Opinión Bolivia

  • Diario Digital | domingo, 26 de marzo de 2023
  • Actualizado 10:30

Réquiem para un festival

Una recapitulación de las circunstancias que han llevado a la desaparición del Festitíteres, tras 14 ediciones celebradas en Cochabamba
Réquiem para un festival.
Réquiem para un festival.
Réquiem para un festival

Durante catorce versiones, Cochabamba fue sede del Festitíteres, festival internacional organizado por Títeres Elwaky desde 2006. En principio tuvo el objetivo de permitir a titiriteros bolivianos acceder al conocimiento que portaban elencos de países con tradición, academia y un amplio movimiento artístico. Luego se convirtió en un evento que permitía visibilizar la producción nacional entre espectáculos internacionales al mismo tiempo de -en nuestro mismo territorio- difundir y promover este arte. En varios casos, el festival se estableció como punto de contacto con organizadores de festivales en países vecinos. 

Único en su género, a lo largo de catorce años, el Festitíteres ha recibido alrededor de setenta mil (70.000) espectadores, entre niñas, niños, familias, vecinas y vecinos. Del mismo modo, han participado del evento más de cincuenta elencos artísticos de diferentes países, realizando presentaciones en los más importantes escenarios de la ciudad, pero también en unidades educativas, centros culturales, casas de acogida y OTBs del municipio. 

Entre los logros alcanzados por el Festitíteres, es innegable el aporte a la niñez y la familia que, de manera excepcional, ha encontrado en las historias contadas por los títeres, un espacio para el disfrute y la imaginación; las y los estudiantes de unidades educativas de la periferia han sido beneficiados con el acceso a espectáculos gratuitos de alta calidad; enriquecidas también fueron las artes escénicas de la ciudad que, además del teatro y la danza, ampliaron su panorama con la consiguiente incorporación de nuevos públicos; la agenda cultural local asumió de buen grado la diversidad que proponían los títeres, que pasaron a formar parte de su calendario artístico anual. 

La crisis política del 2019 obstaculizó las labores de preparación de la versión 2020 que, agravada por la emergencia sanitaria (covid), obligaron a Títeres Elwaky a suspender el festival.  

Retomada la normalidad, pese a los esfuerzos del elenco organizador y la disponibilidad de un amplio panorama de compañías internacionales deseosas por participar del Festitíteres, infructuosos han sido los esfuerzos para asegurar una base económica que permita retomar y dar continuidad al Festival. 

Si de atribuir responsabilidades se trata, será necesario reflexionar sobre distintas instancias de la sociedad civil y el Estado, sobre las cuales se puede señalar: 

• Directores y profesores de unidades educativas que cierran sus puertas al arte pero incentivan una inmensa masa de negocios en sus establecimientos: venta de materiales, uniformes, alquiler de disfraces, sin mencionar las cuotas para festejos, excursiones, etc.

• Padres de familia que dan de recreo sumas considerables, pero se niegan a contribuir con unos pesos para que a las escuelas de sus hijos puedan llegar espectáculos de alta calidad y especialmente concebidos para la niñez.

• Una empresa privada insensible, centrada en el auspicio de eventos masivos y consumo desenfrenado de sus productos.

• Desde el Estado, un Ministerio de Culturas fantasma; una Gobernación sin recursos, ideas ni voluntad; un Municipio con un presupuesto destinado a cultura que apenas llega al 20 % de lo que fue hace una década y sin ninguna política de promoción del arte destinado a sectores siempre olvidados.

Si alguna esperanza le quedaba al Festitíteres… era su postulación al Premio Municipal de Cultura con una hoja de vida resumiendo catorce años de un festival con títeres internacionales, fotos, notas de prensa, afiches, logros alcanzados y otros requisitos. 

El Premio Municipal de Cultura prometía apoyar con un monto económico al evento cuya trayectoria y contribución fueran significativas para el municipio. ¿Qué otros eventos se postularon? ¿Cómo estaba conformado el jurado? ¿Quiénes ganaron? ¿Con qué méritos? Nada de eso sabemos y, mientras tanto, le decimos adiós al Festival Internacional de Títeres.

Gracias por nada.