ligeras del sueño, no el sueño profundo y reparador que se suele tener durante la noche.

Aunque las siestas de más de 90 minutos quizá incluyan un poco de sueño profundo beneficioso, es más probable que te dejen aturdido y menos alerta que las siestas más breves. Por ejemplo, algunas pruebas limitadas han revelado que quienes se despiertan de la fase más profunda del ciclo del sueño son más propensos a cometer errores en las preguntas de matemáticas que los que se despiertan del sueño MOR.

Las siestas breves son benéficas en algunos casos. “Cuando no duermes bien por la noche, la siesta ayuda a mejorar aspectos como el tiempo de reacción y la memoria si necesitas trabajar”, agregó.

Por ejemplo, si sueles trabajar durante el día, una siesta de 20 a 30 minutos puede devolverte el estado de alerta sin dejarte aturdido ni alterar tu sueño por la noche.

Las siestas también son importantes para ayudar a mantener alerta y despiertos a quienes no siempre tienen horarios de trabajo diurnos, como los pilotos de avión, los choferes comerciales, los médicos u otros trabajadores por turnos. Ayudan a los adultos mayores si los cambios relacionados con la edad, como la necesidad de ir al baño por la noche, interrumpen sus horas de sueño. l