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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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LECTURAS SUTILES

El amor está en el umbral del infierno (parte I)

Puntualizaciones sobre el amor de transferencia.
Claudia Martínez.
Claudia Martínez.
El amor está en el umbral del infierno (parte I)

Es el amor, tendré que ocultarme o huir. Así comienza Borges su bello poema “El amenazado”. Freud en “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia”, lo desestima: “sería lo mismo que hacer subir un espíritu del mundo subterráneo con ingeniosos conjuros, para enviarlo de nuevo ahí abajo sin inquirirle nada. Uno habría llamado lo reprimido a la conciencia solo para reprimirlo de nuevo presa del terror”

Una canción de mi juventud decía que la cobardía era asunto de los hombres no de los amantes. Sin embargo, aunque no por cobardía, de la posición del analista resbalamos inevitablemente. Es diferente para el profesional de la salud, quien se aferra a sus normas y protocolos. El psicoanálisis es el reino de lo singular donde no hay lugar para las generalizaciones. Por eso les confieso, estas son unas líneas preocupadas, quisiera escribirles de modo que mis palabras se encuentren con sus ganas. ¿Cómo saberlo?

Les cuento lo que decía Freud sobre los inicios de la relación analítica: “La primera meta del tratamiento sigue siendo allegarlo (al paciente) a este y a la persona del médico. Para ello no hace falta más que darle tiempo. Si se le testimonia un serio interés…”. Lo hacía con la simpleza del que sabe qué es lo importante. En Buenos Aires se usa la jerga psicoanalítica de modo rebuscado, sin saber lo que se dice y aburriendo al oyente/lector. Yo no quisiera arruinar este lindo encuentro de domingo.

Puntualizaciones sobre el amor de transferencia: Transferencia, podríamos decir, es el lazo que se arma entre quien consulta y quienes nos ofrecemos a recibir sus padeceres. Ahí están las dificultades realmente serias, aquellas con las que nos tropezamos en el manejo de esta relación. ¿Por qué? Porque es casi inhumano: “Uno debe cuidarse de desviar la transferencia amorosa, de ahuyentarla o de disgustar de ella a la paciente y con igual firmeza uno se abstiene de corresponderle”.

Freud como método, no solo no evita las objeciones sino que las invoca. Lo seguiremos. Podría ser poético empezar con Borges, pero quizás no valga para nuestros encuentros de consultorio. Quizás el amor de diván no sea genuino. Es una reedición, recuerda a lo patológico… Hacemos lugar a sus preguntas, entonces. “¿Podemos negarle el carácter de genuino al enamoramiento que sobreviene dentro del tratamiento analítico? ¿Y en qué se discerniría pues lo genuino de un amor? ¿En su productividad, su aptitud para realizar la meta amorosa? En este punto el amor de transferencia no le va en zaga a ningún otro, la impresión que uno tiene es que de él se podría obtener todo. 

No hay ningún derecho a negar el carácter 'genuino' al enamoramiento que sobreviene dentro del tratamiento analítico”. Pero parece tan poco normal. “Todo enamoramiento aunque fuera de la cura analítica, recuerda más a los fenómenos anímicos anormales que a los normales (…) estos rasgos que se desvían de la norma constituyen lo esencial de un enamoramiento”. No esquivemos el bulto, como se decía en los antiguos duelos criollos.

Continuara…

NOTA: 

Para cualquier consulta o comentario contactarse con la responsable de esta columna, Claudia Méndez  Del Carpio, al correo electrónico [email protected] o al celular 62620609.

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