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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 10:30

Cuando ella gana más, y él se siente menos por eso

Muchas parejas tienen problemas relacionados con el dinero. A veces, cuando el esposo tiene menos ingresos económicos, puede surgir la inseguridad  y generar malestar. 

FOTOS: SAINTE.OGR
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Cuando ella gana más, y él se siente menos por eso

Ella le regaló flores a su marido y lo invitó a cenar en un costoso restaurante para celebrar su nuevo cargo en la empresa, el de directora, con el que no solo tiene más responsabilidades sino que gana tres veces más que su esposo. Está contenta, se siente útil, capaz, realizada. Él, en cambio, odia el trabajo de ella. Le cuestiona las llegadas tarde a casa, las llamadas de su jefe al celular, el descuido en la crianza de los hijos. Se siente abandonado, tiene miedo de perderla, siente envidia y no sabe cómo expresar su inconformidad.

Muchos dicen que el amor no tiene precio. Sin embargo, para las pareja de hoy no es posible amar sin hacer cuentas. El dinero, causante del 40% de las separaciones por incompatibi-lidad financiera y ascenso profesio-nal no compartido, está más presente que nunca.

Las parejas se desgastan en cuentas y no logran ponerse de acuerdo, menos aún cuando ella gana más. Para muchos hombres, lejos de ser una bendición, es una verdadera tragedia. Y aunque sanas, estas discusiones de autorregulación también terminan eclipsando el encuentro íntimo y agobiando el vínculo. Muchos evitan dejar las cuentas claras al principio de la relación. Sin embargo, son los más fieros al calcular en los divorcios.

Según Bernard Prieur, autor del libro “Dinero y pareja”, “las parejas hablan de su pasado, de sus traumas, hablan de sexo, de fantasías, pero no de dinero”. Es un tabú. Y resulta que a la hora de la negociación del amor es muy importante hacer las cuentas y comunicarnos sobre este tema y, más todavía, recibir con gusto y sin amenaza el éxito económico de las mujeres.

¿Qué les molesta a los hombres?

Sucede que los hombres que ganan menos que sus parejas se sienten avergonzados, amenazados en su papel histórico de proveedores, piensan que han perdido una de las bases de la masculinidad. Dinero es igual a poder y respeto, esto se lee como autovalía. Ganar menos que su mujer es faltar como hombres, es ser y valer menos, pues tiene asociado de manera negativa que se es en tanto se gana. 

Los hombres se creen del tamaño de su sueldo. En cambio, en la mayor parte de los casos, para ellas el dinero no es símbolo de su feminidad. Más allá de jerarquías y competencias, las mujeres viven un anhelo democrático y cooperativo, y aunque ellos se han creído mejor para manejar el dinero, estudios revelan que son ellas las de mejores inversiones.

La lucha por la nivelación

Ella triunfa cada vez más y él parece desvanecerse en el mundo económico. Derrotado y cabizbajo, solo recibe la compasión de otros hombres. Al principio la pareja busca estrategias para esconder esta realidad. Hay ocasiones en las que ella no quiere que nadie se entere, ambos sienten vergüenza y mienten a su familia y a sus amigos sobre la desproporción de sus ingresos. 

Como sucede en países como Suecia y Estados Unidos, donde se han hecho estudios al respecto, la mujer intenta nivelar la relación entregando el dinero a su esposo, tratando de evitar el impacto negativo en él. Se siente mal, no quiere perder a su pareja ni a su familia. Él se pone peor y da rienda suelta al chantaje emocional y a las cuentas de cobro.

Entonces, ella se convierte en una     especie de motivadora. Quiere ge-nuinamente que él surja, que recupere la confianza. Lo recomienda, empuja y motiva. La dinámica oculta del hombre herido que no soporta que ella gane más, es castigar su éxito perpetuándose en su fracaso o estancamiento. Es una lucha manifiesta de poder en la pareja a través del dinero. Así, la mujer llega a una encrucijada muy dolorosa, que la puede llevar de manera inconsciente a buscar los viejos modelos de dependencia y sumisión.

Dinero vs. amor

El objetivo en la vinculación de pareja es la felicidad. La mayoría de los matrimonios se valen del dinero para potenciar y condimentar esa alegría. 

Lo económico es un gran detonante de temas ocultos o no resueltos en el ámbito personal o de pareja. Provoca emociones, se viste de amor, de poder, de felicidad, de independencia y de sexualidad. Es parte fundamental de la relación. Lo aprendimos en el hogar, cuando por ausencia o presencia nuestros padres discutían, está íntimamente ligado a la felicidad y a la tragedia. Dependiendo del va-lor que cada pareja le dé al dinero, del significado que tenga de él, dependerá también la convivencia.

En todo caso, las parejas en conflicto no pueden caer en la tentación de detener el progreso de la mujer a la espera de que el hombre se nivele; tampoco dejar que él se sienta disminuido. Juntos pueden elegir una manera de integrar la economía al amor, creando una administración solidaria en donde cada uno pague según el porcentaje de ingresos y festejen que lo importante no es quién gane el dinero sino cómo se usa para fortalecer el encuentro.l