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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Gestión 4D: de la escasez a la abundancia sostenible

Una especialista en economía creativa compartió sobre esta matriz en el reciente Encuentro – Residencia Fluxonómica 4D organizado por Fundación Imagen del proyecto mARTadero junto a 13 invitados internacionales*.
Gestión 4D: de la escasez a la abundancia sostenible


Los problemas que tenemos ahora son consecuencia de economía y sociedad organizadas de forma centralizada y alrededor de todo lo que es tangible, bienes materiales como la tierra, el oro o el petróleo. Pero los bienes tangibles son escasos, pues se consumen con el uso, y también porque su dinámica es limitada: crecen de forma lineal, por soma. Imaginen una manzana. Si la comemos, no hay más manzanas. No se puede compartir una manzana por 7 billones de habitantes. Y las manzanas crecen linealmente: 1+1+1... Esta es la economía tradicional. Es la economía de la escasez. Y, como son escasos estos recursos, el modelo es de competición. La cuestión que enfrentamos es que la vida y los problemas en el siglo XXI son exponenciales, van por multiplicación. Así, la llave del cambio rumbo a la sostenibilidad está en lograr procesos que sean exponenciales.

Hay que buscar otra manera de organizar la economía y la sociedad de forma exponencial, como son nuestros problemas. Es matemáticamente imposible que un proceso centralizado logre solucionar cuestiones distribuidas, exponenciales. ¿Y cómo lograremos ser exponenciales? La solución está en todo lo que tiene que ver con intangibles y redes distribuidas. Esto es muy importante, pues mientras los recursos tangibles se consumen con el uso y son escasos, todo lo que tiene que ver con los intangibles es infinito.

La cultura, la creatividad, el conocimiento, la colaboración y la experiencia no solo no se consumen, sino que se multiplican con el uso. Todas estas cosas: economía creativa, nuevas tecnologías y colaboración, crecen exponencialmente. Esto significa la posibilidad de una economía de la abundancia y ahí no hay más necesidad de competir, sino de colaborar.

Comprender las cuatro dimensiones

¿Qué pasa cuando miramos al trípode de la sostenibilidad, supuestamente una de las herramientas más adecuadas para trabajar sostenibilidad y futuro? Notamos que hay ahí dos trampas de las cuales necesitamos salir. Primero, lo ambiental, social y financiero son todas dimensiones exteriores a la persona. ¿Dónde están la cultura, las creencias, los valores humanos, el deseo de cambio, las causas compartidas, el lenguaje, la inteligencia, la creatividad? Nos falta el “software”, todo que de hecho es la base. Nos falta la dimensión cultural, que es la raíz.

La otra gran trampa es llamar económica a una de las dimensiones. Porque si consideramos que solo una dimensión es económica, significa que las otras no tienen valor. Y si lo ambiental, social y cultural no son economía, no tienen valor. Esto es evidentemente un error y nos coloca en una ilusión de pobreza. Nosotros llamamos a esto la dimensión financiera, y consideramos que de hecho la economía es el flujo de recursos, y resultados de las cuatro dimensiones y no una sola dimensión.

De igual manera que dos coordenadas construyen la brújula, con sus cuatro puntos cardinales, nuestras dos coordenadas tangible e intangible nos revelan una brújula de cuatro dimensiones a la cual llamamos 4D.

En la coordenada del intangible, tenemos la raíz, la base, el punto de partida que es la dimensión cultural, simbólico-cultural. Lo simbólico es lo que incluye las creencias, la parte de valores humanos, de espiritualidad; lo cultural incluye conocimientos, creatividad, lenguajes, historia, experiencias. Y, finalmente, la dimensión social, sociopolítica. Tenemos lo social: los mecanismos para gestión del colectivo, como derechos adquiridos, políticas, leyes. Y lo político, las muchas formas de organización del colectivo.

