Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 11:57

El trabajo de las parteras a través de las obras de Yefrin Acuña

El centro Simón I. Patiño acoge la exposición “Tiempos de Cosecha y frío”, del artista Yefrin Acuña, a quien entrevistamos. La muestra estará abierta al público hasta el 30 de abril, de martes a viernes entre las 15:00 y las 18:30, y los fines, de 10:00 a 12:00.
Exposición de Tiempos de Cosecha y Frío      Fabiana Molina
Exposición de Tiempos de Cosecha y Frío Fabiana Molina
El trabajo de las parteras a través de las obras de Yefrin Acuña

El centro Simón I. Patiño mantiene sus puertas abiertas y esta vez acoge la exposición “Tiempos de Cosecha y frío”, del escultor Yefrin Acuña Salinas. La exposición en Cochabamba estará abierta al público hasta el 30 de abril. Los horarios de visita son de martes a viernes de 15:00 a 18:30, y los sábados y domingos de 10:00 a 12:00.

Las 10 piezas exponen el trabajo milenario de las parteras y son trabajadas en bronce. El proyecto expositivo nace a raíz de una investigación sobre la temática. Las esculturas tienen la característica de ser realistas y las mujeres son voluminosas. 

Las piezas estuvieron expuestas en la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche, en la Casa de la Libertad en Sucre y en la Casa Nacional de La Moneda en Potosí. Se prevé que la exposición llegue a las instalaciones del centro Simón I. Patiño en Santa Cruz la primera semana de mayo.

“Para lograr cumplir este proyecto se parte desde la misión personal, realizada a través de la experiencia: el observar, el conocer y viajar y el ser testigos de lo que somos y poseemos culturalmente”, escribió Acuña en la exposición.

Según Alba Balderrama, coordinadora cultural del Centro Simón I. Patiño, el objetivo de la exposición es revalorizar el patrimonio intangible y la sabiduría ancestral de las parteras. “Este saber pasa de generación en generación; sobre todo de las abuelas a las madres. Actualmente, incluso, hay parteros hombres. Creo que el artista intenta demostrar esos saberes”, dice. 

Además, Balderrama recalca la importancia de la conservación de saberes ancestrales. “Es importante para la historia. Estos saberes construyen los imaginarios, las formas de vida y sensibilidades de las nuevas generaciones. Si no conoces tu patrimonio, no puedes cuidarlo”, menciona.

Si algo resalta de Yefrin Acuña, es que es un artista joven muy preparado. Actualmente cursa la Maestría en Educación Superior en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Hizo una maestría en Evaluación y Gestión del Patrimonio Cultural por la Universidad de Salamanca, España. Tiene un diplomado en Educación Superior. Además, ha sido galardonado en la versión XXXI versión del Premio Joven 2021 “Premio joven cultura 2022”, recibió el reconocimiento y distinción en la mención servicio ciudadano en la “Categoría de la cultura- medalla del mérito municipal”, ganó la beca de Simón I. Patiño (misma por la que estudió en Salamanca) y ganó el primer lugar del 4to simposio Internacional de Jóvenes Escultores de Casa Design Center, en Santa Cruz. 

La RAMONA tuvo la oportunidad de conversar con el artista sobre su exposición y su experiencia en una familia de parteros.

¿Cuánto tiempo te ha llevado realizar este proyecto?

Me llevó alrededor de cinco meses. Al principio era 23 obras, pero en Cochabamba están 10 en exposición. Ocho son parte de mi colección y las otras dos ya las vendí. 

Las esculturas nacieron a raíz de una investigación. ¿Podrías explicarnos más sobre la experiencia?

Este trabajo de investigación se realizó desde el 2016. Se empezó a trabajar con otra temática. Ya que al principio investigaba sobre las enfermedades en niños y como eran cuidados por las curanderas. De ahí conoce otro tema más profundo, el de las parteras. Ellas dan seguimiento a la mujer y al proceso de parto. Cada de estas mujeres, ahora ancianas, tenían un proceso de acuerdo con sus enseñanzas de sus padres y abuelos. Ellas utilizaban diferentes remedios a los que yo conocía en nuestro tiempo. 

Luego de terminar la investigación con los niños, tuve que regresar el 2017 a convivir con las señoras, hacer encuestas y entrevistas, en Azurduy, Sucre. En esa comunidad solo había una partera, pero ella me comentó que había más en otros pueblitos a 5 o 6 km. 

¿Cómo fue tu primer acercamiento a las parteras?

Mi bisabuelo vivía por esa zona, él era partero. Mi madre me comentó que el primo de mi abuelo también lo era. Ya conocí el lugar. Fue fácil para mi adentrarme y convivir con ellos.

¿Alguna vez has sido parte de esta experiencia? ¿Cómo fue?

Sí, cuando me abuela atendió en Santa Cruz. Fue improvisado, pero como ella ya conocía y como su padre le había enseñado.  

No estuve en el acto, pero sí en los preparativos. Era colaborativo, todos los familiares ayudan, desde el marido hasta el suegro. Es distinto a lo que estamos acostumbrados, cuatro paredes blancas y un médico, con gente que nunca has conocido. 

¿Cuál crees que es la importancia de conservar este patrimonio intangible?

La sociedad ha cambiado mucho. La mujer debe decidir como dar a luz, si echada o de cuclillas. La medicina ha evolucionado, pero sigue siendo frío. No hay ese ambiente familiar para que las mujeres del campo puedan dar a luz. 

Cuando estuve en España investigué y vi que la atención es diferente. A las mujeres que darán a luz, las hacen sentir cómodas. Aquí no dilatan y les dicen que vuelvan más tarde. Eso me pasó con mi hermana. 

¿Cómo surgió el nombre de la exposición?

La mano de la partera da vida. Esa mano que ha ayudado a cuidar un bebe también son recolectoras. En un tiempo determinada cosechan hierba, y están listas para usarlas en el parto.

Por último, ¿qué es el arte para ti?

Respuesta. Para mí, el arte es una forma de vida. Es como la vivo yo. Esta en todo lo que podemos percibir, la naturaleza y en nuestra misma gente

Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”.