Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 13:26

Pese a pandemia programa de lectura se desarrolla virtualmente

El proyecto “Mi comunidad lee” desarrolla talleres virtuales de lectura para 200 niños y niñas de escasos recursos de seis distritos de la zona sur de Cochabamba.
Pese a pandemia programa  de lectura se desarrolla virtualmente.
Pese a pandemia programa de lectura se desarrolla virtualmente.
Pese a pandemia programa de lectura se desarrolla virtualmente

Este año muchas familias han sentido el peso de la educación en casa, más aún cuando no se cuenta con los equipos o con conexión WiFi para la nueva “normalidad virtual”. Muchas son las historias de niños y niñas que han dejado de lado las clases virtuales. Lo cierto es que aún no tenemos estadísticas oficiales sobre cómo la desigualdad se acentuó en nuestro país, sobre todo en el área educativa.

En un panorama tan poco alentador ha sido muy emocionante descubrir el proyecto “Mi comunidad lee” que está desarrollando talleres virtuales de lectura comprensiva a través de cuentos para alrededor de 200 niños y niñas de escasos recursos, entre los 4 y 12 años de edad. Actualmente son 10 grupos de lectura, de seis zonas de la zona sur del municipio de Cochabamba, que desarrollan sesiones virtuales con una frecuencia semanal, en un programa que abarcará, hasta fin de año, las 12 sesiones.

Es un proyecto de Save The Children International en sociedad con el Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño (CSIP), quien comparte su “metodología de lectura” preocupándose también por desarrollar las habilidades de conexión y probando distintas formas para afrontar la nueva normalidad virtual para los niños y niñas. Las encargadas de este desafío son las “referencistas”, es decir, las encargadas la red de bibliotecas del CSIP.

Las referencistas explican que no ha sido fácil la transición de las sesiones que estaban pensadas para ser presenciales. El primer gran desafío ha sido capacitarse. Tuvieron que reinventarse y aprender a utilizar las nuevas herramientas que ofrece el internet para poder comunicarse de forma efectiva y desarrollar las clases que preparan con mucha antelación para sus estudiantes. Un ejemplo es que ellas graban cuentos que ilustran con sus propios dibujos; en las clases virtuales aprendieron que deben ser interactivas y encontraron juegos de selección múltiple para evaluar la comprensión de la lectura colectiva. Ximena Rocha, de la Biblioteca de Santiváñez, nos dice: “para mi y para los niños ha sido muy complicado entender toda esta área tecnológica, pero la clave es hacerles participar”. Según Julieta Pardo, referencista del Biblioavión, al principio ha sido difícil, pero ahora tienen hasta tutoriales propios para las manualidades de navidad.

El segundo gran desafío ha sido la conexión y los equipos con los que cuentan los padres de familia, recursos sobre los cuales se asienta el programa, que han presentado dificultades, pero que han sido superados gracias al interés de estas familias. Concertando, por ejemplo, las horas de las sesiones para prestar y acompañar con el celular a sus hijos o coadyuvando en la conexión de las aplicaciones virtuales sincrónicas. La verdad es que los grupos de WhatsApp son los que más han funcionado para que los niños manden sus tareas, se les haga recuerdo de las clases virtuales.

Todo esto sin olvidar trabajar el contenido. Maritza Nogales, referencista de la biblioteca de Pairumani, nos explica que trabajan temas medioambientales para “lograr un cambio en sus familias, comunidades y todo su entorno” haciendo análisis de textos acordes a la edad de los niños y actividades que refuerzan una cultura de reciclaje y respeto por los animales, “demuestran una gran sensibilidad, un compromiso genuino y de corazón para con la naturaleza porque ellos ven la realidad del planeta y el sufrimiento de los seres vivos”, aclara la referencista.

Margot García, referencista de la biblioteca de Villa Rivero, nos comenta que “hay que sacar algo positivo de esta pandemia y lo bonito que se puede sacar en mi caso sería que estoy llevando la metodología de comprensión de lectura a niños que no imaginé llegar, es una experiencia diferente”. 

Creo que ahora más que nunca es un deber de todos nosotros y nosotras pensar como queremos conectarnos con el mundo, más ahora frente al encierro de la pandemia, asesorar tanto a niños y niñas, padres, madres y profesores, sobre los beneficios de internet, pero así también sobre los riesgos a los que se pueden exponer y como pueden detectarlos para prevenirlos, es fundamental. Es momento de estar más presentes en la enseñanza colectiva y celebro con emoción que estas instituciones estén asumiendo el desafío, espero que compartan las lecciones aprendidas para que sirvan de inspiración a quien lo necesite.

Comunicadora Social