Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:24

Esto que ves es un rostro. Notas sobre Diariamente, de Joaquín Tapia

“Diariamente” es el gigantesco proyecto de cuatro horas de duración, resultado de 143 días de filmación y 1200 horas de edición, del director Joaquín Tapia, ganador del tercer Fondo de Fomento a la Producción A Cielo Abierto, festival bianual organizado por el Centro Simón I. Patiño.
Esto que ves es un rostro. Notas sobre Diariamente, de Joaquín Tapia

Antes de comenzar Diariamente, como epígrafe, vamos a escuchar la voz de Allegra Geller:  

The world of games is in a kind of trance. People are programmed to accept so little. But possibilities are so great. 

[El mundo de los juegos está en un tipo de trance. La gente está programada para aceptar tan poco, pero las posibilidades son extraordinarias.] 

Como veremos y escucharemos a lo largo de los 258 minutos que dura la película, el relato se esforzará en explorar algunas de estas posibilidades. Lo que comienza como ensayo, deviene metaficción, para devenir a su vez en narrativa semiclásica, para después mutar hacia el documental expositivo y, finalmente, coquetear con el montaje experimental. Hay un goce de la forma que la película contagia.

*

Como la narradora nos dice, esta película trata de Caliri, un barrio paceño de reciente creación, colindante con Irpavi y Bolognia, pero también de Máximo Aguilar, un trufista que vive y trabaja en Caliri. Si yo estuviera obligado a usar la menor cantidad de palabras para resumirla, diría que trata de un hombre y el territorio que recorre todos los días.

La película está dividida en cinco partes. ‘Introducción’, donde conocemos a la narradora, Daily Mercado, y al coprotagonista, Máximo, que está saliendo de una separación muy dolorosa. De allí, mediante un sueño de Máximo, pasamos a ‘Historia Elemental’, que después de su propia introducción, nos lleva a una investigación titulada ‘Tres caras del derecho propietario’ cuyas secciones son: “Catastro”, “Usucapión” y “Junta vecinal”. Es una investigación algo intrincada, pero podemos decir que: 1) La primera parte trata las complicaciones del derecho propietario en condiciones de expansión urbana acelerada y debilidad estatal. 2) La segunda parte trata sobre todo de la historia de la urbanización de Irpavi, Bolognia y Caliri, donde los milicos han tenido un rol importante. 3) La tercera, ‘Junta vecinal’, recopila algunas historias íntimas, por así llamarlas, del barrio de Caliri. Cuando casi habíamos olvidado a Máximo –no a Daily, porque su voz nos guía a lo largo de gran parte de la película– este reaparece en el último capítulo, ‘Ensayos’, para ser robado por un adolescente, ir en busca de Daily para que le lea el I-Ching, y al final reencontrarse con su hija, a la que ha descuidado en el último tiempo.

Es, pues, una película desmesurada.

Pero, y esto es importante, no es una película caótica.

*

Me acuerdo esa vez que Bolaño dijo, a propósito de Los detectives salvajes, que uno de sus objetivos era escribir una novela de cuatrocientas páginas que pudiera leerse de un tirón, como una novela de aventuras. Esta declaración habla, creo, de alguien que conoce bien sus recursos y cómo usarlos y no sólo sabe de qué trata su novela, sino de cómo quiere que funcione, qué efectos quiere que produzca en la lectora. Lo menciono aquí porque creo que Joaquín sabe lo que está haciendo cuando propone una película de larga duración. Va a poner a funcionar todos los recursos que conoce para que esas horas nos sean gratas. Como ha contado en una entrevista, por ahí va la apuesta por un personaje como Máximo, con quien podemos identificarnos tan pronto lo conocemos, o la presencia de una voz narradora, que permite establecer una cierta coherencia a lo largo de secciones cuyo estilo va cambiando. En ese sentido también se entiende el recurso a las voces de alrededor de treinta personas entrevistadas que, de una u otra forma, refieren a Caliri. También en ese sentido funcionan los bellos esquemas, gráficos y mapas que aparecen de tanto en tanto.

*

En la primera secuencia de la película, la que viene después de los créditos, recorremos de cerca una superficie que parece atravesada por lo que sólo puedo llamar cicatrices. Mientras sobrevolamos, porque eso parece, esta superficie, escuchamos algo fragmentada una conversación entre una mujer  y un chango quien, sabremos después, es el realizador de la película. La mujer está hablando de un momento epifánico en su vida que le sobrevino hace muchos años cuando se encontró con un grupo de hombres que cantaba una canción devocional.

Sólo después de unos minutos, por un cuidadoso movimiento de reencuadre, podemos darnos cuenta de que la superficie sobre la que nos hemos estado moviendo es una fotografía arrugada y vuelta a estirar donde aparece la cara de una mujer muy hermosa. ¿Será a quien hemos estado escuchando hablar? De pronto escuchamos a esta mujer cantando, sólo que es mucho más joven, y el efecto es difícil de describir, pero es poderoso.

