Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Notas decimonónicas. Schopenhauer y Nietzsche en Bolivia

Ambas formas filosóficas o sea de sus obras se asimilan en periodos del siglo XIX. Y, ¿es una entre otras bases la estética y crítica literaria de Schopenhauer y Nietzsche para la crítica desde Historia de Bolivia (2003)?
Schopenhauer y Nietzsche.       ELENCHUS PHILOSOPHY
Schopenhauer y Nietzsche. ELENCHUS PHILOSOPHY
Notas decimonónicas. Schopenhauer y Nietzsche en Bolivia

Para comenzar estas líneas se busca una forma, en este caso, filosófica que llega hasta América Latina. Es después de la consolidación republicana aproximadamente en las décadas de los treinta a los sesenta del siglo XIX. Este período de letras y de innovación republicana inicia entre guerras, tal como relata Historia de Bolivia (2003) de José de Mesa et. al. Asumido el primer período del siglo XIX encuadra la obra de Artur Schopenhauer. Después y previo, en base a la sinterización de Ignacio Prudencio, llega la obra de Friedrich Nietzsche a Bolivia en el período liberal. Es decir, fue después de 1880, año culmen de las hostilidades con Chile. De esa manera se retrotrae en el tiempo un nuevo status in questionis. 

Como punto de partida uno se propone alcanzar un criterio de verdad en la difusión de la obra schopenhaueriana y nietzscheana en Bolivia. Ambas formas filosóficas o sea de sus obras se asimilan en periodos del siglo XIX. Y, ¿es una entre otras bases la estética y crítica literaria de Schopenhauer y Nietzsche para la crítica desde Historia de Bolivia (2003)? Los encuentros desde la historia analítica de Bolivia del siglo XIX demuestran esa realidad. Principalmente, encuentran la literatura nacional como embriones a producirse en el ambiente del XIX francés, como ese paraguas. Con esa aclaración de fondo, este trabajo se organiza de la siguiente manera. Primero, ‘La representación de lo bello’ expresa la obra de Schopenhauer en el contexto estelar de las post guerras bolivianas entre 1830 a 1860. El complemento se plasma en ‘Fúnebres’ de Gabriel René Moreno. Se adhiere la unión de ‘El Dios de Nietzsche, destrucción de la forma’. Es decir, en todo momento se trabaja en la fórmula de la forma estética. En este caso comienza el período político del liberalismo boliviano. Por último, cubre estas dos etapas ‘La conclusión histórica’. Puede ser entendida como el análisis desarrollado en Historia de Bolivia (2003). 

1. La representación de lo bello

Comenzar con propósitos centrales de distinción en Artur Schopenhauer implica considerar su obra intelectual desde sus primeros años. La segunda parte, hila con Gabriel René-Moreno y su “Fúnebres” (1873). Así comienza desde las artes con Las cuádruples raíces de la razón suficiente (1813). Después, en la literatura escribe Sobre la visión y los colores (1819), y su icónica obra El mundo como voluntad y representación (1818). Para dar paso al problema estético de estas líneas, se trata de una de las partes de la obra icónica bajo el título “Metafísica de lo bello”. Bajo la traducción de Luis Jiménez García de Luna se publica en Ed. Tor (1941). Para comenzar en filosofía a ‘lo bello’ es oportuno -dice Schopenhauer- excluir las formas del conocimiento previas de los seres humanos. No obstante, pregunta, ¿[c]ómo es posible hallar placer y deleite en un objeto, sin alguna influencia del mismo sobre nuestra voluntad?” (Schopenhauer, 1941: 5). Expresamente siguiendo a Schopenhauer lo que genera éxtasis o desde el ser extasiado refleja la posterioridad de la experiencia cognitiva. Las representaciones de la realidad son de varios tipos, están las por supuesto estéticas. De la belleza se concluye qué es la belleza como la cosa en sí misma. Entonces, “es el origen de aquel placer y aquel deleite que acompañan a la concepción” (1941: 6) de acuerdo con el texto sería belleza. La relación realista de entendimiento entre el sujeto y objeto anuda lo que se llamará “percepciones” que no se median con la razón o razones ideales (Cf.: 12). Como se dijo antes, el hecho invariable está en las impresiones y el sentido de orientación humana busca encasillarse en las formas. No es de extrañar la siguiente consideración en Schopenhauer:

Según esto comprendemos en él la idea (platónica) de esta especie, a la que como tal es esencial la belleza. ‘Bello’ (en alemán ‘shön’) tiene relación sin duda con el inglés to shew, y sería según esto shewy, digno de verse, what shews well, lo que muestra bien, lo que se hace bien; por lo tanto, lo perceptible que resalta con claridad y, por consiguiente, la expresión clara de importantes ideas (platónicas) (: 18).

El grado deleitoso de las ideas genera en el gusto por las artes un nivel de asimilación con la pertinencia literaria que ha surgido antes y después. Es decir, los movimientos literarios han concebido las teorías del arte cuyo objeto parte de la belleza como una suerte de signos a capturarse. La mezcla entre los objetos de la literatura y de la Estética comienzan con estos signos. Desde la definición de Schopenhauer de etimologías en cuanto a lo bello nace esta nueva base o artículo de fe estético: la obra de arte. 

