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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Embriaguez y Lascivia: una aparición misteriosa

La colección de arte de Roberta y Richard Huber, en EEUU, tiene en su posesión una valiosa pintura virreinal que hasta 1948 se encontraba en una iglesia de Potosí. ¿Cómo esta obra salió del país? ¿Cómo pasó de la Iglesia a una colección privada?
Embriaguez y Lascivia: una aparición misteriosa.
Embriaguez y Lascivia: una aparición misteriosa.
Embriaguez y Lascivia: una aparición misteriosa

El lienzo titulado “Crapula et Lascivia” (“Embriaguez y Lascivia”), hoy conformante de la colección de arte virreinal de los estadounidenses Roberta y Richard Huber, perteneció hasta 1948 a la iglesia de San Miguel de Carma del departamento de Potosí, al menos así queda certificado en el libro “Rutas Históricas de la Arquitectura Virreinal Altoperuana” (1948) del investigador argentino Martín Noel (1888-1963). 

¿Cómo llegó esta obra perteneciente al patrimonio de un templo potosino a una de las colecciones privadas de arte virreinal más importantes de EEUU? Los indicios que se tienen sobre esta cuestión son aún preliminares, pero el hecho amerita una investigación oficial por parte de autoridades nacionales e internacionales. 

De acuerdo a la web especializada de Project On The Engraved Sources of Spanish Colonial Art (PESSCA) “Crapula et Lascivia” es una pintura al óleo sobre lienzo datada de territorio boliviano entre los siglos XXVII y XVIII, es decir, correspondiente a la época de oro de la pintura virreinal. 

Citando la obra de Noel, publicada por la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina en 1949, PESSCA consigna como lugar de origen de la pintura el “templo de Carma Santa Cruz de la Sierra”. No obstante, una revisión efectuada al libro certifica que en realidad Noel ubica la pintura en el templo de San Miguel de Carma del municipio de Porco del departamento de Potosí.  

Noel consigna una fotografía de la pintura en la página 27 de su libro, precedida y seguida de otras tomadas de las pinturas, el retablo, el baptisterio y el frontis del templo potosino.  En el texto sobre el tema, incluido en el subtítulo “Circuito Potosí”, afirma que las pinturas son obra de Melchor Pérez Holguín (1665-1735), sosteniendo - en cita a un texto de Carlos Alamayo publicado en Buenos Aires en 1944- que “fue en Carma donde el pintor albino se reveló como un pintor de genio, y allí están los primeros documentos de su dinámica espiritual trabajando para el Mecenas”.

Además de “Crapula et Lascivia”, las fotografías del libro de Noel ubican en el templo potosino otros lienzos virreinales de gran formato como “Virgen de la Magdalena”, “Santa Rosa de Lima”, “Bella, Rerum Caritas, Pestilentiae” (“Guerra, hambre y pestilencia”) y  “Persecutio Servientium Christo” (“Persecución de los sirvientes de Cristo”) y otras sin identificación.   

PESCCA consigna dos imágenes de “Crapula et Lascivia”: una en blanco y negro extraída del libro de Noel y la otra a color acreditada a Stratton-Pruitt & Castro en 2013, con la pintura ya restaurada. Comparando y superponiendo ambas imágenes se puede evidenciar que se trata de la misma obra.  Llama la atención, al respecto, que en la actualidad la pintura adolece de un encuadre más reducido, como si el lienzo hubiese sido recortado de su bastidor por la parte frontal, una práctica común en el robo de pinturas virreinales de iglesias. 

Consultado sobre la posible proveniencia del cuadro, el alcalde de Porco, Rene Huanaco, inició las indagaciones sobre el tema con los comunarios de la zona. Asimismo, la autoridad comprometió la búsqueda de documentación que permita certificar los ítems conformantes del patrimonio de la iglesia de San Miguel de Carma hacia mediados del siglo XX.  Por su parte, la investigadora potosina Shirley Cruz, autora del libro sobre Carma, “Había una Vez un Condado”, informó que fuentes orales de la comunidad recuerdan que la Iglesia de Carma sufrió al menos dos robos de su patrimonio entre las décadas de 1960 y 1980, mismos que en su momento habrían sido denunciados a las autoridades policiales y registrados en la Casa Nacional de Moneda. Cruz informó asimismo que en la actualidad el templo resguarda únicamente 3 lienzos del periodo virreinal, entre ellos, “Virgen de la Magdalena”, cuya fotografía fue publicada en 1949 por Noel. 