Esta secuencia condensa de cierta forma la poética de la película: un rostro es un paisaje / el paisaje es un rostro. Entre el rostro y el paisaje hay una red de vías escondidas. Y también: no se puede narrar la historia de un ser humano sin narrar su territorio. También, si cabe, este principio es un resumen de la apuesta formal de la película: narrar es hacer esperar (aunque no demasiado), defraudar las expectativas de las espectadoras para satisfacerlas justo a tiempo.

*

Diariamente puede referirse a lo que ocurre cada día, lo que se repite, lo imperceptible, como la erosión de los cerros, o el pasar de los trufis entre Bolognia y Caliri. Diariamente puede referirse también a la cualidad de tener la forma del diario, un espacio textual donde se registran los acontecimientos, sin mayor orden que la cronología y la selección subjetiva. Diariamente es una posible traducción al español del nombre de la narradora, Daily. Diariamente transcurre la vida, de forma continua, y le vamos extrayendo cortes discretos, como las fotografías familiares, pero también las fotografías aéreas que hacen los geógrafos militares. Diariamente, un adverbio, una palabra cuya función es cualificar cualquier acción, como el montaje, que puede modificar el sentido de cualquier contenido.  

*

Después de las arengas cívicas del presidente de la Junta Vecinal, que los calirenses escuchan tratando de no reírse, comienza la gran fiesta. Escuchamos la cumbia electrónica que en ese momento escuchan todos, mezclada con el sonido ambiente. Por un corte visual que es también sonoro, seguimos escuchando la misma cumbia, pero ahora intensificada, y sin sonido ambiente. Un hombre baila solo, mareado, y es como si por unos segundos compartiéramos su felicidad.

Según la crítica, una tradición de cine boliviano retorna una y otra vez a la pregunta de cómo representar el concepto político de pueblo. No sé si esta película se propone eso, pero sí hay una notoria intención de mostrar una gran cantidad de perspectivas y versiones sobre los mismos asuntos. La manera más evidente en que la película hace esto es dándole la palabra a más de treinta personas y mostrando a muchas más. Pero también lo hace de maneras más sutiles, como oscilando entre los puntos de vista del narrador central y los de los personajes — cuando vemos, digamos, a Máximo y a Daily juntos, para después ver lo que cada uno de ellos ve, o con un montaje como el que describí en el párrafo arriba. La sensación general alcanzada es la de que hay más cosas en el mundo de las que quisiera cualquier filosofía.   

*

Superponiendo fotografías aéreas de la misma zona tomadas entre mediados y finales del siglo veinte, la película nos permite ver cómo Caliri va dejando de ser la ribera de un río y va transformándose en un barrio periurbano. Ayudada por esquemas, la voice over de la narradora nos ayuda a precisar algunas cosas, como la ubicación de la casa de uno de los personajes. No recuerdo muchas ocasiones en que el didactismo no signifique fealdad. Diariamente ofrece esas raras ocasiones de evidencia iluminada.

*

Hay un gesto de mucho cine boliviano reciente que, justa o injustamente, me repele. Se trata de cierto modo observacional en el que el realizador, casi siempre un hombre blanco de clase media alta, graba a indios o proletarios, y trata de borrar lo más que puede los indicios incómodos de su presencia. No estoy seguro de cuál es la justificación intuitiva o teórica de esta convención, pero tiene, desde mi perspectiva, la consecuencia infeliz de esconder gran parte de la densidad de la relación entre quien filma y quien es filmado. Como dice el narrador de Santiago, de Joao Moreira Salles, “tal vez lo más revelador sea aquello que se dice a un personaje antes de toda acción, y que sería para siempre el secreto del filme”. 

A mí me parece que Joaquín conjura este peligro al mostrar, en la película misma, algunos de sus mecanismos de ensamblaje. La escena en que le da instrucciones a Daily al principio, por ejemplo, lo muestra como un jugador más del juego, que tiene dudas que lo angustian, como revelan las variaciones en el timbre de su voz, y está ensayando para ver qué funciona y qué no.  

Hay otra ventaja de esta manera de proceder. Como el realizador nos ha revelado que es más fácil dirigir acciones que diálogos, cuando escuchamos diálogos que nos parecen, por ejemplo, algo apagados, en la escuela de Bresson, estamos preparados para aceptarlo. De igual forma, si Máximo se ríe inexplicablemente después de correr desganado detrás del chico que se ha llevado su plata, lo aceptamos. Sabemos que estamos viendo, entre otras cosas, una ficción sobre la hechura de una ficción. De algún modo, es parte de las reglas del relato que hemos aceptado. 

*

Como he dicho, Diariamente es una película desmesurada. Ahí radican sus virtudes. También, es posible, sus defectos.  

