Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:00

Un barbijo está bien, pero ¿será mejor usar dos?

Los estudios demuestran que este método tiene buenos resultados, siempre que no se exagere en el grosor de las mascarillas o se utilicen más de dos.
Un barbijo está bien, pero ¿será mejor usar dos? . KATHERINE J. WU
Un barbijo está bien, pero ¿será mejor usar dos? . KATHERINE J. WU
Un barbijo está bien, pero ¿será mejor usar dos?

Los entrenadores de fútbol americano lo hacen. Los presidentes Lo hacen. Incluso los senadores entendidos en ciencia lo hacen. Conforme los casos de coronavirus siguen subiendo mundialmente, algunas de las personalidades más prominentes han comenzado a usar doble mascarilla: una maniobra cada vez más respaldada por los investigadores.

No todo el mundo necesita dos mascarillas. Sin embargo, para la gente que usa protecciones delgadas o endebles, “si combinas varias capas, comienzas a tener una eficiencia bastante alta” para bloquear la salida de los virus y su entrada a las vías respiratorias, comenta Linsey Marr, experta en transmisión de virus del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia.

Claro está, hay una desventaja: en cierto punto, “corremos el riesgo de que la respiración se dificulte demasiado”, dice Marr. Aunque hay bastante  espacio para respirar antes de que el uso de la mascarilla se acerque a ese extremo.

Después de un año de pandemia de COVID-19, el mundo luce muy dife-rente. Y, aunque en este momento varias vacunas han superado los obs-táculos regulatorios, el despliegue de las inyecciones ha sido inconstante y lento. 

A lo largo de todos estos cambios, los investigadores se han mantenido firmes sobre el uso de los cubrebocas. “Las personas no tendrán que usar para siempre las mascarillas”, asegura Monica Gandhi, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California. Sin embargo, por ahora, deben permanecer puestas, ya que protegen al portador de la mascarilla y a la gente a su alrededor.

Los argumentos a favor del barbijo abarcan varios campos de la ciencia, entre ellos la epidemiología y la física. Una serie de estudios observacionales ha sugerido que el uso generalizado de las mascarillas puede detener las infecciones y las muertes a una escala impresionante, en lugares tan pequeños como peluquerías y al nivel de países enteros.

Una investigación, que siguió las infecciones de coronavirus entre los profesionales de la salud en Boston, resalta una caída drástica en la cantidad de resultados positivos en las pruebas      después de que los cubrebocas se volvieron un elemento universal entre el personal. Y un estudio en Beijing encontró que las mascarillas tenían una efectividad del 79% al bloquear la transmisión de la gente infectada a sus contactos cercanos.

Según Marr, la ciencia es bastante intuitiva: los virus respiratorios como el coronavirus necesitan un conducto claro para entrar en las vías respiratorias, las cuales están llenas del tipo de células que son infectadas. Los barbijos que cubren la nariz y la boca limitan esa invasión.

El punto no es hacer una mascarilla hermética, más bien, las fibras que la componen crean una caótica carrera de   obstáculos por donde debe navegar el aire y cualquier cargamento infeccioso.

“Las cosas grandes que lleve (el aire) no podrán seguir esas vicisitudes”, dice. 

Los experimentos que ponen a prueba hasta qué punto los cubrebocas pueden interceptar el aerosol que entra y sale han demostrado que incluso materiales bastante básicos, como los de tela y las mascarillas quirúrgicas, pueden tener al menos un 50% de efectividad en cualquier dirección.

Varios estudios han confirmado la idea de que las mascarillas parecen ser mejores protegiendo a la gente alrededor del portador de la mascarilla que al mismo portador. “Esto se debe a que se está deteniendo justo en la fuente”, explica Marr. No obstante, motivados por la reciente investigación, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han hecho notar que también hay grandes beneficios para quienes se ponen los barbijos

Las mejores mascarillas siguen siendo las N95, por estar diseñadas con una eficiencia de filtración ultraalta. Sin embargo, sigue habiendo pocas para los profesionales de la salud, quienes las necesitan para tratar a los pacientes de manera segura.

Si pones dos capas de mascarillas menos especializadas, una encima de la otra, puedes tener una protección comparable. Marr recomienda usar cubrebocas de tela que se ciñan al rostro sobre las mascarillas quirúrgicas, las cuales suelen estar hechas con mate- riales que filtran mejor, pero quedan más holgadas. Una alternativa es usar una mascarilla de tela con una bolsa que se pueda llenar con material de filtro, como papel absorbente. 

No obstante, usar más de dos mascari-llas, o poner varias capas de cubrebocas que son muy buenas filtrando el aire de por sí, pronto reducirá los bene-ficios y dificultará mucho más una respiración normal.

Otras alteraciones pueden mejorar la sujeción de los barbijos, como ataduras que amarren la tela alrededor de la cabeza, en vez de depender de los bucles alrededor de las orejas que permiten que estos cuelguen y se abran. Los puentes nasales, los cuales pueden ayudar a que la parte superior de la mascarilla quede más ceñida, también ofrecen un apoyo protector.

Ninguna mascarilla es perfecta, y usar una no obvia otras medidas de salud pública como el distanciamiento físico y la buena higiene.