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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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¿Cuándo consultar a un psicólogo?

Eva Avaca, psicoanalista especialista en trastornos de ansiedad  y trabajo con adultos mayores.
Eva Avaca, psicoanalista especialista en trastornos de ansiedad y trabajo con adultos mayores.
¿Cuándo consultar a un psicólogo?

Existe una forma que puede resumir cómo responder esta pregunta tan compleja: a un psicólogo se debe recurrir cuando una persona se siente mal anímicamente, y hasta físicamente, al punto tal que su vida cotidiana se ve afectada.

Alguna vez he escuchado decir a algún paciente que no había empezado antes un tratamiento porque creía merecer lo que venía sucediéndole. “Es lo que me tocó”, dijo, como si la vida se tratara de un lugar atravesado por premios y castigos.

Profundizando un poco más, digamos que una persona puede evaluar consultar a un psicólogo, más específicamente a un psicoanalista, cuando llora todavía hoy los dolores de cuando era un niño, o cuando hay heridas abiertas, pero no las puede ni siquiera mencionar, o cuando repite como "por arte de magia" siempre la misma situación que lo lleva a un lugar de sufrimiento. Cuando su cuerpo grita a través del dolor las palabras calladas.

Otro punto interesante puede dar inicio a la búsqueda de un tratamiento.  Lo marca la necesidad de hacerse nuevas preguntas sobre su propia vida o su historia, pues se le han acabado todas las respuestas hasta el momento conocidas, o estas son insuficientes.

En las primeras sesiones es común escuchar a la persona que llega al consultorio decir: “no sé por dónde empezar”, “no sé bien qué decir”.  Lo que importa en tal caso, es que ese individuo detecte sus ganas de ser escuchado, y para esto no necesita ningún libreto previo. 

Es fundamental también para el comienzo de los encuentros con el profesional que la demanda llegue por parte del paciente; es un error común pensar que la suma de voluntades de los familiares es suficiente para que una persona quiera hacer un tratamiento. Encontrar un psicólogo debe ser una búsqueda personal, nadie puede elegir por el otro.

Más allá de que existan diferentes ramas en la psicología, hay un factor común en todas las líneas, y es que no hay un buen psicólogo o un buen paciente por separado.  En todos los casos tiene que funcionar como un equipo en donde exista el equilibrio perfecto entre la distancia y la confianza, donde se atesoren los secretos, el decir para decirse, porque alguien se dejó de oír hace tiempo y por fin empieza a escucharse.

Un análisis es un cambio de posición subjetiva; la misma historia puede verse desde distintos lugares, entonces la vida toma nuevos sentidos.  Cuidado con la frase "lo pasado pisado"; el pisar lo que pasó no deja de tapar lo vivido, pero posicionado arriba de ese mismo lugar, ese que duele.

Como todo en la vida, una persona puede encontrar los motivos necesarios para iniciar algo que lo mueva de un lugar de estancamiento y sufrimiento, o puede hallar las excusas perfectas para no hacerlo. Desde mi lugar de psicoanalista les deseo un buen comienzo a los que ya se animaron. Y a los que tienen dudas y no saben cuándo será el día indicado para una consulta, ese día puede ser hoy.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario contactarse con la responsable de esta columna, Claudia Méndez Del Carpio (psicóloga), al correo electrónico [email protected] o al celular/  WhatsApp (+591) 62620609.