Creo que las secciones narrativas de Diariamente funcionan mucho mejor que las secciones argumentativas. No es solo que, como espectadores, tendemos a seguir mejor el conflicto de Máximo, a quien le tenemos cariño desde que confía en nosotros y nos cuenta un episodio difícil de su vida, o la voz seductora de Daily que nos va contando cosas muy interesantes de la geología de La Paz. Tampoco es que las entrevistas sean, por sí mismas, difíciles de seguir, como demuestran los vecinos de Caliri que nos cuentan del fascinante aterrizaje forzoso del Capitán Griffiths o la historia de la misteriosa Dama del Bosque de Bolognia. El problema es, primero, que es difícil seguir la intrincadísima explicación de la urbanización acelerada de La Paz (o de cualquier ciudad boliviana*), mucho más si esta explicación hace rodeos demasiado amplios para tratar las reformas estructurales de los noventa, la política monetaria y la cultura boliviana. Y, segundo, que la mayoría de esta explicación es innecesaria para profundizar el sentido de la trama principal.** 

A unos pocos minutos de haber comenzado ‘Catastro’, Daily nos aclara que ‘vamos a tardar un poco en llegar a nuestro tema. Pero es que no es bueno perder de vista el contexto’. Y es cierto, siempre que ese contexto, dicho rápido, le dé sentido al texto. Es imposible, por ejemplo, volver a mirar Caliri y, en general, toda la ciudad de La Paz cuando sabemos que ha sido construida sobre un antiguo glaciar y eso explica el terreno típico de piedritas suspendidas en esa tierra amarillenta. Por el contrario, no ayuda mucho hablar de mafias loteadoras neo latifundistas cuando el único conflicto por tierras que vemos enfrenta a una junta vecinal contra el yerno de una ex colona.

Por otro lado, Godard tiene razón cuando le hace decir a una voz en off que ‘llega a ocurrir que la realidad sea demasiado compleja para la transmisión oral’. El texto escrito permite la transmisión de ideas de manera veloz, de inclusión de cláusulas subordinadas que cualifican lo dicho, triangulan los datos y, sobre todo, permiten que la lectora se detenga donde necesita detenerse  y acelere donde necesite acelerar. Una historia sociológica de Caliri, de la expansión urbana paceña y del desarrollo político administrativo del Estado boliviano en el último siglo, son demasiado amplias y sinuosas para ser narradas cinematográficamente, incluso en dos horas, no importa cuán virtuosa sea la narradora y cuánto sepan los entrevistados (que, aunque numerosos para una película, son pocos para una tesis como la que se propone). Algo entendemos, pero también nos quedamos, con Juan del Granado, repitiendo el mantra de nuestra sociología espontánea: todo esto se debe a “la cultura que tenemos”.

*

El Press Kit de Diariamente, disponible en redes, resume cómo fue producida:

Una vez empezó la filmación, ha surgido un personaje central, Máximo Aguilar, y una investigación sobre los problemas legales originados en la historia de Caliri y los barrios aledaños. La historia de Máximo se ha ficcionalizado y la investigación ha sido encapsulada como un sueño suyo, que en principio es relatado por su coestrella, Daily Mercado.

En un medio en que no hay escuelas constantes, cinematecas activas o museos que exhiban cine, toda película que se termina bien puede ser, en cierto sentido, una escuela para todas las personas que quieren hacer películas. Tal vez lo más evidente pase por comprender que, en las circunstancias actuales, una película no es tanto la materialización de una idea sino el recuento de una investigación. No tanto autores como documentalistas. Nos ahorraríamos muchas malas películas, creo, si más realizadores lo comprendieran.

*

[Epílogo:]

Si en el epígrafe que abre la película cambiamos bourdianamente ‘mundo de los juegos’ por ‘el campo del cine boliviano’ entonces tendríamos:

El campo del cine boliviano está en un cierto tipo de trance. El público está programado para aceptar tan poco, pero las posibilidades son enormes.

Que es una descripción adecuada del estado de dicho campo. Reducido a un público minoritario y sin infraestructura, sin posibilidades de profesionalización, muchos realizadores se sienten amenazados por una sutil pero constante sensación de ilegitimidad o irrealidad. ¿Para qué hacer películas? De ahí que se debatan entre 1) repetir fórmulas que, ojalá, seduzcan a un público mayoritario, 2) justificar su existencia por razones pre o post cinematográficas, como colaborar con la resolución de un problema social o a la consecución de un objetivo político,  o 3) explorar las posibilidades del lenguaje cinematográfico y, en el camino, hacerse aún más minoritario. De algún modo, creo que si Diariamente es una película irresuelta lo es porque expresa bien, tal vez como ninguna otra película boliviana, la tensión misma del campo en el que ha sido producida. No podía ser de otra manera, pienso, tratándose de una película sobre los territorios. Este es otro de sus puntos fuertes, posiblemente.

*Véase, por ejemplo, la cantidad de páginas que les toma a Ahí Christele y Delgado explicar el conflicto por Pampa San Miguel en Cochabamba. A la conquista de un lote. Estrategias populares de acceso a la tierra urbana. PIEB. 2007. 53 – 84. 

** Siendo un poco atrevido, creo que la película podría haberse separado en dos. La primera sería la historia de Máximo, narrada por Daily, con varias excursiones ensayísticas a la historia afectiva de Caliri. La segunda sería un documental expositivo sobre la expansión urbana de la ciudad y los problemas que significa para sus habitantes. 

Sería innegable que habría una relación entre las dos películas. Puede ser que la segunda haría más disfrutable y comprensible a la primera. Pero ambas podrían ser independientes.