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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Bacteria come co2 y contribuye al cambio climático

Bacteria come co2 y contribuye al cambio climático

Un grupo de científicos de Israel ha diseñado una bacteria que es capaz de alimentarse de dióxido de carbono (CO2) en lugar de azúcar, en miras a combatir el cambio climático. 

En un avance notable que podría allanar el cambio hacia los combustibles neutros en carbono, los investigadores del Instituto de Ciencia Weizmann crearon este microbio genéticamente modificado puede  sobrevivir.

Esta cepa de E. coli que procrearon consume CO2 para obtener energía en lugar de compuestos orgánicos. Según explicaron, el crecimiento autótrofo (que elabora su propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas) se logró después de varios meses de evolución continua en el laboratorio.

Investigadores crearon una cepa de E. coli que consume dióxido de carbono en lugar de azúcar. Este microbio se modificó genéticamente y es capaz de sobrevivir.

A través de la ingeniería genética lograron que las bacterias convirtieran el CO2 en carbono orgánico, sustituyendo la energía del sol, un ingrediente vital en el proceso de fotosíntesis, con una sustancia llamada formiato, que también atrae la atención como un generador potencial de electricidad limpia.

El equipo utilizó el cableado metabólico para ayudar a transformar la dieta de E. coli y hacerla consumir CO2 de manera similar a una planta. Dicho método es una adaptación a las condiciones de bajo contenido de nutrientes y oxígeno en el microambiente, que permiten que las células hiperproliferen. Esto implicaba agregar genes que metabolicen el CO2 y eliminen los que generalmente procesan compuestos de azúcar.

“Desde una perspectiva científica básica, queríamos ver si es posible una transformación tan importante en la dieta de las bacterias, desde la dependencia del azúcar hasta la síntesis de toda su biomasa a partir del CO2”, dijo el primer autor de la investigación, Shmuel Gleizer.

“Más allá de probar la viabilidad de tal transformación en el laboratorio, queríamos saber qué tan extrema debe ser una adaptación en términos de los cambios en el modelo de ADN bacteriano”, agregó.

Gleizer y otros científicos del Instituto Weizmann resaltaron la increíble plasticidad del metabolismo bacteriano.

“El objetivo principal era crear una plataforma científica que pudiera mejorar la fijación de CO2, que puede ayudar a abordar los desafíos relacionados con la producción sostenible de alimentos y combustibles y el calentamiento global causado por las emisiones de CO2”, explicó el autor principal Ron Milo, biólogo de sistemas del Instituto.

El extraordinario descubrimiento, reportado en Cell y retomado por la  revista Nature, podría conducir a la producción de bajas emisiones de carbono para su uso en biocombustibles o alimentos, lo que ayudaría a erradicar el exceso de CO2 en la atmósfera.

“Nuestro laboratorio fue el primero en perseguir la idea de cambiar la dieta de un heterótrofo normal para convertirlo en autotrofismo" señaló Milo. “Parecía imposible al principio, pero nos ha enseñado numerosas lecciones en el camino, y al final demostramos que sí se puede hacer.

Estos hallazgos son un hito importante”, finalizó.