En un departamento como Cochabamba, uno puede encontrar algo para comer en cada esquina. Y es que la tradición lo ha configurado de esa manera: “En la Llajta se vive para comer”. Así lo han entendido propios y extraños que buscan las delicias que ofrece y entre las que está la empanada Las Carmelitas, una tradición valluna.

Es normal ver empanadas en diferentes puntos de venta en la ciudad y de todo tipo. Sin embargo, la esencia de Las Carmelitas está, primero, en que se encuentra ubicada cerca de La Angostura, en la carretera al Valle Alto. No solamente eso, el sabor, la presentación y los ingredientes secretos la hacen una de las más apetecidas y antojadas por quienes viven en Cochabamba y quienes, por algún motivo, llegan al departamento y quieren experimentar un sabor sin igual.

Una tradición que comenzó hace años y que ahora se encuentra en la quinta generación de la familia López, quienes se animaron ha rea-lizarlas. Un legado que perdura pues desde el preparado hasta la entrega mantiene esa presentación e imagen con la que fue creada: ela-borada con ingredientes del Valle Alto y hecha en un horno de barro. 

Y es que también tiene un secreto que no fue revelado a nadie más que a la propia familia. La gente conoce solamente aquella empanada de queso o la picante que una vez probada hace que uno quiera volver. El sabor de estas empanadas conquista los paladares de los viajeros, es, como muchas describen, una parada “obligatoria”.

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