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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 12:31

Mitos y realidades sobre el amor y la sexualidad de los adultos mayores

Un estudio muestra que el 73% de las personas, de entre 57 y 64 años, están activos sexualmente, disfrutando a plenitud su vida en pareja.<BR>
Mitos y realidades sobre el amor y la sexualidad de los adultos mayores



La revista New England Journal of Medicine publicó un estudio que consideró entrevistas y encuestas a más de tres mil adultos en Estados Unidos, cuya edad oscilaba entre los 57 y 85 años.

A nivel general, llamó mucho la atención que la mayoría de los participantes manifestara que lleva una vida sexual activa, manteniendo re- laciones íntimas con sus parejas al menos tres veces al mes.

Estos datos demuestran que los adultos mayores viven y disfrutan su sexualidad a plenitud, rompiendo el mito de que el amor y el sexo solo les pertenecen a los jóvenes.

CONCEPTOS CLAROS

Mito: la práctica sexual para los adultos mayores es dañina.

Realidad: está comprobado que la práctica sexual ayuda a mantener la salud y la juventud. Una sexualidad periódica y satisfactoria favorece al aumento de las defensas, mejora la autovaloración y el sentimiento de felicidad y conexión con la pareja.

Incluso, en los casos de postinfartos es recomendable continuar con la vida sexual después de dos meses o cuando el médico lo indique.

Mito: la satisfacción sexual se da mayormente durante la juventud.

Realidad: el goce no es exclusivo de los jóvenes. Muchas mujeres no logran una sexualidad plena hasta pasados los 40, y otras lo hacen 10 años después.

Al llegar a la madurez, tanto hombres como mujeres dejan de lado la preo-cupación por el desempeño y llevan al sexo a una dimensión más espiritual y emotiva, con lo cual logran una mayor plenitud.



Mito: los cambios en la edad madura entorpecen la sexualidad.

Realidad: quienes envejecen manteniendo interés por la vida social, su pareja, la recreación y el cuidado de su cuerpo, también tienen una sexua- lidad plena y activa. Son valores y conductas que también suelen pasar de generación en generación.

Entre los 75 y 85 años, un 38 por ciento de varones tiene vida sexual activa, mientras que solo el 17 por ciento de las mujeres mantiene relaciones. Esta dife-rencia se debe, posiblemente, a valo-res y creencias socioculturales.

Mito: los adultos mayores no tienen orgasmos.

Realidad: es cierto que la presión sanguínea se debilita y la sensibilidad de los órganos sexuales disminuye, por lo que se necesita mayor motivación para excitarse y un estímulo más prolongado sobre las zonas erógenas. Este juego previo incrementa el deseo, la excitación y el orgasmo, fases de la respuesta sexual.

Mito: el adulto mayor no tiene inte-rés ni puede vivir plenamente su sexualidad.

Realidad: ya sea que viva en pareja o no, la manera en la que viva su se-xualidad dependerá de su estado de salud físico y emocional, de la relación con su pareja y de la experiencia que haya tenido en esta área.

Es decir, si cuando era más joven el sexo era relevante y frecuente, entonces lo seguirá siendo en la vejez, aunque no en forma tan frecuente.

Mito: el adulto mayor no necesita

de una relación amorosa tras un

divorcio y/o la viudez, especialmente después de los 60.

Realidad: es importante analizar el porqué de nuestros miedos, ya que el amor no tiene edad; sólo cambia con los años.

En esta etapa de la vida, el amor y la pasión hacen que las personas rejuvenezcan en todo sentido. La nueva ilusión se convierte en motor importante para vivir y disfrutar al máximo. Quizá se experimente de manera distinta, pero no por ello, menos intensa.