Una colección de importancia

La colección de arte virreinal de Roberta y Richard Huber es tenida como una de las más importantes de los EEUU y del mundo entero. De acuerdo a datos difundidos en Internet la misma se encuentra conformada por más de 150 objetos en pintura, escultura, platería y otros acumulados a lo largo de un periodo de casi 40 años en el que los coleccionistas efectuaron diversos recorridos por Sudamérica, especialmente por las zonas andinas de Bolivia, Argentina, Perú y Ecuador. En 2019 parte de la colección de los Huber fue valuada en 2.5 millones de dólares para su traspaso al Blanton Museum of Art de la Universidad de Texas.  Asimismo, se anunció que algunas de sus obras, como su valiosa versión de “La Piedad” de Pérez Holguín y “Nuestra Señora del Monte Carmelo con Santos” de Gaspar Miguel de Berrio (1706-1762), se encuentran comprometidas al Philadelphia Museum of Art. 

A partir de 1962, Roberta y Richard Huber radicaron por más de 15 años en Sudamérica en largos periodos intermitentes, estableciéndose en las ciudades de Buenos Aires, Argentina, y São Paulo, Brasil.  Según sus propios testimonios, consignados en varios medios, iniciaron su colección de arte virreinal en 1973 durante uno de los numerosos viajes que realizaron por el sur del territorio boliviano.  Hacia las décadas de 1980 y 1990 adoptaron las prácticas de un coleccionismo profesional llegando a contratar a agentes especializados para la ubicación y el comercio de obras de arte.  En la actualidad radican en Manhattan, Nueva York, y en su posesión figuran obras de artistas de importancia como Pérez Holguín, Berrio y Mateo Pérez de Alesio (1547-1628), entre muchos otros. 

En 2015 los coleccionistas fueron condecorados por el presidente Evo Morales Ayma cuando devolvieron voluntariamente al país dos lienzos de grandes dimensiones, "Huida a Egipto" y "Virgen de la Candelaria”, que habían comprado en 2004 por la suma de 25.000 dólares de una oscura galería arte de Sao Paulo, Brasil, supuestamente sin saber que éstos habían sido robados en 2002 del templo de San Martín en Potosí. 

En la ocasión, los Huber declararon que no se enteraron que las obras figuraban en las listas de bienes culturales robados de la Interpol sino hasta 2012, cuando se aprestaban a exhibir su colección en el Philadelphia Museum of Art y fueron alertados de su situación por los funcionarios de esta institución.  Ambos lienzos fueron restaurados a su cuenta por el Brooklyn Museum of Art de Nueva York sin que se encendiese ninguna alarma sobre su estatus ilegal.

Embriaguez y Lascivia

“Crapula et Lascivia / Historia Adventus Christi I” es un lienzo de gran formato que presenta el tema del pecado con una intención moralizante. La obra no tiene firma siendo atribuida por PESSCA en 2013 a un artista anónimo consignado como “Bolivian master” (maestro boliviano). En el libro de Noel es atribuida al pintor cochabambino Pérez Holguín, siendo este dato improbable en un análisis estilístico y formal de la obra sustentado en la abundante bibliografía sobre el pintor que se ha publicado desde mediados del siglo pasado. 

Como gran parte de la pintura virreinal de la época, la obra sigue el modelo de un grabado de procedencia flamenca, en este caso una estampa del artista Johan Sadeler I (1550-1600) datada hacia 1582-1583.  Esta, a su vez, sería una versión de un dibujo perdido atribuido a su compatriota Maarten de Vos (1532–1603), quien tuvo una influencia particularmente importante sobre los artistas sudamericanos de la época.  

De acuerdo a PESSCA, “Crapula et Lascivia” forma parte de una serie de seis imágenes dedicadas al tema de la “Historia Adventus Christi” (“Historia de la llegada de Cristo”) también conocida como “The sorrows of the world” (“Las lamentaciones del mundo”), misma que fue creada por de Vos.  Las fotografías del libro de Noel  confirman que hacia 1948 al menos otras dos imágenes de esta serie, “Bella, Rerum Caritas, Pestilentiae” y “Persecutio Servientium Christo”, se encontraban representadas en Carma.  

