El pasado 10 de julio, Lionel Messi conquistó la Copa América con la selección argentina, ahondando así su huella en la historia del fútbol mundial. Casi inmedia-tamente después de terminar el partido, la primera persona a la que el astro buscó, a través de una videollamada, fue a su esposa, Antonela Roccuzzo, la mujer que lo inspira desde hace más de dos décadas. 

Luego de media vida en el Barcelona, Messi abandonó el club que lo vio crecer. Su despedida fue muy sentida entre sus seguidores y compañeros, y causó revuelo mediático a nivel mundial. Ahora que inicia su trabajo en el equipo Paris Saint Germain, la figura de Antonela (33) cobró más fuerza mostrando el gran apoyo que significa para él la mujer de la que está enamorado desde que apenas era un niño de 9 años. 

Aquella joven de Rosario que dejó toda su vida en Argentina por seguir a su amor hasta el otro lado del mundo, hoy es una mujer que mantiene el bajo perfil y prueba suerte en los negocios, más allá de ser la esposa de Messi. 

EL FLECHAZO EN MAR DEL PLATA

La historia de Lionel y Antonela bien podría ser la de un cuento de hadas contemporáneo. Ambos nacieron en Rosario, la tercera ciudad más poblada de Argentina con un importante puerto a la orilla del río Paraná. 

Antonela es hija de José Roccuzzo y Patricia Blanco, dueños de la cadena de supermercados Único. Lo que comenzó siendo una pequeña tienda de barrio que era propiedad de la abuela de la hoy mujer de Messi, se fue transformando hasta convertirse en una de las principales empresas de Rosario con hasta siete sucursales en la misma provincia. Inicialmente, la madre de la joven trabajaba como cajera, pero se fue desligando del negocio para cuidar a sus hijas. Antonela es la mediana de tres hermanas. 

UN AMOR QUE EMPEZÓ EN LA INFANCIA

Aunque en un principio parecía que Antonela y Lionel no estaban destinados a encontrarse ya que él proviene de una familia mucho más humilde que la de ella, el destino quiso lo contrario. Lionel Andrés Messi nació el 24 de junio de 1987, en el Hospital Italiano Garibaldi de Rosario. Sus padres, Jorge Horacio Messi y Celia María Cuccittini, ya tenían otros dos hijos, Rodrigo y Matías, y después de Leo nació María Sol. El    bisabuelo de Messi, Angelo, emigró desde Italia a Argentina en 1883 y fue su abuela materna, Cecilia Olivera, la que animó al joven a practicar sin parar con un balón entre los pies casi desde que echó a andar. 

Ella iba al colegio elitista Centro Educativo Latinoamericano y mientras el joven Leo pasaba las horas libres jugando al fútbol en la calle, Antonela practicaba gimnasia rítmica en el Club de Gimnasia y Esgrima de Rosario durante cuatro días a la semana y varias horas al día, disciplina que llevó a cabo desde los 8 hasta los 13 años. 

Junto con sus hermanas, las niñas solían ir a jugar a casa de su tía, que tenía un hijo, Lucas Scaglia, que jugaba en las categorías inferiores del Newell's Old Boys, equipo por el que había fichado Messi, en 1994, a los siete años. Lucas y Leo se hicieron grandes amigos y dos veranos más tarde, Scaglia le invitó a pasar unos días de vacaciones con su familia en Mar del Plata, concretamente en la playa Punta Mogotes. Con ellos estaba Antonela y Leo se enamoró de ella nada más conocerla. Tenían 9 años.

Messi llevó su amor infantil en silencio, aunque cuentan que escribía cartas secretas en las que confesaba estar loco por La Negra, como llamaban en su familia a Antonela. Jugaban juntos en la calle y se divertían como amigos. 

A los 11 años, Leo vivió uno de los  peores momentos de su vida: le diagnosticaron una deficiencia de la hormona del crecimiento. Su padre peleó contra viento y marea para conseguir que un gran club de fútbol le costeara el tratamiento para su enfermedad. Intentaron que fuera el   River Plate pero el Newell’s no quiso soltar al que ya veían como un futuro portento con el balón. 

Finalmente, con 13 años, Leo y su padre viajaron a España para que el niño hiciera una prueba en el Barcelona. El equipo de fútbol base le convocó para un partido de prueba con el Infantil A y Messi marcó seis goles. Su fichaje fue instantáneo y comenzó a jugar en las categorías inferio-res. Pero el adolescente seguía loco de amor por la prima de su mejor amigo a la que había dejado en Rosario. 

Cuatro años después, sucedió una tragedia que les volvió a unir. Antonela sufrió la muerte de su mejor amiga en un accidente de tránsito y Leo no dudó en subirse a un avión para ir dar todo su apoyo y cariño a la joven. Desde ese momento, no se volvieron a separar, al menos sentimentalmente. Ya siendo novios, él regresó a Barcelona y ella se quedó en Rosario. Roccuzzo terminó el bachillerato en Humanidades y Ciencias Sociales, y comenzó a estudiar Odontología en la Universidad Nacional de Rosario, que abandonó para  matricularse después en Comunicación Social, carrera que estudió durante un curso. 

La pareja había mantenido su amor en secreto pero el 20 de julio de 2007, según contaba Infobae hace unos años, la joven reunió a sus amigas en la finca de su familia y ahí les confesó su bonita historia junto al astro del fútbol. En enero de 2009 era Messi el que oficializaba su relación en público. Leo tenía 21 años y Antonela, 20.

En 2010, tras decidir que no quería seguir estudiando, Antonela se fue a España para estar cerca del amor de su vida.  

El 2 junio de 2012 llegaba la gran noticia: Antonela estaba embarazada de su primer hijo.    Thiago Messi nació el 2 de noviembre de 2012. Su segundo hijo, Mateo, llegó el 11 de septiembre de 2015 y el tercero, Ciro, el 11 de marzo de 2018.

Su boda se celebró el 30 de junio de 2017 en la ciudad que les vio crecer y que les hizo ena-morarse. El enlace fue considerado la boda del año. Se celebró por lo civil en el hotel de lujo City Center Rosario, el mayor del país, y asistieron unos 260 invitados.

VIDA DISCRETA Y SIN GRANDES LUJOS

La discreción de la pareja ha sido la tónica general en todos estos años pese a que él está considerado el mejor jugador del mundo y es una estrella en todo el planeta. Antonela nunca ha concedido una entrevista y prefiere vivir tranquila, antes en Barcelona y ahora en París, saliendo a desayunar con sus amigas o cuidando a sus hijos. Aunque es una de las mujeres más famosas del planeta, la definen en su país natal como la 'antibotinera' porque se mantiene al margen de los escándalos. 

Pese a lo que muchos podrían imaginar dado que Messi es uno de los jugadores que más cobra (unos 40 millones de euros al año), el futbolista y Antonela viven con sus tres hijos alejados de coches lujosos y fiestas VIP. Su día a día no es demasiado distinto al de otras parejas con niños. Cuando Lionel no tiene que entrenar, prefieren pasear por el campo o la playa, salir a comer en familia y disfrutar de una sesión de cine a solas. Las vacaciones de verano son su mayor ‘exceso’, ya que pasan unos días en Ibiza donde incluyen  jornadas a bordo de un yate de lujo.

Ahora el futuro del astro está encaminado a un desafío nuevo y cuenta con el apoyo de su alma gemela, de la mujer que le enamoró siendo aún un niño, con la que disfruta de una vida tranquila y algunos viajes a Argentina cada año para ver a sus familias. La de Antonela Roccuzzo y Lionel Messi es una historia de amor de cuento de hadas muy real.