No hacer nada. Quedarse y luchar. Irse. Ellas hablan (Women talking de Sarah Polley) está en la cartelera del cine. Si tuviera que elegir una escena (memorable) de todas las películas que he visto últimamente sería esta: una larga caravana de mujeres libres se aleja del pueblo; es un plano secuencia. No saben a dónde van. Una de ellas, Ona, antes ha preguntado a las otras: “¿sabían que el período de migración de las mariposas y las libélulas es tan largo que a veces sólo llegan al destino sus nietas?”. Son soñadoras porque los sueños son lo único que tienen. 

Women talking es un acto de imaginación femenina. La película va a ganar el premio Oscar a mejor guion adaptado. La directora no coloca la trama en Bolivia (donde ocurrieron las violaciones colectivas/sistemáticas en una ultraconservadora colonia menonita de Manitoba, Santa Cruz) pero cuando las mujeres en la peli quieren ver un mapa por primera vez en su vida, el mapa es de Bolivia. La Cruz del Sur también es nuestra. 

pd i: la canción que se escucha en esa escena maravillosa del final es “Daydream believer” de los “Monkees”: la historia de unas mujeres “dormidas” que despiertan para siempre. En la novela de Miriam Toews, la música que sale del camión conducido por el censista (y posteriormente tarareada por August) es “California Dreamin’” de Mamas and the Papas.

pd ii: ni el libro ni el filme revictimizan a las mujeres. Todos los jefes de los canales de televisión deberían verla. Te hablan, Unitel.