La obra de arte representa el problema entre el sentido de unidad fundamento entre los más visibles del acto discursivo y su etimología. 

Mejor, es el eje de las expresiones de la impresión kantiana, citar el parágrafo 26. El parágrafo 26 de ‘Metafísica de lo bello y estética’ da origen al ser del arte. Pero la consideración kantiana opone al sentido metafísico de A. Schopenhauer el concepto de “la razón pura” (Kant, 1941: 17). Respondiendo a la anterior proposición salida de Immanuel Kant, todos los conocimientos se deducen:

La posibilidad de las proposiciones analíticas pudo ser fácilmente comprendida, puesto que exclusivamente descansa en el principio de contradicción. La posibilidad de las proposiciones sintéticas a posteriori, vale decir, de los principios sacados de la experiencia, no es más que una adición continua (síntesis) de las percepciones. Quedan, solamente entonces, las proposiciones sintéticas a priori, cuya posibilidad debe buscarse o examinarse, ya que tiene que reposar sobre otro principio distinto al de contradicción (s.f.: 17).

El estudio de las artes excede al objeto de las demás partes de la Metafísica futura (s.f.) de Kant. Las percepciones generan estados desde el sentido de la sensación y de los placeres, según Schopenhauer. Los sentimientos por el arte, en especial, como la obra de arte reproducen. Reproducen las ideas de la impresión para volverse generales y visualizar las etapas de la belleza, del amor y de su conformación meta-física. La corrección kantiana busca la forma analítica, de la Estética, de su objeto.

Lleva por Nombre “Fúnebres” la edición que, publicó Sud-América de Santiago, consta de varios y elaborados epitafios de prosa. La pequeña prosa corresponde a varias reseñas de personajes ilustrísimas y dignidades. Para corresponder a mención estética de la relación perceptible en la obra simbólica dice: 

Sin incluir los opúsculos de la misma especie pero impresos en tamaño mayor, i no contando además una treintena entre los que han desaparecido del todo, o se han escapado a las pesquisas del coleccionista i a las dádivas jenerosas de sus amigos, el centenar de Guirnaldas, Coronas fúnebres, Lágrimas, Lirios en la tumba, etc. con que han sido formados los dos gruesos volúmenes antedichos, constituyen un archivo copioso de noticias biográficas, i son como un gran obituario académico de Bolivia, desde 1845 hasta el próximo pasado de 1872 (Moreno, 1941: 154). 

El responso de variado tipo muestra un Gabriel René Moreno bajo la influencia modernista de los principales poetas y otros académicos. Toma esta fecha, otro hito como se verá después, para rememorar. Los lugares de G-R Moreno demuestran la práctica literaria y sus rastreos. Los toma de la cívica del siglo XIX en los principales centros de Bolivia. La forma de intervenir este cúmulo de inventarios precedentes es la siguiente:

Mientras tanto en los ocho colejios abiertos por la patria, los hijos de los guerreros i fundadores estudiaban i practicaban la retórica, la poética i las contiendas de la tribuna antigua i moderna; leían i releían a Moratin, Melendez, Cdahalso i Quintana; a Espronceda, Bermudez de Castro i Zorrilla; a Byron, La-Martine i Victor Hugo (Op. Cit.: 157).

La función de estas obras para G-R Moreno constituyen una generación de lectores y receptores de procedencia en el liberalismo intelectual. Siguiendo la regla de las épocas alcanza su paso por la historia boliviana desde un “1848” año de la regada contra Belzu, movimiento de Velasco (Cf.: 157). Cabe resaltar la vocación de historiador y bibliógrafo de un G-R Moreno, educado en la U. San Felipe, en la descripción de su prosa. Compagina las páginas de un A. Schopenhauer traído hasta Sudamérica, bajo esta cornisa sobre el concepto de belleza se asevera en su prosa:

Por lo que toca a la literatura sepulcral, recientes ejemplos demuestran que todavía está fructiferando a maravilla, como en sus mejores tiempos. Los más antiguos opúsculos, rigorosamente del jénero, con que uno tropieza, son dos para honrar la memoria de un alto dignatario de la iglesia, que aparecieron un en La Paz, i otro en Sucre el año 1845 (: 158).

La relación de la prosa descriptiva de G-R Moreno nace con la forma de mini reseñas u opúsculos que vienen a contrarrestar los viejos estilos. La novela para Sudamérica no tiene las envolturas registradas en Moreno. La disposición de los historiadores, la de Moreno, cobran esta percepción. El registro de las biografías es el presupuesto inicial. ¿Porqué? Porque G-R Moreno fue para la Academia, el primer bibliógrafo de estas fuentes. Como bibliógrafo tuvo la tarea de recoger invitaciones oficiales de la época, tarjetas, esquelas, obituarios de ilustres del siglo ya mencionado. La forma de hacer el cruce del registro de la prosa de G-R Moreno cobra sentido. La pertinencia de un estilo como la prosa de Moreno hacen plausible. Hacen entonces, efectiva la obra de Schopenhauer para la lectura boliviana.