Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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[Redarquías] El derecho a soñar en Internet

Sobre la respuesta e interacción de los jóvenes en el mundo digital frente a la crisis política del país.  
Archivo.
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[Redarquías] El derecho a soñar en Internet

“Ocurrió cuando nadie lo esperaba. En un mundo presa de la crisis económica, el cinismo político, la vaciedad cultural y la desesperanza, simplemente ocurrió. (…) Al principio fueron unos cuantos, a los que se unieron cientos, que conectaron en red con miles, apoyados por millones con su voz y búsqueda de esperanza”. Con estas palabras, Manuel Castells introducía su libro Redes de Indignación y Esperanza, el cual parece una lectura pertinente para el contexto que nos está tocando vivir. 

América Latina es el sujeto de una gigantesca ola de protestas contra sus gobernantes y políticas de Estado, y son los jóvenes quienes están liderando estas luchas. Jóvenes y niños están saliendo a las calles a reclamar su derecho de soñar, que les ha sido arrebatado por sus gobernantes. Nos dicen que no podemos pensar un mejor proyecto para nuestras sociedades, porque supuestamente lo que ellos nos dan es lo mejor que nos puede pasar. 

El pasado jueves, en medio de movilizaciones de uno y otro bando para defender la democracia, nuestro presidente ha declarado en los medios. Dos cositas ha dicho: que los jóvenes que estamos en las calles vamos por “notita y platita”, y que él puede darnos “cátedra” de cómo se hacen los paros. Ignorando, quizás, que nosotros no paramos igual que nuestros padres antaño.

Y, después, las redes estallaron. 

Diálogos de Los Simpson adaptados a nuestro contexto, frases clásicas de Drake y Josh, fotos de carteles chistosos en las marcha de La Paz y héroes de nuestra infancia como Gokú terminaron contradiciendo el discurso del presidente. Esos jailones que se sacan selfies en las protestas, también están resistiendo al autoritarismo desde un espacio social poco explorado y completamente suyo: el Internet. 

Los centenialls, pues, somos otra cosa. No somos esos encapuchados que queman tribunales, ni somos el legendario movimiento campesino de la CSUTCB a inicios del 2000. Somos pacifistas, defendemos la igualdad, bromeamos demasiado y no queremos herir a nadie. En fin, que se sepa que nos manifestamos y vivimos diferente. Para nosotros, el espacio físico y el digital no son mundos separados, ambos son nuestros espacios de existencia y reproducción social. No hay el uno sin el otro, y, si nos quitan el derecho de soñar en el mundo físico, en el mundo virtual no podrán conseguirlo. 

Considero que los hashtags, memes y videos chistosos relacionados a la situación de nuestro país, no deben ser minimizados por los gobernantes. Facebook, Twitter, Whatsapp se han convertido en plataformas de articulación política juvenil. En medio de memes, y a nuestra manera que contradice muchas tradiciones políticas en Bolivia y el mundo, estamos proponiendo nuevos horizontes y utopías. Que nada nos quite la esperanza de cambiar al mundo a nuestro modo. Que no nos quiten el derecho de soñar, ni en las calles, ni por Internet.