 “Crapula et Lascivia” sigue en casi todos sus elementos el modelo original, registrándose variaciones en el estilo del dibujo, el ropaje de los personajes y, obviamente, en su coloración.  Por ésta última, debe acreditarse completamente a su pintor desconocido quien empleó una rica paleta en la que prevalecen rojos y verdes vivos junto a ocres y grises. Asimismo, influenciado por el barroco sevillano vigente en la época en el Alto Perú, el artista logró contrastar el gran colorismo de su primer plano con cierto tenebrismo lumínico que el dibujo original no tiene.  Difiere, además, en la otorgación de rasgos fisionómicos indígenas a las criadas que sirven el vino y los alimentos a los comensales en el lado izquierdo de la escena.  

Se trata de un trabajo sumamente complejo al presentar una vista general de un banquete protagonizado por 18 personajes realizando diferentes acciones y en diferentes actitudes. Asimismo, destaca por su atención a las fisionomías de los personajes, sus vestimentas,  los objetos y alimentos sobre la mesa, así como el uso de una perspectiva arquitectónica que eventualmente dirige la mirada del espectador hacia el fondo: una vista exterior en la que pueden apreciarse a la distancia otras 5 figuras realizando diferentes acciones que otorgan un significado ulterior al conjunto.  En la obra conservada por los Huber se han perdido detalles de la escena debido a que el lienzo fue seguramente recortado quizás hasta en 10 cm. en sus cuatro bordes. 

Esta obra definida por su anómala sensualidad puede inscribirse en un contexto altamente preocupado por los temas del pecado y el eventual Juicio Divino.  Según los historiadores del arte José de Mesa y Teresa Gisbert, estos son característicos de una sociedad americana que “aborda a menudo espinozos problemas teológicos” y que habita en la tensión entre una vida de excesos y una religiosidad exacerbada.  

Por la obra de los mismos autores sabemos que no es extraño que una obra de este tipo hubiese tenido como emplazamiento original un templo de la zona rural de Potosí (valiosas obras de Pérez Holguín se encuentran en municipios menores como Puna), mucho menos teniendo en cuenta la cercanía de Porco con la Villa Imperial y la importancia  histórica que tuvo como primer asentamiento para la explotación del Cerro Rico.  

Hacia las primeras décadas del siglo XVIII Porco tenía una relevancia particular en la Real Audiencia de Charcas, siendo designado su corregidor, en 1739, como “Conde de San Miguel de Carma” por el rey Felipe V.  Algunos de los hechos tempranos del condado son referidos en la “Historia de la Villa Imperial de Potosí” de Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela y por una investigación histórica reciente de Juan Isidro Quesada, “El condado de San Miguel de Carma. Factor de Poder Social en el Alto Perú” (2003), se sabe que los condes del lugar gozaron de gran influencia política y económica hasta la época de la Independencia. Por información de este mismo autor y de la investigadora Shriley Cruz se conoce asimismo que hacia 1770 ya se había levantado el templo-capilla de San Miguel y que éste ostentaba valiosa decoración pictórica. 

Estancia del cuadro en EEUU

Por varios años “Crapula et Lascivia” se habría conservado en la residencia de los Huber en Nueva York como lo evidencia su aparición en fotografías tomadas en 2012 para la edición de noviembre-diciembre de la revista “The Magazine Antiques”.   En estas imágenes que acompañan una nota sobre el coleccionismo de los Huber, la pintura es vista en el comedor de la pareja, compartiendo espacio con otras obras de pintores altoperuanos.  Otras fotografías de la casa tomadas para la revista muestran obras de Pérez Holguín y de Berrio, e incluso una de las dos obras robadas del tempo de San Martín que los coleccionistas devolvieron a Bolivia. 

En octubre de 2021 una fotografía de la obra fue exhibida en un conversatorio académico virtual organizado por Blanton Museum of Art sobre la representación de la comida en el arte colonial latinoamericano, “Colonial Latin American Foodies”.  Se desconoce si el lienzo, que ahora figura con el nombre en inglés “Drunkeness and Wantonness” y, extrañamente, como una obra de “origen peruano”, es parte de las obras que los Huber vendieron al museo de la Universidad de Texas en 2019 o si ésta sigue conformando su colección ubicada en su residencia de Nueva York.   

Corresponde a las autoridades nacionales y locales una investigación a fondo sobre el tema que, en caso de determinar que el lienzo “Crapula et Lascivia” hubiese sido sustraído de la iglesia de San Miguel de Carma, de inicio a los trámites correspondientes para su repatriación. 

Investigador en Artes y Artista