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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Comunicación No Violenta (CNV): una oportunidad para mejorar las relaciones

Carlos Eróstegui R. Médico Neurofisiólogo y Coach de Salud.
Carlos Eróstegui R. Médico Neurofisiólogo y Coach de Salud.
Comunicación No Violenta (CNV): una oportunidad para mejorar las relaciones

Es sabido que la comunicación es una característica esencial de todo ser vivo, desde una simple bacteria hasta el ser más complejo, el humano. Esencial porque es un proceso básico de la vida. Cuando no hay comunicación, los seres vivos mueren. 

En el género humano es aún más importante porque la comunicación se da no solo con el fin de sobrevivencia como en los seres inferiores, sino que es parte de la vida emocional y espiritual, lo que supone una característica especial y única. Es ahí donde entra la Comunicación No Violenta, más conocida como CNV.  Es una concepción de la comunicación,  pensada y descrita para mejorar las relaciones interpersonales en general, y es un método más de ayuda a la comunicación y de comprensión de la profundidad y de la esencia del ser humano. La desarrolló Marshal Rosemberg, psicólogo estadounidense que afirma que la CNV consiste en poder comunicarse con el otro “desde el corazón, conectándonos con nosotros mismos y con los demás de manera que florezca nuestra compasión natural”.

Por tanto, también se puede entender a la Comunicación No Violenta como compasiva, que es la otra acepción de este proceso, ambas en el sentido de que nuestro estado natural, cuando la violencia ha desaparecido del corazón, es de compasión. Es decir, se trata de una comunicación profunda, honesta, clara y empática, que permite escuchar nuestras necesidades y las de los demás. 

Rosenberg dice: “La CNV ofrece una guía para reenmarcar la forma cómo nos expresamos y escuchamos a otros”, y “nuestras palabras se convierten en respuestas basadas en la firme conciencia de lo que percibimos, sentimos y deseamos, y al promover la profunda escucha de nosotros mismos y de los otros, promueve el respeto, la atención y la empatía, impulsando el deseo mutuo de dar desde el corazón”. 

Este tipo de comunicación, ya propuesto en los años setenta, es muy pertinente para la época actual dado que, con el    desarrollo de la tecnología, con la globalización, con el acelerado ritmo de vida que llevamos, etc., nos hemos hecho más individualistas, y a pesar de que las tecnologías de comunicación son tan eficientes, rápidas y están presentes en todos los aspectos de nuestra vida, la experiencia de la comunicación entre personas, lejos de mejorar, ha empeorado.    

La CNV tiene cuatro componentes: la observación, los sentimientos, las necesidades y las peticiones. Lo primero es observar la comunicación sin introducir ningún juicio de valor. En segundo lugar, preguntarnos ¿cómo nos sentimos respecto a lo que observamos? tristes, dolidos, alegres, etc. En tercer lugar, identificar qué necesidades nuestras se identifican con nuestros sentimientos y, finalmente, con base  en las necesidades identificadas hacemos una petición. No es complicado, pero sí requiere tener la actitud de querer comunicarse. 

¿Cuáles son las ventajas del método? 1. Nos hacemos conscientes de nuestro entorno y de nuestra interioridad, observando qué pasa alrededor, y qué pasa dentro de nosotros. 2. Al identificar nuestra necesidad con el sentimiento del momento, reflexionamos sobre nosotros mismos. 3. Tomamos conciencia de quién somos y nos permitimos serlo. 4. Al hacer una petición, expresamos al entorno de forma honesta quién somos y qué queremos. Este proceso se completa con una segunda parte que es cuando recibimos los mismos componentes de los otros, lo que nos permitirá saber qué sienten, qué necesitan y qué piden.  

En síntesis, expresamos qué es lo que puede mejorar nuestra vida y descubrimos qué es lo que puede mejorar la vida de los otros, y el actuar en consecuencia nos llevará a relaciones más humanas y mejores vidas. Comunicación de corazón a corazón, comunicación compasiva, comunicación no violenta. ¿No creen que vale la pena?.