En la coordenada del tangible, tenemos la dimensión ambiental, tecnonatural. Nosotros no consideramos que solo la naturaleza es ambiente, pero es importante y tiene enorme valor toda la parte hecha por el hombre, es decir la parte tecnológica. La otra dimensión tangible es la financiera, monetario–solidaria. Allí tenemos la moneda, finanzas, y el otro lado de la moneda, que es tiempo, porque cuando no hay dinero normalmente hay inversión de tiempo, solidaridad. Es importante saber que uno de los primeros pasos para una gestión sostenible es percibirnos enormemente ricos, lo que pasa cuando miramos a nuestros recursos en las cuatro dimensiones.

¿Para qué sirve la visión 4D? No ha sido “inventada”. Resulta de la observación y sistematización de prácticas exitosas, que son las que tienen actuación multidimensional. Son una manera de mirar las cosas de forma integrada, sistémica. Percibir las relaciones entre las dimensiones que componen la vida. Y a partir de ahí: reconocer recursos para viabilizar proyectos; lograr resultados que no sean sólo cuantitativos; efectuar diagnósticos; toma de decisiones y atribuir valor real.

Ahora que tenemos nuestros lentes 4D podemos mirar a todo tipo de proceso exitoso buscando comprender por qué algo funciona o por qué no funciona. Y cuáles son las maneras de obtener dinámicas exponenciales, una vez que sabemos que es ahí que reside la llave de nuestra abundancia sostenible y si seguimos buscando, notamos que hay un patrón que incluye las 4 Economías de Futuro en un ciclo exponencial de la abundancia.

Ciclo, ya que una dimensión/economía, alimenta la siguiente. Exponencial ya que todas tienen características exponenciales y de abundancia ya que este es el resultado del proceso. ¿Cómo nombrar a este ciclo? ¿A este flujo que activa recursos 4D y genera resultados 4D? ¿Flujo en el cual una economía activa la otra? Todavía no hay palabras que puedan significar lo que viene en el futuro. Así que decidimos llamar como Flujonomía 4D a esta combinación de cuatro economías de futuro. Flujo pues lo que nos interesa es comprender dinámicas, interrelaciones. Y porque todo es flujo en la naturaleza y sociedad. Economía es flujo de bienes; ciudad es flujo de gente; salud es flujo de fluidos; consciencia es flujo de percepciones; cultura es flujo de información, etc.

Sabemos que solo avanzaremos en la transición de modelo económico y político con pensamiento y acción sistémicos. Entonces, comprender todos estos flujos de forma integrada suele ser estratégico y facilitar la vida y su gestión.

Todos los procesos empiezan en la dimensión cultural. Allí están los intangibles, cultura, conocimiento, creatividad, materia prima del futuro por su carácter abundante, infinito. Son base de la economía creativa, que genera valor a partir de patrimonios intangibles, en un proceso (no producto) realizado por un ecosistema diverso. La economía creativa es exponencial pues no se consume, sino se multiplica con el uso.

En la primera economía de la Flujonomía 4D, los patrimonios intangibles suelen generar riqueza y calidad de vida si están visibles y operacionales. ¿Cómo? Gracias a las tecnologías digitales, sobre todo de comunicación e información, que están en la dimensión ambiental.

Empecemos a avanzar de futuros probables a deseables. Ello nos recuerda al futurista Buckminster Fuller: “Para cambiar un paradigma, no combatas el modelo problemático. Crea uno nuevo y haz obsoleto el viejo”. ¿Parece imposible? No nos olvidemos del alcance de lo exponencial, colaborativo.

Así que sí, otro mundo es posible. Tenemos recursos, conocimiento y personas. Lo que necesitamos son gestores culturales dedicados a cambiar cultura: cambiar de “sistema operacional” y herramientas. Como ingenieros sociales, activadores de comunidades, flujonomistas u otro nombre que querramos para que la cultura cambie a la cultura.

Bienvenidos al nuevo mundo deseable.

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*La actividad se desarrolló del 4 al 9 de julio y contó con el apoyo principal de Acción Cultural Española (AC/E), a través de su Programa para la Internacionalización de la Cultura Española (PICE), la colaboración de la Universidad Mayor de San Simón y BOA.



Especialista en economía creativa