En una villa nació, fue deseo de Dios,                           

crecer y sobrevivir a la humilde expresión                    

Enfrentar la adversidad                                                 

con afán de ganarse a cada paso la vida...                    

En un potrero forjó una zurda inmortal

con experiencia sedienta ambición de llegar.

De cebollita soñaba jugar un Mundial

y consagrarse en Primera,

tal vez jugando pudiera a su familia ayudar...

Con esta letra del tema “Mano de Dios”, del cuarteto de Rodrigo, inicio esta reseña sobre la serie Maradona: Sueño Bendito, estrenada en la plataforma de Amazon Prime Vídeo, y del que la letra no está nada alejada de lo que narra la historia de la serie dirigida por Alejandro Aimetta. 

Un 25 de noviembre de 2020 el mundo se detuvo con la muerte de Diego Armando Maradona, y hace algunos días atrás, todo el planeta le rindió homenaje y, magníficamente la plataforma de Amazon Prime Vídeo lo conmemoró con el estreno del capítulo 10 de la primera temporada de la serie. Son 10 capítulos que no sobrepasan la hora de metraje y además que, te enganchas en la historia de la vida del astro argentino, del jugador con el número 10. 

En todo el planeta deben existir muchos como yo, que nos hicimos fan post muerte del Dieguito, y se lo debo a la increíble y gran producción de la serie Maradona: Sueño bendito, en el que nos transporta a los inicios del Diego, desde Villa Fiorito, donde jugaba para los Cebollitas, hasta alcanzar la gloria con Barcelona, Nápoles y la selección argentina. Con tres actores y una leyenda, la serie da vida al astro de Maradona. El actor Nazareno Casero es quien interpreta y personifica a Maradona en su infancia. Posterior está Nicolás Goldschmidt quien da continuidad en la siguiente etapa de la vida de Maradona cuando está la cúspide de su carrera futbolística, y como último actor es Juan Palomino, quien actúa como el astro en sus últimos años de vida.  Cada capítulo comienza con una música de introducción de: Mano Negra – Santa Maradona, acompañado con buenas fotografías, locaciones y vídeos de archivos históricos, al igual que  los finales de cada episodio, con la excepción que en los finales hay textos históricos que complementan las fotografías que van saliendo, además, con una perfecta elección de canciones de artistas como Charly García y Víctor Heredia, entre otros. 

En el desarrollo de esta serie existen especies de flashbacks que te transportan a diferentes etapas de la vida de Diego, y te hacen viajar de un Maradona viejo, hacia un Maradona joven y a un Maradona niño. Es una interesante propuesta para contar y narrar la vida del Pelusa. La serie juega muy bien con escenas grabadas y con imágenes de archivo, ya que algunas escenas era imposible recrear, como el gol de la “Mano de Dios”, en el ‘86. La serie cuenta con temas políticos, amorosos, de sexo, alcohol y drogas, que de cierta manera le da un plus y un gol a la serie. 

En una entrevista al Vasco Olarticoechea en el diario Olé, en la previa al primer aniversario sin Maradó, este dijo: “Diego no se fue, Diego está continuamente. Todos sabemos que él sigue estando, sigue hablando como si estaría. Es la leyenda y las leyendas no se van, quedan para toda la vida”. 

Y una mejor manera de rendir tributo y conmemorar al Astro Argentino, es postrarse delante la pantalla chica y ver la serie. Y termino esta reseña con esta letra de la canción “La vida tómbola”, de Manu Chao:

Si yo fuera Maradona

Viviría como él

Mil cohetes, mil amigos

Lo que venga a mil por cien

Si yo fuera Maradona

Saldría en Mondo Visión

Para gritarle a la FIFA

Que ellos son el gran ladrón

La vida es una tómbola

De noche y de día

La vida es una tómbola

Y arriba y arriba

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