El 24 de marzo, el mundo despertó con la noticia de que Albert Uderzo falleció a los 92 años de edad. El francés pasa a la historia como el dibujante de Astérix, el cómic más traducido del mundo, que creó junto a su gran amigo, el guionista René Goscinny, en 1959. Juntos publicaron 24 álbumes del galo que se convirtieron en uno de los mayores éxitos de toda la historia del cómic. Y, tras la muerte de Goscinny, Uderzo realizó otra decena de álbumes con un dibujo espectacular pero sin la chispa del gran guionista.

En 2009, coincidiendo con el 50 aniversario del personaje, Uderzo dibujó una de las últimas aventuras de Astérix: "El aniversario de Astérix y Obélix, el libro de oro". Ahí muestra a los personajes como unos abuelos, con cabellos y bigotes encanecidos. La aldea gala todavía resistía a los locos romanos pero los bosques que la rodeaban habían sido urbanizados.

Entonces aparecía el propio Uderzo vanagloriándose de que había conseguido hacer que Astérix y Obélix aparentasen su edad real, a lo que Obélix respondía dándole uno de sus famosos puñetazos. Los galos siempre permanecerán jóvenes y fuertes en el imaginario popular. Son los heróes de papel, pero René Goscinny y Albert Uderzo se convirtieron en los héroes de carne y hueso.

ERA DALTÓNICO Y NACIÓ CON DOS DEDOS DE MÁS

Hijo de padres italianos, Uderzo nació en Normandía en 1927. De hecho, su apellido procede del pueblo italiano de Oderzo (anteriormente llamado Uderzo), de donde eran. Nació con dos dedos de más (que le fueron extirpados quirúrgicamente) y era daltónico. Sobre ese punto, Didier Conrad, el actual dibujante de Astérix, conto una anécdota: “Al principio la serie tenía colores estridentes e incluso psicodélicos porque Uderzo era daltónico y llegó a pintar un caballo verde. Con el tiempo los colores se fueron normalizando pero siempre han sido muy intensos y vivos, lo que encaja con la energía propia de la historia en la que hay peleas, violencia". 

De niño, Uderzo soñaba con convertirse en mecánico de aviones. No lo logró pero esa pasión quedó reflejada en otra de sus grandes series: "Tanguy y Laverdure", creada junto al gran guionista Michel Charlier y en la que narraban las aventuras de dos pilotos (Michel Tanguy y Ernest Laverdure), que son amigos inseparables y muy distintos entre sí. Protagonizaron 27 álbumes e incluso fueron adaptados al cine.

UMPA-PÁ, EL HERMANO MAYOR DE ASTÉRIX Y OBÉLIX

Pero es el piel roja Umpa-pá, al que se considera el hermano mayor de Astérix y Obélix. Tras unos cuantos años de otras creaciones y viajes, Uderzo conoció a René Goscinny en 1951, cuando ambos eran unos veinteañeros. Se hicieron amigos rápidamente, y decidieron colaborar. Además, junto a otros grandes dibujantes franceses, protagonizaron una lucha por sus derechos que cambiaría el panorama del cómic francés.

Una de sus primeras creaciones fue Umpa-pá, que se publicó en 1958, un año antes que Astérix, en las páginas de la célebre revista Tintin. Umpa-pá es un indio bonachón que parece ser un borrador del propio Obélix por su fuerza, franqueza y bondad. Aunque es más inteligente y resuelto. Para su creación, René se basó en clásicos como "El último Mohicano" de J.F. Cooper y en la documentación que ya había reunido para otro de sus personajes, Lucky Luke (dibujado por Morris).

Como vemos estas aventuras ya había muchos de los elementos que ambos autores reutilizaron en Astérix y, por supuesto, el sentido del humor ácido que hizo de los galos uno de los mayores éxitos del cómic. Tenía características como la oposición entre dos culturas y una aldea perdida en un rincón del mundo que se resiste al progreso.

LA LLEGADA DE ASTÉRIX Y OBÉLIX 

En 1959, Goscinny y Uderzo se convierten en editor y director artístico, respectivamente, de la nueva revista Pilote, dirigida a niños y mayores. En el primer número apareció por primera vez Astérix, siendo un inmediato éxito. El primer álbum, "Astérix, el galo", se publicó dos años más tarde, con una tirada de 6.000 ejemplares. Desde ese momento, los dos personajes triunfaron en todo el mundo.

Los dos autores querían hacer un cómic basado en la cultura francesa y totalmente original, para lo que repasaron toda la historia de su país y, de repente, entre “dos ataques de risa”, se detuvieron en el periodo de los galos, que nunca se había visto en los cómics. Así nacieron Astérix y Obélix. 

Para 1967, el cómic se había hecho tan popular que sus autores decidieron dedicarse en exclusiva a él, produciendo unos dos álbumes al año. Tras la muerte de Goscinny en 1977, Uderzo se hizo cargo también del guion, lo que hizo que la producción se hiciera mucho más lenta, aproximadamente un álbum cada cuatro años. Además, quedó destruido ante la pérdida de su entrañable amigo y durante años se negó a dibujar. 

Un dato curioso es que para las terminaciones de los nombres de los galos en –ix, se inspiraron en el caudillo histórico Vercingétorix, que rindió la Galia a los pies de César (como se recuerda en la introducción de todos los cómics). Aunque los secundarios de la serie tienen distintos nombres en los cientos de países en los que se ha traducido, Astérix y Obélix siempre se llaman igual.

El CÓMIC MÁS TRADUCIDO DEL MUNDO 

En 2019 Astérix celebró su 60 aniversario siendo el cómic más traducido del mundo, ya que se puede leer en más de 111 idiomas y dialectos y ha vendido aproximadamente 350 millones de copias. Es tal la cantidad de ejemplares vendidos que señalan  que hasta 2009 las revistas apiladas equivaldrían a la altura de 767 torres Eiffel, darían dos veces la vuelta al mundo y su peso oscilaría en torno a las 12.900 toneladas.

Uderzo abandonó el dibujo en 2010, después de 68 años dedicándose a los cómics. 

Al final, solo la edad pudo con sus ganas de seguir dibujando. “Ya no tengo la mano para ello y eso me aflige”, reconoció Uderzo, según recuerda Le Monde. Aunque no pudiera dibujar más, tuvo, hasta el final, la última palabra sobre Astérix y Obélix. Una de las últimas ideas que validó Uderzo fue la del “malo” del penúltimo álbum de sus sucesores Ferri y Conrad. Era Coronavirus, el campeón de las carreras de carro romanas al que se enfrentaron Astérix y Obélix en “Astérix en Italia”. El auriga no pudo con los irreductibles galos. Tampoco ha sido el virus del mismo nombre —casualidades de la vida— el que ha acabado con el padre de los héroes de varias generaciones.